Sinopsis: Poco después de la muerte en extrañas circunstancias de dos soldados en el cuartel de Regulares de Melilla, se descubre que la causa ha sido una sobredosis de heroína. Un capitán encarga a un soldado que investigue la posible relación entre ellas, pero a medida que se empiezan a descubrir hechos, el soldado es rápidamente apartado del caso. Sin embargo, continuará la investigación por su cuenta llegando a la conclusión de que todas las muertes están relacionadas con el tráfico de heroína, así como con varios oficiales.
"Efectiva, tan atípica como resuelta" (Luis Martínez. Diario El País).
Olea se apuntó al cine de género y logró un thriller atípico, eficaz y con el beneficio de resultar tan sencillo como resultón (si bien la película empieza siguiendo con cierta fidelidad el relato original, en el último tercio del metraje la historia cambia marcadamente, especialmente cuando la acción se traslada a las Chafarinas que dan título a ambas obras). Se trata la investigación que por libre emprenden dos soldados (Sanz y Albalá) de un cuartel de Melilla tras el extraño suicidio de un compañero al que le siguen otras dos muertes más, con la droga como nexo de unión... No deja de ser un infravalorado thriller español, con un buen reparto -a destacar el papel de Javier Albalá como Cidraque- y enmarcado en un escenario tan inusual en el cine como es Melilla. Basada en la novela homónima de Fernando Lalana, se nota la mano en el guión del propio autor consiguiendo una trama efectiva. Quizá la realidad no sea tal y como Olea la presenta, pero sí los elementos de los que parte para construir el argumento: El contrabando de droga tan prolífico en el norte de África, junto a los soldados españoles destinados en esa zona.
La irregularidad de ciertos momentos poco creíbles (no es muy propio que la hermana del muerto se enamore de un soldado cuando el viaje tiene como objeto repatriar su cadáver... Creo que la chica no está para pensar en esas cosas en tan delicada situación y, además, sólo en un día que pasa en Melilla) se compensa con otros verdaderamente logrados, con mucho entretenimiento y ritmo. Ayuda a ello la magnífica música mora de Bernardo Bonezzi.
Película que no está mal, y entretiene. Los actores, extrañamente en nuestro cine, resultan sumamente convincentes. No es “The French Connection” (William Friedkin, 1.971) pero se deja ver. Recomendable.
Nota: 6,8.
FICHA TÉCNICA
Dirección: Pedro Olea.
País: España.
Año: 1.995.
Duración: 89 minutos.
Guión: Pedro Olea, Fernando Lalana (Novela: Fernando Lalana).
Música: Bernardo Bonezzi.
Fotografía: Paco Femenía.
Montaje: Pepe Salcedo y Antonio Pérez Reina.
Producción: Altube Filmeak.
Protagonistas: Jorge Sanz (Jaime), María Barranco (Elisa, esposa del Sargento Moreno), Oscar Ladoire (Contreras), Javier Albalá (Cidraque), Esperanza Campuzano (Victoria), Ramón Langa (Gayarre), Tony Zenet (Adolfo), Miguel del Arco (Marmolejo), David González (Aguado), Ernesto Alterio (Judez), Ramón Goyanes (Villalba), Javier Lago (Teniente Comesaña), Guillermo Toledo (León Zambrano), Antonio Dechent (Brigada Teodoro), Alberto San Juan (Furriel 7ª Compañía), Pepón Nieto (Centinela), Txema Blasco (Coronel) y Antonio de la Torre (Telefonista).
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