Zorras contra leones
Porque...
torturando que es gerundio
Estas
semanas me han llegado algunas noticias sobre nuestras Fuerzas Armadas que, aparte del primer titular que han provocado,
me han resultado inquietantes. Digo inquietantes por el contexto; porque
revelan con bastante nitidez qué estamos haciendo con nuestro ejército, en qué
quieren convertirlo los políticos. Si no lo han logrado ya.
Por
una parte, tenemos las informaciones o rumores acerca de torturas o supuestas
torturas practicadas en Iraq hace
casi diez años. Lo primero que me ha llamado la atención es la oportunidad de
esas revelaciones: aparecen en el diario
El País, en un momento de clara
debilidad de este gobierno, y hay muchas papeletas de que se tratase de un
reportaje “congelado”. ¿Qué quiere decir “congelado”? Ni más ni menos que un
artículo o noticia que no se ha publicado en cuanto el periódico ha cerciorado
los datos; un reportaje que ha dormido el sueño de los justos, hasta que se ha
considerado conveniente darlo a conocer. Conveniente porque conviene a la
empresa editora o al sesgo ideológico del medio.
Asimismo,
hay que tener en cuenta que la supuesta vejación se produjo tras la victoria
electoral de José Luis Rodríguez
Zapatero en 2004. Pero lo más significativo es el vídeo con que El País aspira apoya su noticia. Un
vídeo que puede ser un auténtico fake
grabado por cuatro amigos en un garaje, y que, en cualquier caso, sólo muestra
media docena de patadas en el lomo de un personaje sin identificar. La escena
apenas se prolonga más de medio minuto. Un juego de niños en comparación con
cualquier manifestación en la que ciertos “indignados” propinan puntapiés a un
policía. Sin embargo, la corrección política ha elevado el grito al cielo y al
infierno, para denunciar “gravísimas violaciones de los derechos humanos”, como
si el vídeo de El País fuera gore de
la línea más sádica, algo propio de Pol-Pot
o de Mengele. Pero no da para tanto,
la verdad.
Luego
leo que un soldado ha denunciado al Ministerio
de Defensa, porque un arresto domiciliario le ha provocado ansiedad. Y el
chaval ha ganado el juicio... ¡en un tribunal militar! Como si mañana un tipo
sale de prisión y demanda al Estado por privarlo de su libertad y por alienarlo
en una cárcel. A este soldadete que se había saltado la disciplina castrense, y
por ello fue sancionado, lo van a premiar con 7.500 euritos.
¿Qué
tipo de Ejército queremos? Es más:
¿queremos algo que merezca el nombre de ejército? ¿Somos conscientes de que en
una guerra hay que mancharse las manos, y que hay que saber cuándo y cómo se
pone coto a la manga ancha, sin caer en remilgos ni en excesos? ¿Sabemos que
sin orden ni rigor no hay organización que funcione, y que, por esencia, un
ejército es jerarquía y no democracia ni algodones? Por eso parafraseo el
título de la película de Robert Redford:
las zorras, desde su escaño en el Congreso,
desde su sillón acolchado del Ministerio, desde su escritorio del periódico,
pretenden que los leones se comporten como corderos y nos defiendan como lobos.
José María Sánchez Galera
Periodista y escritor, coautor de Vamos a contar mentiras (EDAF, 2012)
http://dietario.copa-america.org/
Estimados señores: leo con atención y dedicación sus páginas y les felicito pese a los "pequeños" errores históricos que observo, son disculpables. Pero no que no es permisivo son los comentarios tipo "Un juego de niños en comparación con cualquier manifestación en la que ciertos “indignados” propinan puntapiés a un policía". No se puede defender atacando sin razón (en la vida, no en elcampo de batalla).
ResponderEliminarUn saludo.
Fernando Muñoz Molina.