Hoy transcribimos el testimonio directo del periodista Juan Ferragut, testigo de uno de los heroicos episodios de armas del Tercio: DAR-DRIUS. Es un relato no exento de romanticismo, pero que no deja de ser una narración escrita desde la trinchera:
“Voy a contaros una bella anécdota, absolutamente verídica, de la heroica Legión… Fue en Dar-Drius, el día veintiocho del mes último (Julio de 1921).
Noche ya, todo dormía con el hondo silencio del campo, bajo el cielo negro y en la paz de los hombres entregados al descanso reparador.
En el campamento, sólo de vez en cuando oí aullido desconcertante de los perros vagabundos... Bajo la comba de ónix del cielo, de pronto estalló un ramalazo lívido seguido de una detonación... En seguida, en todos los parapetos se encendieron las luminarias de los disparos... La sorpresa premeditada por los moros había sido frustrada por la vigilancia de nuestras avanzadas... Muy cerca, los pacos, emboscados, ocultos en los accidentes del terreno, hostilizaban la posición... Había treguas de silencio… Tan próximos estaban los moros, que se oían sus voces, sus denuestos, sus exclamaciones de rabia… Y entonces tuvo lugar el bello episodio digno de esmaltar con su espectacular bizarría la heroica gesta de la Legión: En una tregua del combate, cuando habían enmudecido, expectantes, los disparos, el comandante Franco y el bravo capitán Ruedas Ledesma se alzaron en el parapeto y, en árabe, increparon a los enemigos.
Sonaron sus frases, sus palabras de injuria a los pacos: Vibraron claramente en el callado aire nocturno... Los moros les contestaron con frases de rabia y de insulto, que se percibieron con toda precisión... Ya conocéis al comandante Franco, una de las siluetas más bizarras de la Legión... El capitán Ruedas Ledesma es otro gallardo perfil de héroe... Muy joven, con un alma vibrante e ilusionada de aventurero y un valor temerario que puede más que la prudencia que su gran talento le aconseja. Ruedas Ledesma, que es uno de los más cultos oficial es de España, es también uno de los más bravos soldados nuestros... Al responder a sus increpaciones los moros, Ruedas Ledesma gritó: ¡Fuego!
Las descargas apagaron las voces. Otro silencio y nuevo diálogo con el enemigo, que bramaba de cólera.
—¡Venid, cobardes! Les gritaban, en pie en los parapetos, Franco y Ruedas… Las balas les respetaban milagrosamente.
Al mismo tiempo, en una tienda de la tercera compañía, la voz ronca de un gramófono entonaba un cuplé de Raquel Meller. El ritmo de la canción acompasaba el estallido de las descargas.
Y en una nueva tregua, el legionario Navarro, de la tercera compañía, hizo vibrar el metal de su corneta... El clamor potente del instrumento dominó el fragor del combate... Pronto, todos quedaron pendientes de él... Y el corneta .Navarro tocó un solo en el que recorrió desde la muñeira dulce y melancólica al aire ardiente y flamenco de la “malagueña”... De pronto, el viril y claro aguijón de la “jota” tremó en la noche... En el campamento estalló el entusiasmo:
—¡Viva España! ¡Viva la Legión!
Hasta el enemigo había callado para escuchar el raro concierto...
Y por la corneta, con los ritmos variados de los aires regionales, era la voz de España, la voz de todos sus pueblos, la música de todas sus fiestas, la que hablaba a todos los corazones...
—¡Viva España! ¡Viva la Legión!—se oía gritar con formidable clamor.
Y en seguida, el trueno de los disparos incendiaba el campo. Los chambergos legionarios volaban por el aire...
Lejos ya del entusiasmo y la bravura españolas, los moros se perdían cantando a Allah...
Sus voces, cada vez más débiles, llegaron a esfumarse, cuando la primera luz lívida de la aurora se tendía sobre la tierra enemiga”.
Juan Ferragut: “Historias de la Legión”. Revista Nuevo Mundo (19 de Agosto de 1921).
El día 28 de julio de 1921 no había ningún legionario en dar drius. La legión llego a Melilla el 24 de julio y drius no se reconquistó hasta octubre.
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ResponderEliminarCreemos que quien firma la autoría del relato, como testigo de primera mano (algunos ensayistas sobre el tema le ponen a la misma altura que a Arturo Barea, Antio de Hoyos y Vinent, Ramón J. Sender o José Díaz Fernández), merece la veracidad que se le otorga (de hecho, Julián Fernández Piñero recopiló sus escritos novelizándolos en un libro titulado “Memorias del Legionario Juan Ferragut”). Los primeros en llegar a Melilla fueron el Batallón Nº71 del Regimiento de La Corona con base en Almería y los tabores de Regulares de Ceuta, junto con los batallones de Infantería de Borbón, Extremadura y Granada y, por supuesto, las dos primeras Banderas de “El Tercio de Extranjeros”, que es verdad que concitó un especial entusiasmo.
ResponderEliminarLa Legión desembarcó el 24 de Julio y dos días después ya se hallaba desplegada y en combate: El día, 26, el recién llegado general Sanjurjo tomaba el mando conjunto de las unidades encargadas de la defensa de Melilla y de la reconquista del territorio de su comandancia. Un grupo de ataque compuesto por legionarios y regulares parte con la misión de ocupar Sidi Amech y el Atalayón; el avance se realiza a la vista de los rebeldes rifeños, pero se hace con tal rapidez que antes de que sean capaces de organizar un contraataque, las tropas españolas ya han fortificado las nuevas posiciones avanzadas (o lo acontecido en el blocao de Sidi Amed, donde los legionarios de la 5ª Compañía de la II Bandera soportaron estoicamente a la artillería rifeña, que les hostigaba desde las laderas del Gurugú)... No obstante, si el amable lector no da crédito a la narración del Sr. Ferragut, legionario sobre el terreno, quizá considere más creíble la exposición del Historiador Paul Preston (en su libro “Franco”, Ed. Debate): "A Franco le indignó la suerte corrida por los soldados españoles exterminados por los moros en Dar Drius y le ofendía que no se permitiera a la Legión entrar en el pueblo y vengarse. Sin embargo, al cabo de pocos días tuvo la oportunidad de hacerlo [...]. Los moros atacaron un blocao cercano a Dar Drius y los legionarios que lo defendían se vieron obligados a pedir ayuda. El comandante de las fuerzas españolas del pueblo ordenó que todo el destacamento de la Legión acudiera en su auxilio. Franco dijo que con doce bastaría y pidió voluntarios. Cuando toda la unidad dio un paso al frente, eligió a doce y partió. El ataque al blocao fue rechazado y a la mañana siguiente Franco y sus doce voluntarios regresaron portando como trofeos las cabezas ensangrentadas de doce harqueños". Que Dar Drius cayese el 8 de Enero del 22 (y no en Octubre del 21, como Vd. indica) no quiere decir que los combates no se iniciaran con anterioridad a ese mes… Reciba de este su Foro un cordial saludo y gracias por sus comentarios.