Combate aéreo |
A
veces. La (merecida) fama de ciertos ases de la aviación eclipsa a otros héroes
no menos merecedores de reconocimiento. Todos conocemos a Joaquín García Morato
y sus 40 derribos durante la Guerra Civil, a Díez Benjumea, al Capitán Haya y
su temerario aprovisionamiento del Santuario de Santa María de la Cabeza, al
general Salas Larrazabal –célebre as de la Escuadrilla Azul-… Sin embargo, hay
algunos pilotos que también fueron auténticos héroes, Laureados o no, como el
que hoy ocupa este artículo. Personalmente, tuve la inmensa fortuna de conocer
a uno de esos héroes, para mí merecedor de la Laureada como el que más, aunque
nunca se le concedió: Era el Teniente Coronel D. José Carlos Vargas
de la Rúa, destinado en el Ala 14 de la
base aérea de Los Llanos (Albacete). Un gran profesional, un sensacional piloto
y una magnífica persona, quien falleció en Marzo de 1.988 cuando el Mirage F-1
que pilotaba tuvo un fallo mecánico y hubo de saltar (y trágicamente su
paracaídas no se abrió)… Creo que, en parte, si elegí la carrera de las armas
fue gracias a él, cuyo ejemplo me alentó desde que decidí ser Militar, allá por
el año 87… Desde este Foro y con estas líneas, si el amable lector me lo
permite, mi más sincero homenaje al Tcol. De la Rúa y a todos aquellos pilotos
fallecidos en acto de servicio:
JOSÉ MARÍA DE UGARTE RUIZ
DE COLUNGA:
Capitán de Infantería,
piloto y observador, participó en numerosos ametrallamientos con aviones de
asalto de la Aviación Hispana, demostrando una valentía y una capacidad de
liderazgo extraordinaria al frente de unidades de ataque al suelo; recibió a
título póstumo la Cruz Laureada de San Fernando.
Ruiz de Colunga |
Ugarte nacía en Toledo, el
28 de Septiembre de 1.908. Con quince años de edad ingresaba en la Academia de
Infantería, siendo promovido a alférez en 1.928. Fue destinado al Regimiento de
Guipúzcoa número 53 (de guarnición en Vitoria), en el que apenas sirvió un año
ya que en 1.929 realizó el curso de observador, pasando a depender del
Servicio de Aviación Militar, destinado en el Grupo de hidroaviones de la
Península, que tenía su base en Los Alcázares, en el Mar Menor. A finales del
año siguiente -ya ascendido a teniente- realizó el curso de piloto en la
escuela de Albacete, y el de piloto de guerra en Cuatro Vientos donde,
en 1932, recibió el correspondiente título.
En 1.936 se encontraba
destinado en la tercera Escuadra, en Barcelona. El 18 de Julio, el teniente
Ugarte se presentó al jefe del aeródromo de Logroño, comandante White,
comenzando a prestar servicio en el Grupo 23. Por aquellos días, alternaba los
vuelos en Breguet XIX con otros en Fokker F- VII; con ambos
aeroplanos actuó en los frentes de Aragón, Vascongadas y Somosierra.
En los primeros días de
octubre, al formarse el 2·G-11, grupo de bombardeo ligero equipado
con monoplanos de ala alta, Heinkel 46, participó en los ataques a
Farlete, Leciñena y Alcubierre en apoyo de la infantería. No cesaban los
combates en el frente de Aragón. Los lentos y poco maniobrables "Pavas"
fueron en varias ocasiones atacados y alcanzados por cazas enemigos, sin
que fuera derribado ninguno de ellos.
Ascendido Ugarte a capitán
en Abril de 1.937, fue destinado a la segunda Sección del Estado Mayor de la
Jefatura del Aire, pero pronto logró ir destinado al 7-G-14, hasta
que, liquidado el frente de Aragón, se incorporó a León como jefe de
escuadrilla en el 6-G-15 de Heinkel 45, los heroicos "Pavos"
cuya bien conquistada fama elevaría él a enorme altura. El Grupo estaba
mandado por el comandante Bermúdez de Castro -"El Chili".
Breguet XIX |
El 2 de Enero de 1.938, con
una temperatura de muchos grados bajo cero, atacaron los altos de Celadas tanto
los "Pavos" como los Romeos, actuaron con irresistible
empuje, aun a costa de resultar abatidos tres aviones, y alcanzados casi todos
los demás. A finales de enero se trasladó el 6-G-15 al aeródromo de
campaña de Bello desde el que participó en la batalla del Alfambra, apoyando
con sus escalofriantes pasadas de ametrallamiento.
El 23 de Julio, el aparato
de Ugarte fue alcanzado sobre el llano del Lobo, y derribado, aunque logró
llegar al aeródromo avanzado de El Toro. Dos días más tarde, el 25, el enemigo
cruzó el Ebro, iniciándose así la batalla más larga, cruenta y penosa de la
guerra. El 9 de Septiembre recibió el capitán Ugarte la orden de llevar a cabo
con su escuadrilla una acción al este de la carretera de Gandesa, junto a la
tristemente famosa venta de Camposines. La misión consistía en el atacar con
bombas y ametralladora las posiciones enemigas. Resultaron alcanzados y
derribados tres aeroplanos, uno de ellos el del capitán Ugarte, que recibió un
impacto directo que le ocasionó un gran boquete en el plano superior,
arrancándole además el parabrisas y causando grandes desperfectos en la cabina,
hiriendo a ambos tripulantes, muy gravemente, en el vientre a Ugarte y de menos
importancia (en un pie) al observador, el teniente Wakonigg.
Técnicas de combate aéreo |
Recuperada la barrena que
el "Pavo" sufrió, Ugarte arrojó sobre el enemigo las
bombas que le quedaban y agotó la munición de ametralladora, dirigiéndose seguidamente
a las líneas propias, luego de ordenar al observador que, caso de que perdiera
el conocimiento, se arrojara con el paracaídas. Sobreponiéndose al intenso
dolor que sufría, y a la pérdida de sangre, logró alcanzar el aeródromo
avanzado de La Salada, aterrizando con normalidad. Fue sacado sin conocimiento
del aparato y trasladado al hospital de campaña de Alcañiz donde -cinco días
después (el 14 de Septiembre de 1.938)- fallecía. Su propio padre, don Társilo
-teniente coronel del Cuerpo de Inválidos, prendió sobre su cadáver la Medalla
Militar que por su valerosa actuación le fue concedida…
Heinkel He 45 Pavo |
Ascendido a comandante por
méritos de guerra, con antigüedad de la fecha de su gloriosa muerte. Se abrió
inmediatamente el expediente para la concesión de la Cruz Laureada de San
Fernando que, previo el preceptivo Juicio Contradictorio, le sería concedida el
22 de Marzo de 1.944.
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