DAMAS ENFERMERAS EN LA DIVISIÓN AZUL.
Desde el comienzo de la
participación española en la II Guerra Mundial, los enfermos y heridos de
gravedad fueron tratados y operados en los hospitales de Mestelevo, Riga,
Vilna, Königsberg, Berlín y Hof principalmente por personal sanitario español,
que incluía a un gran número de enfermeras de la Sección Femenina y
de Damas de Sanidad Militar que habían acudido voluntariamente a atender a sus
camaradas. Luis Suárez, en su “Crónica sobre la Sección Femenina” recoge
cómo “el 15 de Julio, se enviaron a todas las provincias instrucciones muy
precisas acerca de la movilización de las mujeres, afiliadas o no, que la
Sección Femenina consideraba de su exclusiva competencia. Tres clases de servicios estaban en condiciones de
organizar: los de vanguardia (hospitales, quirófanos, correspondencia,
lavaderos y talleres), los de retaguardia (enfermerías, laboratorios y, en
general, sustitución de los hombres en los puestos que dejaran vacantes) y los
de industria militar (polvorines, fábricas de armas, maestranzas o textiles).
También se brindaban para llevar suministros a las ciudades liberadas. En la
práctica estos proyectos se vieron muy reducidos porque, afortunadamente, la
guerra no se generalizó y, al convertirse la División Azul en la número 250 de la
Wehrmacht, la intendencia de este último, se ocupó de todos los servicios complementarios. Al acercarse el
invierno, la Sección Femenina organizó (25 de Octubre de 1.941) una campaña de
recogida de donativos; trataba de poner en manos de cada soldado, aquellas
Navidades, un paquete con ropa de abrigo, alimentos, tabaco y una medalla de la
Virgen, a ser posible de la patrona de cada provincia…
Hubo asimismo enfermeras falangistas
y su movilización creó un problema de competencias: De acuerdo con el
decreto-ley, publicado en los últimos meses de la campaña española, todas las
enfermeras que trabajaban en los hospitales militares debían considerarse
insertas en la Sección Femenina. Pero con posterioridad, el Ejército organizó
su propio Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad y, en 1.941, el general Gómez
Ulla procedió a movilizarlas sin atenerse estrictamente a la ley 28. La Sección
Femenina se quejó de que no habían podido ir al frente ruso más que una
proporción muy pequeña de las voluntarias que estaban dispuestas. En total
fueron, en seis expediciones sucesivas, para asegurar un relevo eficiente, ochenta y
cuatro falangistas, las que actuaron como enfermeras en el frente ruso. La
lista es la siguiente:
PRIMER GRUPO, las que permanecieron
entre el 24 de Agosto de 1.941 y el 17 de Julio de 1.942: Aurelia Segovia
Martínez; Mª Teresa Valderrama Corrales; Amelia de Sevilla Gutiérrez; Mª Luisa
Crooke López; Mª Luisa Herrera Sott; las dos hermanas Larios Fernández; Javiera
Aramburu Pacheco; Ángeles Llanderal Marín, Mª del Pilar Ruiz Moso; Eusebia
Carrey Luna; Ángeles Lorente Vicente; Enriqueta Redondo Sanz; Monserrat Romeo
Martínez; Monserrat Lacourt Maciá; Benita Herrera Rojo; Lucía Díez de Valderón;
Carmen Moreno Pérez; Mª Ángeles García Fernández; Carmen Sagües Olla; Mª
Cristina de Orive Alonso; Concha Echagüe Mostayer; Sabina Martínez Hermenegildo
Franco y Aurelia Segovia y María Costi fueron las encargadas, respectivamente,
de mandar a las enfermeras procedentes de la S.F. y de Sanidad Militar para la
primera expedición. Mª Josefa Ortega Cantón; Lidia Muñoz Laborde; Mercedes Vega
Sancho; Mª Asunción Hernández Nanclares; Angustias Conde Salazar; Rafaela Cuesta
Sanz; Albina Camino Herrero; Mª Luisa Galán Bustamante; Pilar Páramo y
González-Tablas; María Páramo y González-Tablas; Ana Mª Ciria y López y Mª
Dolores Beltrán Sousa.
SEGUNDO GRUPO, del 24 de Junio de 1.942
al 12 de Agosto de 1.943: Mercedes Nogueras Martínez; Ana Mª Romero Rato; Mª
Dolores Carretero Fernández; Mª Luisa Rodríguez Dorado; Mª Pilar Aréyzaga
Aréyzaga; Mª Victoria Rezola Otaduy; Carolina Mendizábal de la Fuente;
Natividad Núñez Garralón; Paulina Aguirre Fernández de Lanza; María Iriarte Baser;
Carmen Serrano Vicent; Mª Concepción Pellicer González; Adela Esparza Goñi; Mª
del Pilar Gordo Gracia; Mercedes Vidal Abarca; Angelines Aznar Zaldívar; Isabel
Aznar Zaldívar; Concepción Bergé Cortés.
TERCER GRUPO, de Noviembre de 1.942
a Diciembre de 1.943: Mª Josefa López Peláez; Mª del Carmen Pérez Izquierdo;
Carmen Salvadora del Castillo Lacarra; Natividad Díez Vázquez; Josefa Luna
Orbaneja.
CUARTO GRUPO, del 2 de Mayo a
Diciembre de 1.943: María Rita Odriozola Guerezquiz; Blanca Reviso Olaya; Francisca
Pina Pérez; Mª Cruz González Goascoechea; Mª Paz Ramos Izquierdo, Felisa
Araguas Neira.
El QUINTO GRUPO, salió en dos
escalones los días 15 de Julio y 12 de Agosto de 1.943; regresó también
escalonadamente al retirarse la División Azul en Diciembre de 1.943, Enero y
Febrero de 1.944: Mercedes Ródenas Revenga; Consuelo Gil Sousa; Micaela Pérez
Hernández; Bonosa Ruano Beltrán; Mª de los Ángeles García Blas; María Ruiz
Santiago; Honorata Gutiérrez Galán; Julia Muñoz Martín; Araceli del Campo
Martínez; Matilde Díaz Varela; Amalia Naya Neira; Crisanta Galán Hernández; Mª
del Pilar Alcántara García; Mª del Carmen Docet Ríos; María Miller García y
Aurelia Ainsa Font.
Prácticamente todas las enfermeras
recibieron alguna condecoración. A una de ellas, Felisa Araguas Neira, fue
otorgada la Cruz de Hierro de segunda clase. Por su parte, el incansable
Fernando Vadillo, en su muy lograda crónica sobre los divisionarios españoles
testimonia de la siguiente forma su presencia: “Manuel y Juan, soldados del
Equipo Quirúrgico de Campaña creado en el campamento de Grafenwöhr bajo el
mando del capitán médico Fernando Lorente Sanz, habían conocido ya en Varsovia
lo que es un hospital de guerra. Pero del hospital de Varsovia a los de
Smolenko mediaba un abismo. Era como salir del paraíso y meterse de cabeza en
el infierno. El Equipo Quirúrgico de Campaña embarcó en Grafenwöhr con
dirección a Polonia el 10 de Septiembre, cuando ya no quedaba ningún
divisionario por aquellos parajes de la bucólica Baviera. Varsovia era una ciudad
destruida en parte, pero aún conservaba en pie muchas manzanas de edificios y
no pocas cervecerías, teatros, cinematógrafos y otros lugares de esparcimiento
para las tropas de ocupación. En Varsovia, Manuel y Juan asistieron cierta
tarde a la proyección de la película “El Barbero de Sevilla”, protagonizada por
Miguel Ligero y Estrellita Castro. Y en Varsovia se encontraron con la grata
sorpresa de la llegada del grupo de enfermeras españolas que venían pisándoles
los talones, como quien dice, desde Grafenwöhr y Hof:
- ¡Benita!
¿Tú aquí? Benita Herrera, morena, menuda, valenciana ella y simpática a rabiar,
era una de las jóvenes militantes de la Sección Femenina que habían acudido al
llamamiento hecho por la Jefatura Nacional el 29 de Julio para integrarse en el
grupo de enfermeras de Sanidad Militar que habría de cumplir servicios,
voluntariamente, en los hospitales de campaña de la División Azul.-- Ya lo ves,
Manolo. Aquí estamos todas...
Allí estaban
todas. Treinta y ocho chicas, que habían partido de Madrid a las nueve de la
mañana del 22 de Agosto, en el tren expreso de Irún. Con ellas habían
emprendido viaje el teniente coronel de Sanidad Militar Alberto Blanco, los
comandantes López Muñiz, Martín Renedo y Gómez Durán, el capitán Lorenzo Sanz,
otros veintiún oficiales de menor graduación, gran número de sargentos y
practicantes y el capellán castrense Juan Dehesa. Desde Madrid hasta Irún, la
expedición fue acompañada de Mercedes Milá Nolla, Inspectora General de Damas
Auxiliares de Sanidad Militar –nombrada por el Caudillo en la orden firmada en
Burgos el 24 de Marzo de 1.937–, y de Tina Esteban, Jefe de Enfermeras de la
Sección Femenina de FET y de las JONS”.
RIVALIDAD ENTRE LA FALANGE Y EL
EJÉRCITO.
El encono Falange-Ejército por
adquirir protagonismo dentro de la División tuvo su máximo exponente en la
organización de la Enfermería que debía asistir a la misma. Así, la jefa de las
enfermeras falangistas, odiaba a la de sus homólogas militares, la catalana
Mercedes Milá, hasta el punto que la acusó de haberse atraído a alguna de sus
subordinadas por medio de halagos y oscuras prebendas y solicitó con
desesperación la supresión de la dualidad de mandos. Todos estos problemas
influyeron negativamente en la efectividad de la acción sanitaria divisionaria
(la actitud del subjefe dejó muy mermada el servicio de Cirugía). Deficiencias
de las que los responsables españoles culparon -con cierta ligereza- a sus
colegas alemanes, lo que incrementó sensiblemente el recelo de la tropa hacia
los alemanes en general. Pero lo cierto es que cuando una enfermera falangista
solicitó ropa para Porchow, vaciaron de inmediato un depósito entero. Y cuando
Celia Giménez se ofreció a visitar los hospitales de Alemania donde se hallaban
esparcidos los enfermos y heridos españoles, la Sanidad alemana puso a su
disposición un coche, y su propio jefe se prestó a acompañarla. En sólo dos
horas fueron tendidos hilos telefónicos a uno de los hospitales, para poder
grabar mensajes de los divisionarios con destino a España, y se desplazó una
cámara cinematográfica para filmar a los internados…
Al margen de los aspectos hasta aquí
apuntados, no cabe duda de que la Sanidad divisionaria hizo gala también de
elementos positivos, alguno de ellos deudores de la organización alemana. Así
el nivel de efectividad en el tratamiento proporcionó resultados excelentes la
adjudicación al herido, tan pronto como llegaba al primer puesto sanitario, de
la llamada "Cedula de Acompañamiento para Heridos", una
pequeña cartulina de unos 14 centímetros de largo por 6 de ancho, donde
constaba su nombre y apellidos, la unidad en la que estaba integrado, la herida
sufrida y la relación de medicinas recibidas de inmediato por vía oral o
inyectadas, con referencia concreta al suero antitetánico.
Pero los españoles no sólo fueron
atendidos por sus compatriotas. En Alemania, los enfermos y heridos también lo
fueron por la amplia red asistencial de la Sanidad militar del país. En los
lazaretos, fueron asistidos por médicos y enfermeras alemanes, y también en su
mayor parte, por monjas alemanas de la caridad. El número de atendidos fue, sin
duda, elevado, sólo en el distrito de Colonia, a mediados de 1.942 habían sido
atendidos unos 500 heridos, en 20 localidades. Y el trato que se les dispensó,
al parecer fue excelente.
EL GRUPO 250 DE SANIDAD EN LA DIVISIÓN AZUL.
El 85% de los voluntarios que
participaron en la Sanidad de la División Azul eran universitarios y
excombatientes de la guerra civil entre los que había numerosos médicos y
practicantes, así como estudiantes de medicina que colaboraron en los puestos
sanitarios. También prestaron servicio en los diferentes hospitales como
enfermeras las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, de la Cruz Roja y una
pequeña proporción de componentes de la Sección Femenina de la Falange.
Las enfermeras españolas de la
Sanidad Militar en Alemania vestían un uniforme que incluía una camisa caqui
con un poco habitual diseño de bolsillos, botones de cuero marrón oscuro, y
cuello y puños blancos. En el cuello lucían el emblema de la Sanidad Militar
española, mientras que el resto de insignias y condecoraciones se lucían en el
bolsillo. También llevaban un cinturón negro con una hebilla gris plata de la
Sanidad Militar, una falda plisada caqui, medias marrón claro y zapatos marrón
oscuro. El tocado consistía en un griñón caqui y una toca blanca en la que iba
enganchada la insignia metálica gris plata de la Sanidad Militar.
El Grupo de Sanidad, al igual que el
resto de la División era básicamente una unidad hipomóvil. Disponía de dos compañías:
518 personas (1 comandante médico, 30 oficiales, 70 suboficiales, ayudantes de
medicina, farmacia y veterinaria, y el resto: enfermeras, practicantes y
sanitarios). De material tenían 134 mulos y 22 vehículos ambulancia
hipomóviles.
Se instalaron hospitales en
Mestelewo, Mieskowo, Könisberg, Wilna, Holf y Berlin. Se vacunó a todo el
personal: la antivariólica, antitífica y contra el cólera, al mismo tiempo que
se determinó el grupo sanguíneo que sería grabado en la chapa de identificación
individual.
Cada sección de evacuación y
transporte con un total de 36 camillas se encargaban del transporte de heridos.
También había dos secciones de 30 ambulancias.
En cada una de las dos compañías de
Sanidad existía un puesto de Socorro y Clasificación que oscilaban entre 40 y
80 camas situados a unos 8 a 11 kilómetros del frente. El hospital de Campaña
contaba con material quirúrgico para tratar a todo tipo de heridos de urgencia,
equipo de oftalmología, odontología, laboratorio y farmacia, con una capacidad
de 200 camas y se situaba a unos 10 a 15 km. del frente.
Las evacuaciones desde el Hospital
de Campaña hacia la retaguardia se hacían en trenes hospitales que llevaban los
nombres de "Lili-Marlen", "Violeta", "Peter"
y "Rómulus". En las relaciones de bajas se hace distinción
entre heridos, congelados y enfermos. Se instalaron también "Puestos de
Calentamiento" dado el gran número de soldados congelados debido al
intenso frío.
El Grupo de Sanidad intervino en las
batallas de Wolchow, Krasnybor y en el cerco de Leningrado. A su mando
estuvieron en distintas etapas: Los comandantes médicos Servando Casas
Fernández, Federico Arteaga Pastor, José Moreno Monroy y Joaquín Pastor
Candela. En la Jefatura de Sanidad estuvieron los tenientes coroneles médicos
Alberto Blanco Rodríguez y Blas Hidalgo. Y el teniente coronel Pellicer fue nombrado
inspector de hospitales.
DAMAS DE SANIDAD MILITAR QUE PERTENECIERON AL GRUPO
250 EN LOS DIVERSOS TURNOS (con asterisco, las condecoradas) (con + las
fallecidas posteriormente):
Dª Eloísa y Dª Yolanda Ajuria Brunet, Dª Margarita
Alba Fernández de Cañete (+), Dª Albina Albacete Fraile, Dª Elena Alcoberro
Muñoz, Dª Josefina Alegría Izurdiaga, Dª Concepción Alonso Linajes, Dª
Matilde Alonso Tous, Dª María Luisa Aramburu Topete (+), Dª Alicia Arce
Navascués, Dª Andresa Armillas Urgel (*), Dª Maria Beiro Soj, Dª Carmen
Blanco Linares, Dª Dolores de Borja y Carceller, Dª Maria Consuelo Calleja
Acebes (+), Dª Joaquina Callen Zamora, Dª María Castro Aguirre, Dª María del
Carmen Chacón Alonso, Dª María Costi García de Turón, Dª María Dolores Díaz
García (+), Dª María Dolores Díaz Rodríguez, Dª Manola Escauriaza Landecho,
Dª Consuelo Feleches Pelser, Dª María Luisa Fraile Amelivia, Dª Elvira García
Aynat (+), Dª María Angeles García-Laredo y Fernández de la Reguera, Dª
Mercedes Gascón Saínz (*)(+), Dª María Gil Balenchana, Dª Narcisa Gómez Palma
(+), Dª Ángeles y Dª María Josefa González Gorbeña, Dª Casimira González
Pérez (+), Dª María Iriarte Itoria, Dª María Teresa Iribarren Irigoyen, Dª Carmen
Ladrón de Guevara Álvarez, Dª María Ángeles de Larrucea y Samaniego (+), Dª
Manuela Lissen Delgado, Dª Catalina Martín Alonso (+), Dª Resurrección Martín
Zambudio, Dª Purificación Mascubre Aguado, Dª Mercedes Milá y Nolla (**)(+),
Dª Asunción Miró Ornat, Dª Dionisia Muniaín Orcoyen, Dª Ángeles de Noreña y
López, Dª Socorro Orderiz Martín de Irujo, Dª Asunción Pascual Alcañiz, Dª
Maria Paylo, Dª Pilar Periza Somontes, Dª María del Carmen Ranilla Martín, Dª
Francisca Raya Raya (+), Dª María Josefa Ruano del Campo (+), Dª Pilar Ruiz
Mosso, Dª Ángeles Santos Miguelañez (+)(*), Dª Felisa Sastre del Blanco, Dª
Ebrelfa Tejedor Arnaiz, Dª María Remedios Tomé Alonso, Dª María Teresa Trenor
y Pardo de Donlebún, Dª Dolores Ulecia de la Plaza, Dª María Teresa Valdés
Faulí y Pombo (*), Dª María Dolores Valle Cantero, Dª Micaela Vázquez Sagasti
y Dª María Paz Velasco Gómez
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Y, como ya había pasado años antes
en Vietnam, el Servicio Sanitario continuaba siendo pionero en las misiones de
nuestras Fuerzas Armadas allende los mares, esta vez en NICARAGUA:
MISIÓN NICARAGUA: EVACUACIÓN DE RESIDENTES.
Entre el 13 de Junio y el 17 de Agosto
de 1.979 se realizaron tres expediciones de Hércules C-130 para evacuar
residentes en Nicaragua como consecuencia de la guerra civil en el país. Los
vuelos comenzaron el 15 de Junio entre San José de Costa Rica y el aeropuerto
de Las Mercedes-Managua. Corrían los días del triunfo del movimiento sandinista
en su lucha contra el régimen del presidente Somoza, por lo que la situación era
de alto riesgo, tal y como se pudo comprobar en la primera misión, cuando otro
avión que precedía al español fue ametrallado durante su aproximación... A
partir de ese momento, el Hércules español fue la única aeronave que permaneció
en zona estableciendo un puente aéreo para evacuar a españoles y personas de
otras nacionalidades.
La evacuación del personal la
organizó el Embajador de España en Nicaragua, Pedro de Arístegui (fallecido en El Líbano el 16 de
Abril de 1.989, cuando un proyectil sirio
impactó contra el comedor de la embajada española), quien formaba caravanas en la ciudad y las llevaba
hasta el aeropuerto para su embarque: En la primera expedición, del 11 al 26 de
Junio, en un Hércules se evacuaron 1.500 personas en once rotaciones San
José-Managua-San José, de ellas 460 españolas, y se trasladaron a Nicaragua 24
toneladas de material enviado por Cruz Roja. En la segunda, del 2 al 13 de Julio,
en otro Hércules se evacuaron 740 personas a San José y Guatemala en ocho
salidas y se transportaron a Nicaragua 80 toneladas de material sanitario y
productos alimenticios. En la última expedición, del 8 al 17 de Agosto, en dos
Hércules se trasladó desde España un hospital de campaña y 34 personas, entre
médicos y damas enfermeras de Sanidad Militar. Esta misión tuvo una amplia
repercusión en los medios de comunicación social: “Una de las operaciones de
evacuación de refugiados de guerra más efectivas de las llevadas a cabo
por España en el extranjero y la única de esta envergadura y generosidad hecha
por un país extranjero en Nicaragua” (“Cambio 16”, 8 de Julio de 1.979).
“La acción
humanitaria del Hércules es única” (“Ya”, 1 de Julio de 1.979).
“Estuvo
realizando, sin estridencias ni propagandas, una labor humanitaria que, sin
duda alguna, salvó muchas vidas” (“La Prensa”, San José de Costa Rica, 27 de Junio de 1.979).
Pero la Misión Sanitaria
nicaragüense bien merece una narración más pormenorizada:
Después de una cruenta guerra que
costó unos 50.000 muertos y la destrucción del país, el 18 de Julio de 1.979,
el dictador Anastasio Somoza huía del país y el día 29 del mismo mes, el
gobierno sandinista se instalaba en la capital, Managua. Durante la guerra, el
gobierno español participó en el apoyo internacional a Nicaragua. Se montó un
centro de refugiados para proteger a los ciudadanos españoles, unos 400, así
como ciudadanos de otros países hispanoamericanos, otros 3.000.
Los mismos aviones Hércules del Ala
31 del Mando Aéreo de Transporte (MATRA) que transportaban a estos ciudadanos
hacia el exterior, se encargaban a su regreso de llevar medicinas y víveres que
enviaba la Cruz Roja Internacional.
A primeros de Agosto se montó el
hospital español en la ciudad de Estelí, al mando del Tte. Col. médico D.
Enrique Martínez Pérez, el comandante médico D. Alejandro Domingo Gutiérrez,
capitán médico D. Juan Relanzón López, teniente sanitario D. Hermenegildo
Verdugo Paniagua, ATS D. José Guijarro Larriba, once Damas de Sanidad al mando
de la inspectora general Dª Coloma Rotger Guardiola, una auxiliar de laboratorio,
una ATS, una religiosa, un soldado médico y seis soldados sanitarios.
La ciudad de Estelí tenía una
población de 26.000 habitantes, situada a 150 Km. al norte de la capital. Todo
este personal viajó desde España junto con un cargamento en otro Hércules de
medicinas, víveres y un hospital de campaña con todo su instrumental, cuyo
importe era de unos 520 millones de pesetas.
Se montaron tiendas de campaña y se
habilitaron varios edificios semi-derruidos para instalar las camas (unas 90) y
los quirófanos. Un motel cercano se acondicionó para alojamiento del personal.
El servicio quedó organizado del
siguiente modo:
1.- MEDICINA ASISTENCIAL a cargo del
comandante Domingo, capitán Relanzón, brigada ATS Guijarro y el soldado médico
Francisco Manso.
2.- MEDICINA PREVENTIVA Y
LABORATORIO, al frente del Tte. Col. Martínez y con la colaboración de una Dama
de Sanidad y una ATS del Instituto de Medicina Preventiva. Encargados también
del saneamiento de las instalaciones, desinfección, desinsectación, desratización,
depuración y potabilización del agua, elaboración de sueros salinos, glucosados
y gluco-salinos, vacunación del personal y normas de quimioprofilaxis.
3.- PERSONAL AUXILIAR DE CLÍNICA,
distribuido en consultas, hospital, farmacia y tienda de campaña (en donde se
ponían las inyecciones).
4.- SERVICIO DE GUARDIA DEL HOSPITAL,
por turnos rotativos, entre el personal médico y Damas de Sanidad.
5.- SERVICIOS GENERALES, a cargo de
los soldados sanitarios bajo el mando del teniente Verdugo.
6.- SERVICIOS DE INTENDENCIA Y
ECONÓMICOS, a cargo del comandante de Intendencia D. Fernando Jiménez Pelegrí,
quien se encargaba de la contratación de personal de cocina y limpieza, además
de las compras del material necesario al efecto.
Se atendían una media de 320 enfermos
diarios, desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, incluidos domingos y
festivos. Las enfermedades más frecuentes eran: desnutrición, deshidratación,
alteraciones psíquicas, avitaminosis, problemas respiratorios y digestivos,
afecciones parasitarias, paludismo, heridos de la guerra, etc… En colaboración
con la emisora de radio local –“Radio Liberación”-, se emitieron
programas de educación sanitaria, fundamentalmente de higiene alimentaria y de
vacunaciones; las charlas se emitían cuatro veces al día y reflejo de su éxito,
fue la llegada cada vez más numerosa de madres para vacunar a sus hijos
(tétanos y poliomielitis principalmente). Aparte de estas actividades, se
enviaban equipos médicos del contingente español a otras ciudades nicaragüenses,
sobre todo al hospital de la Trinidad. Las evacuaciones desde el hospital de
Estelí se hacían en ambulancias de la Cruz Roja sobre otros hospitales de
Managua. Los gastos del hospital español rondaban los 15.000 dólares mensuales
lo que le permitían autoabastecerse de medicamentos y víveres, sufragados por
el Estado español.
El 14 de Septiembre se produjo el
relevo de parte del personal y el 27 de Octubre otro. Durando la ayuda
humanitaria española ocho meses desde su comienzo.
Y, para finalizar, un poco de
Historia personalizada, pues las Damas de Sanidad no merecen el olvido:
Dª ROSARIO VÁZQUEZ FERNÁNDEZ, ENFERMERA LEGIONARIA.
Enfermera legionaria, que acompañó a la II Bandera de la Legión desde el 1
de Septiembre de 1.924 hasta el 31 de Octubre de 1.925, durante parte de la
etapa de recuperación del territorio perdido tras el Desastre de Annual. Era
enfermera de plantilla con derecho al uso del uniforme militar (la primera
mujer en el Tercio), camisa y prenda de cabeza, así como al rancho y haberes. Sufrió
dos heridas de guerra y fue condecorada en 1.926 con la Cruz Roja del Mérito
Militar por su acción en Los Cañaverales, junto al río Martín: Yendo a montar
un puesto de socorro descubrió una fuerza enemiga que había logrado infiltrarse
a retaguardia legionaria; con su aviso hizo abortar el ataque bereber.
ORDEN DEL TERCIO DEL DÍA 31 DE MAYO DE 1.926:
A la Enfermera Legionaria Dª ROSARIO VÁZQUEZ FERNÁNDEZ
le es concedida la Cruz de Plata al Mérito Militar con distintivo Rojo por Orden
de este día (D.O. nº 120).
Méritos: Acompañó a la II Bandera en cuantos hechos de
Armas intervino desde el 1 de Septiembre de 1.924 hasta el 31 de Octubre de
1.925, siendo particularmente heroica su actuación durante la retirada de Beni
Adrós
Dicha condecoración le fue impuesta con toda
formalidad, y ante la II Bandera formada en Targuist por el Teniente Coronel D.
RICARDO RADA PERAL.
Junto a ella, también debe ser recordada Da JUANA MIRÓ,
cantinera del Tercio, que actuó como enfermera en primerísima línea durante el
desembarco de Alhucemas (no fue la única: Su tocaya Juana Martínez López, cantinera de Batel,
integrada en el grupo de tropas que se retiraron a Monte Arruit -1.921- y donde
atendió a los heridos de esta posición, en cuyos brazos murió el Teniente
Coronel. D. Fernando Primo de Rivera. Finalmente, cayó prisionera de los
rifeños, pero consiguió escapar de éstos, llegando a Melilla)…
"ORGULLO
DE SU BATALLÓN,
TODOS SUSPIRAN
POR ELLA,
POR SU
DESPLANTE BURLÓN,
POR CORAJUDA Y
POR BELLA"
Hola: si copiais textos y fotos de otras webs, al menos, deberíais citar su procedencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Ante todo, disculparnos por la tardanza en la respuesta, debida a problemas del sistema de comunicaciones del servidor, y totalmente ajenos a nuestra voluntad. El texto bebe de diversas fuentes, cada cual más interesante y divulgativa. El objetivo del Foro es publicar artículos lo más completos posibles y con la mejor información para el lector. Si se han omitido referencias o pies de foto es únicamente error del redactor, que con estas líneas se disculpa. Sobre la cuestión de la copia planteada, únicamente podemos añadir que los artículos de este Foro sufren más plagio que al contrario (lo que -por desgracia-nos consta), por lo que -posiblemente-, en caso de que haya leído parte del mencionado artículo en otro lugar, la dirección del presunto plagio sea la inversa, es decir, desde este Foro a la página revisada. En cualquier caso, quedamos a su disposición para que nos refiera la fuente que crea que haya podido ser utilizada indebidamente por nosotros.
EliminarLas fotografías se pueden obtener todas de Internet, por lo que -según su Normativa- si no poseen copyright explícito son de uso público y, en consecuencia, pueden ser utilizadas. Siempre que hemos conocido del mismo o nos lo ha requerido el autor, por supuesto que siempre lo hemos referenciado adecuadamente.
Un cordial saludo, con el deseo añadido de que colaboren en alguna ocasión en este Foro con algún artículo sobre Transmisiones, que irá con la Firma correspondiente a su autor, por supuesto.
Ni te van a contestar Veterano, yo llevo 6 meses esperando a que me contesten de donde han sacado el texto y unas foto de un trabajo que han publicado sobre los rombos del Ejercito del Aire, así que siéntate y espera...
ResponderEliminarSaludos
Carlos, como te hemos contestado por el Facebook, hemos tenido problemas con el correo vinculado a Blogger, y contestaremos en tiempo y forma a todas vuestras preguntas o matizaciones. Muchas gracias por tu interés en el Foro. Un cordial saludo.
EliminarGracias por recopilar y poner a disposición este material. Ha sido muy útil en una investigación que estoy realizando. Un abrazo.
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