Los que tuvimos que pasar alguna vez por el Hospital Militar recordamos
unas enfermeras muy competentes que siempre nos trataban estupendamente si
estábamos heridos o enfermos. Pertenecían al CUERPO DE DAMAS AUXILIARES DE
SANIDAD MILITAR, un cuerpo militar de hecho -aunque no de derecho-,
completamente desconocido por el gran público, incluso durante sus más de 60
años de existencia (lo cual ha sido -y es- una injusticia y por eso quisiéramos
recordarlas hoy aquí).
Los antecedentes de este Cuerpo provienen de cuando se organizaron
cursillos durante la Guerra Civil con las aspirantes de Cruz la Roja Española, la
Sección Femenina de Falange y las que trabajaban en hospitales militares de
forma voluntaria y sin titulación, llegándose a formar 5.506 enfermeras de
Sanidad Militar mediante la realización de 116 cursillos en distintos puntos de
España. El Estado Mayor del Ejército, en Mayo de 1.938, creó el documento de
identidad para enfermeras, alcanzándose, al terminar la guerra civil, 12.307
titulaciones entre enfermeras y auxiliares. Con este valioso colectivo se creó
el Cuerpo de Damas de Sanidad Militar que fue fundado en 1.941 por Mercedes Milá. El primer reglamento del
cuerpo de Damas de Sanidad fue aprobado por orden de 31 de Julio de 1.941 (D.O.
Nº 172/5 de Agosto de 1.941), siendo LAS PRIMERAS MUJERES QUE ENTRARON EN EL
EJÉRCITO, de forma totalmente altruista y generosa y con un gran espíritu de
servicio.
En 1.977 las Damas de Sanidad quedan divididas en dos Cuerpos:
CUERPO
ESPECIAL DE DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR (con carácter de funcionarias).
AGRUPACIÓN DE
DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR (con carácter altruista) Cada uno de ellos
con su correspondiente reglamento.
Las Damas Auxiliares tuvieron su máximo apogeo en el año 1.985 llegando a
alcanzar la cifra de 7.000 Damas entre los dos Cuerpos, sumadas las
veteranas y alumnas incorporadas en diversas etapas. Sin embargo no han vuelto
a ser movilizadas desde 1.990, año en que salió la última promoción.
El requisito que se les exigía para entrar en el Cuerpo era la realización
de un curso, de dos años de duración, en el que se les impartía técnicas de
enfermería, conocimientos militares (incluidos instrucción en orden cerrado) y
muchas prácticas hospitalarias. Al finalizar, obtenían el diploma de Damas de
Sanidad de 1ª o 2ª Clase, titulación que muchas de ellas ampliaron con cursos
de rehabilitación, secretariado médico, conducción de vehículos todo-terreno…
Vestían uniforme militar diseñado por el modisto Balenciaga: Guerrera
caqui, falda, gorro y bolso de costado, con el emblema de Sanidad Militar en la
solapa y añadiendo la capa de paño en invierno. En hospitales, el uniforme de
enfermeras y en maniobras vestían traje de campaña y borceguíes igual que
cualquier soldado. Hay que hacer constar que el vestuario se lo pagaban de su
propio bolsillo. Una Dama de Sanidad ilustre fue Dª Fabiola de Mora y Aragón,
reina de Bélgica, que formó en las filas de este Cuerpo en su juventud.
Trabajaron en las campañas de donación de sangre en campamentos, bases y
cuarteles. Colaboraron en maniobras militares, tales como “Operación Podenco
77”, “Trueno 79”, “Tramontana 94”, "Cierzo 81",
“Azor 81”, “Ejercicios Dirsicom 81” y “El Grove 81”, “Operación
Galia 82”, “Boixols”, “Teleno”, “División Maestrazgo 3”,
“Ejercicio Trueno 83”, “Fuerteventura 86”, etc., casi todos ellos
desarrollados en el campo de San Gregorio. Así mismo, participaron también en
exposiciones como Juvenalia-80 y ´81, “Festival de la Infancia y la
Juventud, Barcelona-81”, “Expo-Joven, Valencia 82”, organización de
Colonias Infantiles -en colaboración con el ISFAS- y en calidad de monitoras en
Santoña, Ronda y Quintana del Puente. También participaron en misiones en el
exterior, como -por ejemplo- con la División Azul (años 40) y en Nicaragua
(años 1.979 y 1.980). Igualmente, prestaron ayuda en numerosos hospitales
españoles cuando el problema del aceite tóxico y atendieron a los gaseados en
la guerra de El Líbano. Cuando la guerra del Golfo fueron movilizadas para atender
a las bajas de los ejércitos aliados... A pesar de todo ello, son un Cuerpo que
no fue incluido en la Ley Reguladora del Régimen del Personal Militar
Profesional.
Por una Orden Ministerial del año 1.974 (B.O.E. Nº 180 de 29 de Julio de 1.974) se concedió al
colectivo de Damas de Sanidad Militar el título de Técnico Auxiliar de Clínica,
Formación Profesional, grado I, de la rama Sanitaria (titulación que deberían
solicitar las interesadas de forma individual) y las del Cuerpo Especial fueron
consideradas como funcionarias civiles de la Administración militar, según
decreto 707/1976, de 5 de Marzo.
La Sanidad Militar fue unificada por
la aplicación de la Ley 27/1.989 como Cuerpo Común de la Defensa en 1.990 y
tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias. Consecuencia de ello fueron la
creación del Instituto Social de las Fuerzas Armadas, los Escalones Médicos
Avanzados y la participación en las misiones en el exterior en cumplimientos de
los compromisos internacionales. Esto supuso la desaparición del Cuerpo de
Damas de Sanidad Militar.
En el año 1.996 se creó la
Inspección General de Sanidad y posteriormente la Escuela Militar de Sanidad.
Tres años después -y como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley de
Régimen de Personal de las Fuerzas Armadas-, se celebraron varias reuniones
entre representantes del Ministerio de Defensa y la Inspección de Sanidad con
el fin de considerar la integración de las damas auxiliares de Sanidad Militar
como Reservistas Voluntarias (RRVV) acogiéndose a esa figura de nueva creación
por Ley. Las reuniones se convocaron para desarrollar la Disposición
Transitoria Vigésimo primera de la Ley 17/99, que en su punto segundo señalaba
que había que establecer el régimen de integración como RRVV de las componentes
de la Agrupación de Damas Auxiliares de Sanidad Militar. De los resultados de
las reuniones celebradas se acordó que podrían optar a las plazas de Reservista
Voluntario (RV) que se convocasen siempre que acreditasen los niveles
educativos que exigía la propia Ley para cada uno de los empleos.
Debido a que el Servicio de Damas
Auxiliares de Sanidad estaba formado por personal con titulación y formación
muy diversa se consideró que la convalidación de títulos se debía solicitar
ante el Ministerio de Educación y Cultura, individual y directamente.
Sinceramente, eran unas chicas encantadoras y muy competentes, que
trabajaban sin sueldo y por amor a la profesión, siendo relegadas por el Estado
español al más absoluto de los olvidos. A pesar de ejercer gratis como A.T.S. y
auxiliares de clínica, con lo cual la Sanidad Militar de la época se ahorró
muchos sueldos de enfermeras profesionales: Por una Ley 62/2.003, de 30 de Diciembre
de ese año se declaraba a extinguir la Agrupación de Damas Auxiliares de
Sanidad Militar. En adelante trabajarían como personal laboral en los pocos
hospitales militares que quedaban. Las Inspectoras y Subinspectoras, al tener
la condición de funcionarias civiles por un acuerdo de la Comisión Económica
Interministerial de Retribuciones, ejercerían como funcionarias de
administraciones públicas en los distintos ministerios… Ese mismo año, en el Real Decreto 1.691/2.003, de 12
de Diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Acceso y Régimen de los
Reservistas Voluntarios apareció publicada la “disposición adicional
única” que confirma la integración de las Damas Auxiliares de Sanidad
Militar como RRVV adquiriendo la condición de tales 34 Damas, de las que 22 lo
fueron con el empleo de Alférez (RV.) de Sanidad dentro de los Cuerpos Comunes
de la Defensa y 12 con el empleo de Sargento (RV.) de Sanidad del Ejército de
Tierra.
A día de hoy queda una Inspectora General en la Dirección de Sanidad del
Cuartel General del Ejército, la cual se encarga de gestionar la Inspección
General de Damas y proporcionar a las interesadas la documentación que precisen
para su vida laboral.
Las
Damas de la Sanidad Militar han decidido revindicar su papel en la historia de
las Fuerzas Armadas, al haber sido las primeras mujeres en desfilar con
uniforme por el Paseo de la Castellana como miembros de pleno derecho del
Ejército español: “PARA AQUELLOS QUE NOS HAN OLVIDADO, SIRVA ESTO DE
RECORDATORIO. PARA AQUELLOS QUE NO NOS CONOCEN, SEAN CONSCIENTES DE NUESTRA
EXISTENCIA“. Así de taxativa se mostraba Mª del Carmen Ballesteros Galante,
Inspectora de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, durante la presentación en
sociedad de esta asociación, ya inscrita en el Registro del Ministerio del
Interior bajo la presidencia de África Fernández Palacios, donde quieren poner
de manifiesto, “EL SÍMBOLO QUE REPRESENTAN LAS PRIMERAS MUJERES MILITARES DE
ESPAÑA“…
ÍÎÏÐÑÒÓÔÍÎÏÐÑÒÓÔÍÎÏÐÑÒÓÔÍÎÏÐÑÒÓÔÍÎÏÐÑÒÓÔ
LAS ENFERMERAS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1.936-1.939).
Mercedes Milá, fundadora del Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar,
era el 18 de Julio de 1.936, enfermera titular de la Cruz Roja en la capital de
España en donde ocupaba un alto cargo, fue encargada por el jefe provincial de
Sanidad de Madrid de organizar al personal de enfermería que había en el
hospital provisional instalado en el Hotel Ritz en esa fecha. Un día, fue
avisada por el jefe provincial para decirle que los milicianos andaban
buscándola en su domicilio y que tuviera cuidado de no regresar a él. En vista
de lo cual y sin quitarse el uniforme de enfermera se pasó a la llamada “Zona
Nacional”, vía Barcelona-Francia-Navarra, presentándose en Salamanca al
general Franco quien le encargó que organizara los servicios de enfermería en
los hospitales.
La Jefatura de Sanidad del Ejército la mandaba el general Camón quien
próximo a retirarse le pasó el encargo a su vez a Mercedes Milá. En los
primeros momentos de la guerra reinaba el más completo desorden en las
organizaciones de enfermería, tanto en la zona nacional como en la republicana.
Poco a poco se fueron reclutando enfermeras, las cuales permanecían en régimen
de internado en los propios hospitales. Deberían presentar para ello el título
de enfermera o de auxiliar de enfermera, además de un certificado de buena
conducta y un informe sobre antecedentes políticos. Se investigaba
profusamente, los antecedentes políticos, familiares y de otra índole de cada
interesada. La edad mínima que deberían tener era la de 20 años. La simple
supervivencia era a veces el motivo para solicitar el trabajo de enfermera, ya
que tenían alojamiento y manutención en los propios hospitales. De todas
formas, el número de enfermeras tituladas disponibles, en los dos bandos de la
guerra, era superior a las necesidades reales. Hubo también muchas enfermeras
extranjeras, algunas de familias de alcurnia y de la alta sociedad e incluso
princesas, como la princesa María Adelaida de Braganza de Austria, la Infanta
Dª María Mercedes de Baviera y Borbón o como la enfermera Ellis Priscilla Scott
que escribió un “Diario de la Guerra de España” (Plaza y Janés, 1996).
En los hospitales republicanos hubo enfermeras extranjeras que atendían a
las Brigadas Internacionales, la Central Sanitaria Internacional: 4 hospitales
en Murcia, uno en Benicasim (Castellón) con 1.200 camas, 9 en Albacete y hospitales
de convalecientes en Alicante, Cuenca, Albacete y Madrid con un total de 6.000
camas. En las escuelas republicanas de enfermería se distinguieron la Escuela
de la Generalitat, las escuelas de las Facultades de Medicina de Valencia y de
Bilbao, los cursos intensivos de “Enfermeras Populares” en Madrid. Las
escuelas de las organizaciones “Mujeres Libres” y la “Agrupación de
Mujeres Antifascistas”.
En la zona nacional, los únicos títulos reconocidos eran los de la Cruz
Roja, Facultad de Medicina, Sección femenina de Falange Española, la Casa de
Salud de Valdecilla y la organización Frentes y Hospitales de los Tercios de
Requetés, por lo que hubo que improvisar numerosos cursillos de enfermería y
auxiliares de enfermería militar. Además, en territorio franquista, tanto las
hermanas de la Caridad como de otras órdenes religiosas colaboraron en el
trabajo de hospitales prestando servicios y a las órdenes de la Inspección
general de Servicios Femeninos: Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, de
Santa Ana, Hermanas de San José, Carmelitas, Mercedarias, Madres del Sagrado
Corazón, Madres Irlandesas, Madres Clarisas, Siervas de Jesús, Hermanas de la
Cruz y Hermanas de los Pobres. En los hospitales, normalmente, la jefa de
enfermeras era una Hija de la Caridad que además se encargaban de la
administración.
Como curiosidad, se detectaron muchas enfermeras de uno y otro bando,
profesionales o que simulaban serlo, que se dedicaban al espionaje y a pasar
información confidencial, por lo que aumentaron las medidas de seguridad y las
exigencias para su ingreso en hospitales.
Fue necesario instalar un gran número de hospitales a medida que fue
avanzando la guerra. En los pueblos cercanos a zonas de combate era donde se
instalaban puestos quirúrgicos avanzados en los hospitales llamados “de
Sangre” de 50 a 150 camas y los hospitales de campaña de unas 300 camas con
3 equipos quirúrgicos. Luego estaban los hospitales de evacuación a donde iban
a parar los heridos que pasaban por los anteriores y, por último, los hospitales
de retaguardia. También había hospitales de “convalecientes” para casos menores
o de enfermedades. Las evacuaciones de heridos se hacían preferentemente por
tren. Al frente de cada hospital solía haber una monja que era la jefa de
enfermería, quien a su vez estaba a las órdenes del médico de mayor rango.
También se contratan mujeres de las localidades en donde se encuentran estos
hospitales, para los servicios de lavandería, costura, cocina, limpieza, etc…
En zona republicana, los procedimientos hospitalarios eran similares y las
enfermeras también todas voluntarias, de la Cruz Roja y del Socorro Rojo
Internacional. Un decreto
número 149, de 9 de Diciembre de 1.938, por el que se crea la Dirección General
de Sanidad de Guerra asimilaba a estas enfermeras republicanas a sus grados
correspondientes militares según su titulación. También llegó
un numeroso contingente de 117 sanitarios, médicos y enfermeras norteamericanos
-el American Hospital Group-, que trajeron
consigo ambulancias, quirófanos y material sanitario en grandes cantidades, al
mando del doctor Barsky y de la enfermera
jefe Ave Bruzzichese, interviniendo en las batallas del Jarama, Brunete y Teruel. Por su parte, los británicos
participaron enviando la unidad sanitaria denominada British Medical Unit.
El cuerpo expedicionario italiano C.T.V. organizaba sus propios hospitales
con enfermeras italianas y españolas. Igualmente hubo hospitales dedicados al
cuidado exclusivo del personal musulmán, como el que hubo en Ronda (Málaga). Al
avanzar el Ejército nacional, se iba haciendo cargo de los hospitales
republicanos en los que además de asistir a los heridos propios había que
atender a los enemigos también. Parte del personal sanitario masculino y
femenino republicanos siguió prestando servicio en los mismos sin ningún
problema. Cuando al final de la guerra se tomó Madrid se procedió al relevo de
personal en 38 hospitales y enfermerías con un total de 10.872 camas. El último
punto de concentración de las enfermeras que habían de entrar en Madrid era el
Equipo Quirúrgico que funcionaba en la Ciudad Universitaria y el Puesto de
Socorro y Clasificación de la División 42o en la Casa de Campo.
Cruz de Frentes y Hospiltales |
Durante la guerra, gran número de hospitales fueron bombardeados, con lo
que las enfermeras tuvieron que soportar muchos momentos de valor y sacrificio:
Hubo cientos de enfermeras a las que les fue concedida la Cruz Roja del Mérito
Militar, para obtener la cual era indispensable haber sufrido bajo fuego
enemigo. Igualmente se concedió la Medalla de la Campaña a las que estuvieron
más de seis meses en el frente. También hubo muchas que obtuvieron la Medalla a
la Constancia por haber prestado servicio durante nueve meses en los hospitales
del frente. Y las que resultaron enfermas por problemas de contagio, o
prisioneras, que obtuvieron la Medalla de Sufrimientos por la Patria. Sin
contar, claro está a las que fallecieron en acto de servicio, a las que se les
concedió la Cruz de Guerra a título póstumo (entre las que estaba Dª Agustina
Simón, muerta en Belchite que fue propuesta para la Laureada de San Fernando, propuesta
que no prosperó). Igualmente se concedieron condecoraciones extranjeras a
enfermeras españolas, como la Cruz de Guerra del Mérito militar italiana y la
Medalla Musulmana.
Al terminar la guerra, la mayoría de las enfermeras fueron abandonando los
hospitales a pesar de que aún había heridos. Muchas de ellas estaban ya
cansadas o las reclamaban sus familiares. Muy pocas siguieron en los hospitales
militares. La Inspección General contaba con 15.308 enfermeras de las que 8.938
eran tituladas y las demás, auxiliares. Todas las enfermeras que sirvieron
durante la guerra fueron consideradas como excombatientes con derecho a ocupar
el 80% de los puestos de trabajo en los organismos del Estado. Una gran parte
de estas enfermeras excombatientes serían absorbidas años después por las
residencias sanitarias y ambulatorios que irá creando la Seguridad Social y en
los hospitales militares quedó un suficiente contingente de enfermería después
de la desbandada de los primeros meses de finalizar la Guerra Civil.
Hermanas Larios capturadas en Brunete |
LAS HERMANAS
LARIOS.
Prensa de 7 de
Diciembre de 1.937: “María Luisa y María Isabel Larios y Fernández
de Villavicencio han sido condecoradas con la Cruz Roja del Mérito Militar.
Eran enfermeras voluntarias y durante la batalla de Brunete se recibió orden de
evacuar un hospital de campaña. Las hermanas Larios tenían bajo su cuidado a un
alférez y a cuatro soldados cuyo estado era gravísimo y no podían ser
trasladados, por lo que decidieron permanecer con ellos cuidándolos. Cuando los
republicanos de la 11ª División de Líster entraron en el hospital las hicieron
prisioneras y las llevaron a Valencia, donde han sido canjeadas por presos
enemigos y se encuentran de nuevo en la España nacional”.
Al ser
liberadas volvieron a prestar servicios como enfermeras, esta vez en el
hospital de Villaviciosa de Odón. Años después, María Luisa se enroló en el
grupo de enfermeras que partió con la División Azul al frente del Este,
prestando servicio en los hospitales de Porchow y el de Vilna regresando a
España con sus compañeras en el año 1.942. Falleció en Málaga el 31 de Agosto
de 1.997.
Hubo una
tercera hermana, Lucía Irene Larios y Fernández de Villavicencio
(Condesa de Revertera) que organizó en 1.938 los hospitales-enfermerías de
Villaviciosa de Odón, Sevilla la Nueva, Getafe, Villaverde y Seseña a la cual
también se le concedió la Cruz Roja al Mérito Militar por su labor humanitaria.
Dª MERCEDES MILÁ NOLLA.
Nace en Barcelona el 22 de Septiembre de 1.895. Hija de marino (y prima de
D. José María Milá y Camps, conde de Montseny, cuyo hijo D. José Luis Milá y
Sagnier es el padre de los populares periodistas de TV Mercedes y Lorenzo
Milá): El padre de Mercedes fue Comandante de Marina de Ceuta (durante la
estancia en dicha ciudad su familia hizo amistad con la del teniente coronel
Franco cuando éste mandaba La Legión). Una vez que se trasladaron a Madrid,
hizo los estudios de enfermería en la Cruz Roja Española, obteniendo el carnet
como Dama Enfermera de 1ª clase de la Cruz Roja el día 3 de Junio de 1.921. Años
después, con una beca de la Fundación Rockefeller acude al Belford College de
la Universidad de Londres para realizar un curso de Directoras de Escuelas y
Hospitales (en esta beca tuvo especial influencia la duquesa de la Victoria,
alto cargo de la Cruz Roja en aquellos años, que estaba muy satisfecha con su
trabajo).
Al fallecer su padre, su madre decidió trasladarse a Reus con su familia
catalana, por lo que Mercedes se quedó sola en su piso madrileño del paseo del
General Martínez Campos, en donde también tenía su despacho. Durante la II
República es nombrada Inspectora Secretaria de la Escuela de Instructoras de
Sanidad, según orden publicada el 13/09/1.934 (B.O.E. Nº 256). Anteriormente y
con fecha de 1 de Julio de 1.934 la Dirección General de Sanidad nombraba a
Mercedes Milá presidenta de la Asociación Profesional de Visitadoras
Sanitarias, recibiendo el encargo de realizar viajes de estudios y visitar las
escuelas de enfermería de Varsovia, Budapest, Lyon y Viena. Funda la revista
titulada “La Visitadora Sanitaria” que se publicó durante los años 1.934
y 1.935. Es comisionada junto al doctor Pedro Blanco Grande, jefe de Sanidad de
Madrid, para asistir al Congreso Internacional de Hospitales que se celebró en
Roma en el mes de Junio del 35.
Mercedes Milá |
Se incorporó al claustro de profesores de la recién creada Escuela de
Enfermeras Sanitarias, de la Dirección General de Sanidad, a cuyo frente estaba
el Dr. Pittaluga y cuyo secretario, el Dr. Estellés hizo gran amistad con
Mercedes a pesar de las diferencias políticas entre ambos. Al comenzar la
guerra civil, éste último le encargó organizar al personal de enfermería en el
hotel Ritz, hospital provisional. Siendo avisada a tiempo de que la andaban
buscando con no muy buenas intenciones, la aconsejan que se vaya de Madrid. En
vista de lo cual se subió al primer tren que salió hacia Barcelona con su
uniforme y documentación de enfermera alojándose en Reus en casa de su madre.
En Madrid corrió el rumor de que Mercedes había sido asesinada… A los pocos
días de llegar a Reus, escribe una carta a la princesa Anna de Schwarzenberg,
secretaria del Consejo Internacional de Enfermeras de la Cruz Roja exponiéndole
la situación en la que se encontraba, recibiendo como respuesta una reclamación
diplomática para que se incorpore con urgencia a Suiza a donde la acompaña su
madre. Al poco tiempo regresa a Francia y a los quince días cruza la frontera
hacia España por Hendaya, llegando a Salamanca en donde permanece con su madre
una temporada, viendo cómo poco a poco se les iba acabando el dinero del que
disponían. Mientras tanto recibe un ofrecimiento de la Fundación Rockefeller
para crear una Escuela de Enfermeras en Portugal. Pero por otro lado recibe
también un ofrecimiento del Cuartel General de Salamanca para que se haga cargo
de la dirección de enfermería de hospitales con un sueldo de 500 pesetas al
mes, que acepta. Fue la única mujer que formó parte del Cuartel General del
Generalísimo, ostentando en su uniforme la placa reglamentaria. Es tal el éxito en la organización de dichos servicios
por su parte que el 24 de Marzo de 1.937 es nombrada Inspectora General de los
Servicios Femeninos de Hospitales, (B.O.E. Nº 157 de 26/03/1.937) cargo
en el que siguió hasta finalizada la Guerra Civil. Terminada ésta, le encargan
la creación de un cuerpo femenino de enfermeras de naturaleza militar, pero
considerado como personal civil, que se llamaría Cuerpo de Damas Auxiliares de
Sanidad Militar, aunque ella nunca estuvo de acuerdo con el adjetivo
“auxiliar”. El primer reglamento del cuerpo de Damas de Sanidad fue aprobado
por orden de 31 de Julio de 1.941 (D.O. nº 172/5 de Agosto de 1.941).
Mercedes Milá estuvo igualmente al
mando de la agrupación de enfermeras militares que acudieron al frente de Rusia
con la División Española de Voluntarios y al regreso siguió ocupando el cargo
de Inspectora General.
Crea el boletín “Cruz de Malta”,
órgano de las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, Suplemento de la revista “Medicina
y Cirugía de Guerra” que se publica durante cinco años con periodicidad
trimestral, entre 1.947 y 1.951, en donde interviene con varios artículos. Asiste
a la Conferencia internacional de Enfermería celebrada en el Belford College de
Londres en Julio de 1952 representando a la Inspección General y como
Presidenta de la Asociación Profesional de Enfermeras. En Abril de 1.959
presidió en Madrid la V Reunión Nacional de Sanitarios.Hasta que por fín le
llegó la hora de su jubilación a finales de los años 60.
Colabora en el libro “Los Médicos
y la Medicina en la Guerra Civil Española” (editado por los
Laboratorios Beecham, Madrid, 1.986) con el capítulo titulado “La
mujer en la guerra: Enfermeras”. Años después enfermó de artrosis de
cadera, sufriendo una fractura del fémur izquierdo, lo que la obligó a
deambular con muletas y finalmente en silla de ruedas. Estando hospitalizada en
el Centro Militar del Generalísimo, que en aquella fecha incluía también una
residencia de ancianos asistidos, falleció el 13 de Diciembre de 1.990 a la
edad de 95 años, siendo enterrada en el cementerio de La Almudena de Madrid.
Estaba en posesión de varias
condecoraciones como la Medalla de la Cruz Roja, Medalla de la Campaña, Placa y
Cruz Roja del Mérito Militar y otras.
me gustaria formar parte de mis compañeras damas auxiliares de sanidad militar para convalidarel título en la actualidad mi correo electronico es: juaniaux@gmail.com
ResponderEliminarEl articulo es precioso y muy completo, para mi compañera Juani he querido ponerme en contacto contigo, no se si tu correo esta mal porque me lo rechaza, por favor ponte en contacto conmigo soy África Fdez Dama de Sanidad Curso 1971- 1973 del Hospital Militar Gómez Ulla Madrid.
ResponderEliminarMi correo es africucha@gamil.com. Muchas gracias
¿Está el autor seguro de la corrección de este párrafo?
ResponderEliminarPor una Orden Ministerial del año 1.974 (B.O.E. Nº 180 de 29 de Julio de 1.974) se concedió al colectivo de Damas de Sanidad Militar el título de Técnico Auxiliar de Clínica, Formación Profesional, grado I, de la rama Sanitaria (titulación que deberían solicitar las interesadas de forma individual) y las del Cuerpo Especial fueron consideradas como funcionarias civiles de la Administración militar, según decreto 707/1976, de 5 de Marzo.
Me gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com
ResponderEliminarMe gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com
ResponderEliminarMe gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com
ResponderEliminarMe gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com
ResponderEliminarHay dos oposiciones que son asequibles para los nuevos titulados,
ResponderEliminarlas de enfermeria de prisiones que las preparan en www.academiadeprisiones.es
y las de enfermeria militar que las preparan integramente en
www.academiaenfermeriamilitar.es
las clases las dan militares, profesionales e incluso en ingles tienen nativos.
Mi madre Doña María Luisa Zufía García, hija de Don Alfonso Zufía Erice (Teniente Coronel y Oficial en El Pardo), Fuè Dama Militar y desfiló en el desfile de La Libertad en 1968, fué una de las primeras mujeres al volante de aquellos camiones. Me gustaría si alguien hubiera alguna imagen para sus memorias.
ResponderEliminarHola, mi tía fue dama miliar hasta 1955 con 32-33 años, fecha en que murió. Me gustaría poder saber algo de su vida como Dama dónde trabajó, etc
ResponderEliminarSi alguien me pudiera indicar en que archivo puedo encontrar algo sobre ella lo agradecería mucho.
Pueden escribir a mercedes1madrid@gmail.com
Muchas gracias
Hola! yo también fui dama auxiliar militar. Me gustaría que me dierais información sobre cómo formar parte de mis compañeras damas auxiliares de sanidad militar. Mi correo electrónico es: mpblazquez63@gmail.com
ResponderEliminarMi abuela fue dama auxiliar en Zaragoza desde Agosto del 37 a agosto del 40. Su número era el 844, es decir fue de las primeras. Tenía 20 años cuando ingresó. Guardamos su cartilla así como la medalla que le dieron a la Constancia.
ResponderEliminarActualmente estoy escribiendo una novela y uno de los personajes está basado en ella. No hay mucha información del Hospital de Sangre de Zaragoza durante esos años y tampoco de sus damas auxiliares. No encuentro ni fotos. Necesitaría saber donde encontrar más información y saber quien era el director o capital médico de ese hospital en aquella época. Mi email es cmcreativos@gmail.com
Mil gracias
En su día quise ser/ estudiar/ entrar como dama militar en el hospital militar de Las Palmas de GC. Cuando dijeron que los gastos de uniforme, y otros, corrían a nuestro cargo, salimos de allí.
ResponderEliminarAsí que confirmo lo que aquí han dicho.
Leyendo cual fue el destino de las damas, la calle, me alegro de no haber entrado.
Actualmente trabajo en la sanidad pública pero siempre quise estar en el ejército