25º de Infantería yankee atacando posiciones españolas |
Las Lomas de San Juan se encontraban protegidas
inicialmente por 137 hombres del Regimiento de Talavera, y formaban parte del
dispositivo español alrededor de Santiago de Cuba. Llama la atención el hecho
de que a pesar de la importancia de la posición se hubiera destinado a su
defensa tan exiguas tropas.
La estratégica posición se encontraba situada en un
terreno abrupto y con densa vegetación aunque las tropas españolas habían
despejado algunas áreas de terreno (de igual manera que en El Caney) para
facilitar así el tiro desde las posiciones defensivas.
Contaba como defensas naturales con la presencia
del río San Juan y de varios arroyos que discurrían cercano a las Lomas, y con
una colina (denominada "Kettle" por los americanos) como
avanzadilla del sistema defensivo.
San Juan (Blocao) |
Entre esta colina y las Lomas existía, además, un
estanque de agua que contribuía a facilitar su defensa.
Para reforzar el dispositivo español se habían
realizado, con anterioridad al ataque norteamericano, obras defensivas
consistentes en un blocao de ladrillo y algunos de madera en la cima de las
Lomas, mientras que en la colina de Kettle se aprovecharon las infraestructuras
de una plantación de caña. Todo el conjunto se mejoró con la excavación de
trincheras "carlistas", pozos de tirador y el tendido de alambradas.
La pequeña guarnición fue reforzada con otras 2
compañías (una del Provisional de Puerto Rico y otra del Talavera, 60
Voluntarios y 2 piezas de montaña Krupp de tiro rápido. En total 521 soldados.
Colina de San Juan |
Una segunda línea defensiva, establecida a unos 700
metros por detrás de las Lomas de San Juan, en el punto donde el General
Linares estableció su Cuartel General, estaba constituida por 3 compañías del
Talavera con un total de 411 hombres.
Las fuerzas de esta segunda línea fueron
desplegadas de la siguiente manera: Una Compañía en el camino de El Pozo, cuya finalidad era
evitar que las tropas norteamericanas envolvieran las posiciones españolas; otra
Compañía en la intersección de los caminos de El Pozo y El Caney; una tercera
Compañía en el camino a El Caney.
La tercera línea defensiva se encontraba cerca del
fuerte de La Canosa, formada por una Guerrilla a caballo de 140 hombres, que
formaban la reserva. A estas fuerzas se sumarían, ya finalizando el combate,
1.000 hombres de las dotaciones de la escuadra de Cervera al mando de
Bustamante, que protagonizaron un contraataque que no obtuvo resultados.
Tiradores españoles contra los Rough Riders |
Entre las Lomas de San Juan y la colina de Kettle
Hill las tropas españolas habían erigido una línea de trincheras y alambradas
desde las que dificultar el avance americano.
Mientras el general Lawton atacaba El Caney con
casi 7.000 hombres, imaginándose poco menos que un paseo, el general Shafter se
preparaba para realizar el ataque principal sobre éste enclave.
Sus planes preveían desplegar a la derecha la
división de caballería, frente a Kettle y la 1ª división de infantería a la
izquierda, directamente sobre San Juan.
Como fuerzas de reserva contaba con la 2ª brigada
de la división de infantería.
Una vez desplegadas estas fuerzas, la artillería
batiría las posiciones españolas mientras los norteamericanos las asaltaban.
Al mismo tiempo, las "victoriosas"
unidades de la división Lawton tras aniquilar El Caney deberían sumarse al
ataque a la hora prevista para ello (las 10:00 de la mañana), haciéndolo por la
derecha del despliegue americano.
Artillería yankee |
Hacia las 08:20 de la mañana la artillería
americana comienza a abrir fuego sobre las Lomas, desde una distancia algo
mayor a los 2.000 metros para proteger el avance de sus tropas pero, delatados
por el humo que producen sus disparos al utilizar pólvora negra, son acallados
por el fuego de contrabatería de los dos cañones Krupp españoles a las 09:00 de
la mañana, causando bajas no sólo entre los artilleros norteamericanos sino
también sobre algunas unidades que han sido desplegadas cerca de las piezas.
Las tropas norteamericanas, fiadas en su superioridad numérica y en la creencia
de la escasa combatividad de las tropas españolas, se lanzaron directamente al
ataque sin reconocer previamente el terreno, repitiéndose la misma escena que
en El Caney: lo certero y el volumen de los disparos españoles obligan a los
americanos a echarse al suelo sin poder avanzar. Las tropas comienzan a
apelotonarse sobre el intrincado terreno, negándose incluso algunas unidades a
avanzar, por lo que son obligadas a abandonar los caminos para no entorpecer
las evoluciones del resto de tropas.
El caos reinante es enorme en esos primeros
momentos del combate entre las fuerzas del U.S. Army, un hecho que no llega a
ser aprovechado por las tropas españolas debido a la falta de refuerzos. Ante
el intenso fuego español que impedía los movimientos de las tropas americanas,
éstas elevaron un globo de observación, hacia las 09:30 de la mañana, de un
color amarillo que contrastaba fuertemente sobre el azul del cielo y que fue
prontamente abatido por los cañones españoles.
Ametralladoras Gatling |
Además, los cañones españoles dirigen su fuego
sobre el lugar desde donde se ha elevado el globo al suponer, acertadamente,
que allí se concentran unidades americanas, causándoles gran número de bajas.
Sin embargo, antes de ser abatido desde el globo de observación se ha avistado
un sendero por el que son desplegando las apelotonadas unidades del US. Army.
A pesar de ello, el fuego español no decreció ni en
intensidad ni en puntería, a pesar de las bajas, obligando a los
norteamericanos a ralentizar su avance ante las pérdidas que estaba sufriendo.
Sobre las 10:00 de la mañana, algunas unidades
americanas ya se han desplegado frente a Kettle Hill mientras otras se han
situado en posición tal que les permite llevar a cabo el ataque sobre San Juan.
Sin el apoyo de sus baterías, el avance norteamericano es recibido con un
nutrido fuego por parte de los 2 cañones y de los mauser españoles que provocan
una gran cantidad de bajas entre sus filas, pero pronto la munición de las dos
piezas comienza a agotarse. Los planes de las tropas norteamericanas se han
visto seriamente alterados debido a la dura resistencia que oponen las tropas
españolas.
Artillería USA |
Dándose cuenta del error cometido al enviar sobre
El Caney las fuerzas de la división Lawton, que no terminan de aplastar la
resistencia de las tropas de Vara del Rey y por tanto no pueden participar en
el ataque a San Juan, se les ordena cesar la acción y regresar de inmediato.
Pero Lawton está librando su propia guerra y,
aunque se trate de un triunfo estéril, no desea dejar escapar la oportunidad de
alcanzar su propia victoria por lo que desacata las órdenes recibidas y
continúa con su ataque sobre El Caney, comprometiendo seriamente las
operaciones sobre el verdadero objetivo.
A las 13:00 de la mañana, las unidades de la
Brigada Summer pertenecientes a la división de Caballería (los regimientos 3º,
6º y 9º) inician el asalto de Kettle Hill, al principio muy lentamente debido a
la resistencia española.
Finalmente, el número se impone y los defensores,
que tras haberse defendido con gran determinación han sufrido numerosas bajas
que no pueden ser cubiertas con tropas de refuerzo, se repliegan hacia sus
nuevas posiciones en las Lomas, permitiendo a los norteamericanos conquistar la
colina.
La conquista de esta posición tendría fatales
consecuencias para la escasa guarnición española, que se verá obligada a
distraer unidades para defender uno de los flancos que desde Kettle Hill ahora
amenazaban las tropas americanas.
Apoyados por el fuego que desde la recién conquistada
posición efectúan sobre los defensores españoles las fuerzas de la Brigada
Summer, se inicia el ataque a las defensas principales de San Juan.
Atrincherados |
El 16º y el 6º de Infantería de la Brigada Hawkins
se lanzan al asalto, viendo su avance frenado por el fuego que desde las
trincheras españolas les llega. Mientras tanto, los dos cañones españoles que
con su fuego bien dirigido habían silenciado a la artillería americana, se quedaban
sin municiones, permitiendo a los norteamericanos utilizar, ahora ya impunemente,
sus baterías.
A una distancia de poco más de 500 metros, los
norteamericanos sitúan 3 ametralladoras Gatling que comienzan a barrer las
posiciones españolas arrojando sobre ellas en pocos minutos una cantidad
ingente de proyectiles que barren las trincheras provocando multitud de bajas.
Poco después, a la acción de las ametralladoras se uniría el fuego de la
artillería norteamericana que tan eficazmente había sido anulada por los
españoles y que ahora no encontraba oposición alguna a su fuego.
Apoyados por las tropas que ocupan Kettle, las
tropas americanas se lanzan al asalto de las trincheras españolas (los Rough
Riders atacarían las posiciones a pie, debido a lo escarpado del terreno, a que
no había suficientes caballos para todos sus efectivos y a que los jinetes eran
blanco fácil para los tiradores españoles), ya vacías y encontrando tan sólo la
oposición que desde los blocaos hacen un puñado de defensores.
Pero la situación para las tropas españolas es ya
insostenible, con la mayoría de los defensores muertos o heridos, y sin
posibilidad de recibir refuerzos, deben retirarse progresivamente hacia la
segunda línea defensiva. Es tal la situación de inferioridad numérica en la que
se encuentran las fuerzas españolas que para reforzar algunas de las posiciones
se utilizan algunos hombres convalecientes de heridas o enfermedades,
sacándolos para ello de los hospitales en los que se encuentran.
General Vara del Rey |
Las Lomas de San Juan son totalmente ocupadas por
los extenuados soldados americanos, que se deben enfrentar ahora a las tropas
españolas situadas en la segunda línea defensiva. Pero en ese momento, cuando
parece que el avance norteamericano va a continuar sobre esta línea, se produce
un inesperado contraataque español, llevado a cabo por una compañía formada por
los trozos de desembarco de la escuadra de Cervera, al mando de Capitán de
Navío Bustamante, que a no consigue recuperar las posiciones perdidas.
Bustamante, que dirige el ataque montado a caballo,
es herido en el vientre, falleciendo a consecuencia de las heridas el día 19 de
Julio. Sin embargo, esta acción detiene el avance americano, que ve como aún no
hacen acto de presencia en el campo de batalla las tan necesitadas tropas que
todavía están colapsadas en El Caney. Por tanto, ante el temor de nuevos
contraataques españoles que puedan ser llevados a cabo por las tropas de
refuerzo que se sabe están a punto de recibir los españoles, les lleva a tomar
la determinación de reforzar sus posiciones en todo el frente, continuando los
combates, con menor intensidad, durante dos días más, pero sin decidirse a
realizar un ataque definitivo.
Las tropas españolas lamentaron tanto en las Lomas
como en el Caney un total de 165 muertos, 376 heridos y 121 prisioneros. Los
norteamericanos sufrieron en los duros combates por hacerse con el control de
las Lomas de San Juan un total de 205 muertos y 1.180 heridos, lo que supone
casi un 10% de las tropas del U.S. Army destinadas en Cuba. Por su parte, las
tropas cubanas de Calixto que participaron en la acción sufrieron unas 200
bajas.
Roosevelt con los Rough Riders tras la toma de San Juan |
Finalmente, añadir que el combate en las Lomas de
San Juan produjo una honda preocupación en los mandos americanos, así como una
gran desmoralización… El propio Roosevelt escribía al senador Henry Cabot lo
siguiente: "Diga al presidente que, por amor del cielo, nos envíe cada
regimiento y, sobre todo, cada batería que sea posible. Hasta ahora hemos
ganado con un alto coste, pero los españoles luchan muy duramente y estamos muy
cerca de un terrible desastre militar (...)". La desesperación en las
filas americanas ante la imposibilidad de superar las defensas españolas es
tal, que el día 3 de Julio el general Shafter le envió al Secretario de Guerra
el siguiente telegrama: "Tenemos la ciudad cercada por el norte y por
el este, pero con una línea muy débil (...) y estoy considerando seriamente una
retirada de 5 millas (...)". Sin embargo, ese mismo día, se servía en
bandeja la victoria a los americanos al realizar, a plena luz del día, su
salida de la bahía de Santiago la escuadra española…
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