LA HEROICA DEFENSA DEL BLOCAO DE DAR HAMED: LOS QUINCE DEL
PATÍBULO.
En algunas páginas de nuestra Historia, los (teóricamente) más
“malos” se convierten en auténticos héroes… Éste es el caso de la gesta
protagonizada por un puñado de “castigados” del Tercio (como diría el novelista
danés Sven Hassel, una “Legión de condenados”), durante la defensa del
blocao de Dar Hamed, donde los
héroes se contaron por quincenas.
Corría el mes de Septiembre de 1.921. Eran los días duros y
difíciles de este inicio del otoño septembrino en tierras de Melilla, donde el
Ejército Español expedicionario en la Zona Oriental de nuestro antiguo
Protectorado, se iba reponiendo, poco a poco, del gravísimo quebranto sufrido
tan sólo dos meses antes con el llamado “Desastre de Annual”, pagado a
tan altísimo precio como fue la vida de diez mil españoles, junto a los casi
seiscientos prisioneros –de los que sólo sobrevivirían la mitad- que,
pendientes de conseguir un sustancioso rescate, aún gemían cautivos de
Abd-el-Krim, en las mazmorras del Rif.
El Mando, ansioso de vengar la ofensa recibida y dar cristiana
sepultura a los cuerpos de nuestros soldados, que aún yacían insepultos
calcinados por el ardoroso sol africano, había ordenado que una importante
columna militar -al mando del General
Sanjurjo- y cuya vanguardia estaría formada por las Fuerzas Regulares y el Tercio
de Extranjeros, partiese de Melilla adentrándose en tierras del
Protectorado, para dar así inicio a la acción de Reconquista del territorio
perdido en la desgraciada campaña del mes de Julio de ese mismo año 21.
Protegían la línea avanzada de la Zona de Melilla, una serie de
posiciones defensivas denominadas “BLOCAOS”,
guarnecidas por un pelotón o una sección, según su importancia, y completamente
aislados en lo que respecta al terreno, comunicándose entre ellos a través del
heliógrafo y de noche, mediante las señales luminosas transmitidas por unas
linternas o lámparas de campaña modelo “magín”. La obra de fábrica de
estos blocaos, como es lógico y dadas las circunstancias, no podía ser más
rudimentaria: unos cuantos sacos terreros, protegidos por alambradas de un
metro o metro y medio de altura, y en ocasiones algún modesto blindaje con
materiales propios del terreno, como troncos, ramas, etc. Como frágil techumbre
o cubierta, figuraba una lámina ondulada de cinc, a la cual los soldados se
encargaban de eliminar a las pocas horas de su colocación, dadas las altísimas
temperaturas que la citada lámina, al recalentarse en las horas centrales del
día debido a los ardientes rayos del sol africano, proyectaba al interior del
reducido habitáculo. Uno de estos blocaos era el de Dar Hamed, al que sus eventuales huéspedes denominaban “El Malo”,
toda vez que las condiciones de vida en su interior no debían ser muy
confortables. Situado sobre una ladera del monte Gurugú, su situación
estratégica era de vital importancia para la defensa de Melilla, así como para
dar protección y seguridad al avance de la columna Sanjurjo, pues
garantizaba el paso por la carretera de Nador, cubriendo el frente del barranco
de Sidi-Musa.
Guarnecían el Blocao de Dar
Hamed fuerzas legionarias del Tercio de Extranjeros, que el día 13 de Septiembre
de 1.921, reciben la orden de que serían relevados a la mayor brevedad, para
pasar sin demora a incorporarse a su Bandera. La fuerza de relevo estaba
formada por una sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla al
mando del joven teniente granadino D.
José Fernández Ferrer. Cumpliendo lo ordenado, en la madrugada del día 14
de Septiembre salieron los “disciplinarios” de su cuartel del hipódromo
melillense, y tras una accidentada marcha, hostigados casi desde el principio
por un enemigo bien armado y dueño de las alturas, consiguieron llegar a las
proximidades del blocao, dando comienzo a la operación de relevo bajo un fuego
cruzado e intenso que hacía sumamente dificultoso el mismo, consiguiéndolo al
fin sobre las primeras horas de la mañana del mencionado 14. Durante todo el
día continúa siendo hostilizado el Blocao por los rifeños y al cerrar la noche,
a oscuras en aquél estrecho recinto de muerte y desolación, los valientes
disciplinarios del teniente Fernández Ferrer, apenas tuvieron tiempo más que
para acudir a las aspilleras y responder con sus fusiles al fuego enemigo. Toda
la noche duró el fuego, que ya produjo las primeras bajas entre los defensores,
entre ellas la del teniente jefe, que resultó herido por la metralla de una
granada de cañón, continuando al frente del destacamento y exhortando a sus
soldados a no decaer en la defensa que les había sido encomendada. Al amanecer
decreció el fuego enemigo retirándose los cabileños y dando un respiro a
aquellos valientes soldados que ya llevaban más de doce horas de apretado
asedio. Cerca de las tres de la tarde de dicho día (15 de Septiembre) volvió el
enemigo a bombardear el blocao, contestado desde éste con el fuego de los
fusiles de sus defensores; pero ante la aplastante superioridad numérica de los
rifeños y las muchas bajas que estos ya han causado a la reducida guarnición,
impulsan al teniente Fernández a pedir auxilio a través del heliógrafo y
desplazando un soldado hasta la “Segunda Caseta” guarnecida por
legionarios, para hacerles saber la angustiosa situación en que se encontraban
los sitiados.
Es entonces (las cinco de la tarde, aproximadamente), cuando el
teniente de infantería D. Eduardo Agulla
Jiménez-Coronado[1], que manda las fuerzas del
Tercio de Extranjeros destacadas en el Atalayón, quiere acudir con sus hombres
en auxilio de los defensores del Blocao. El mando no se lo permite, pues su
presencia y la de su fuerza es muy necesaria en la posición que ocupa para la
defensa de Melilla; autorizándole únicamente a que mande en su auxilio un
pelotón de legionarios al mando de una clase. Forma Agulla a sus hombres y pide
voluntarios para una misión, que ya les advierte que las posibilidades de
triunfo son escasas y las de morir muchas. Como un solo hombre y cumpliendo el
sagrado precepto del Credo Legionario de acudir al fuego, todos los legionarios
dan un paso al frente. El teniente Agulla emocionado les da las gracias y elige
entre ellos a 15 legionarios de segunda que pone bajo el mando del Legionario
de primera[2] -que ya venía
desempeñando funciones de Cabo- SUCESO
TERRERO LÓPEZ.
![]() |
Suceso Terrero López |
Y llegados aquí, y antes de seguir adelante con mi narración, forzoso
me es hacer un breve inciso para reivindicar el buen nombre de un Caballero
Legionario: ERNESTO MIRALLES BORRÁS.
Y ello es, que si el teniente Agulla designó quince legionarios de 2ª, y quince
fueron los que de esta clase entraron en el blocao, ¿por qué en el “Historial
de la Legión” y en todas las teóricas legionarias se habla de catorce?¿Qué
pasó con ese legionario que al parecer falta? ¿Desertó? ¿Se pasó a las filas
enemigas traicionando la bandera de España? No, nada de eso, ni desertó, ni fue
traidor a España. Sucedió lo siguiente: Poco antes de la destrucción del blocao
por la artillería rifeña, salió del mismo -cumpliendo órdenes de su jefe Suceso
Terrero- para ir a pedir socorro a las posiciones españolas. Por eso no se
encontró su cadáver entre los legionarios enterrados en las ruinas del blocao.
Forma Suceso Terrero a sus quince (que no catorce)
legionarios y tras pedirle permiso a su teniente abandonan la posición y toman
el camino del blocao, adonde llegan ya atardecido y encontrándolo totalmente
cercado por el enemigo, que se ha apercibido de su presencia y los hostiga con
furia. Armado el cuchillo-bayoneta, se abren paso hasta las alambradas donde
caen dos legionarios heridos de gravedad, que son inmediatamente recogidos e
introducidos en el blocao, donde al fin consiguen penetrar los legionarios. De
inmediato se presenta Terrero al teniente-jefe, al que encuentra gravemente
herido, y que le agradece mucho su ayuda haciéndole ver lo difícil y angustioso
de la situación. Ocupan los legionarios sus puestos en las aspilleras junto al
de los pocos soldados de la Brigada Disciplinaria que aún quedaban ilesos, y
nada más cerrar la noche arrecia el enemigo la intensidad del fuego, no sólo ya
de fusil sino también de cañón, recibiendo sobre las nueve de la noche, el
teniente Fernández Ferrer, un
segundo balazo que le privó de la vida. Así murió por España este jovencísimo
Oficial de Infantería, rindiendo culto a los inmortales valores que le
inculcaron en las aulas del imperial Alcázar toledano. De conformidad con lo
dispuesto en el Reglamento de Campaña y en el orden de sucesión en el mando,
muerto el teniente se erige en jefe del destacamento el suboficial[3] D. Aquilino Cadarso, segundo jefe de la sección que, herido en la
cara, sigue en su puesto dirigiendo el fuego y animando con su ejemplo a los ya
muy diezmados defensores, hasta que un nuevo cañonazo, sobre las once de la
noche, derriba un ángulo del blocao, causando la muerte del suboficial Cadarso
y la de algunos soldados y legionarios. Queda entonces al mando de la reducida
guarnición el cabo Sergio Vergara,
también del “Disciplinario” y también herido desde la tarde anterior,
que se mantiene en su puesto con notable entereza hasta poco más de la
medianoche en que un nuevo balazo lo derriba en tierra sin vida.
Fallecidos todos sus superiores, queda el Blocao de Dar Hamed al mando del Legionario de
Primera SUCESO TERRERO LÓPEZ del Tercio de Extranjeros. Un modestísimo Soldado
de Primera, a quien el azar trágico de una noche de terrible refriega lo
convirtió por unas horas en jefe de un puñado de héroes, desempeñando el mando
con tal acierto, entrega y energía, más propio de su gran fortaleza de espíritu
que de la pequeña graduación que ostentaba: las modestas cintas de estambre
rojo y formando ángulo con el vértice cosido junto a la hombrera izquierda de
la camisa legionaria. El combate que se entabla es épico. El enemigo, muy
superior en número, ataca con osadía a los ya muy escasos defensores de la
posición, pues la mayoría ya ha muerto o se encuentran gravemente heridos.
Sobre las dos de la madrugada de ese incipiente día (16 de Septiembre de 1.921)
agotadas las municiones, sin agua desde hacía muchas horas, y sin medio alguno
de defensa posible, encomienda Suceso Terrero al legionario Ernesto Miralles Borrás y al soldado
disciplinario Marcelino Mediel Casanova,
buenos conocedores del terreno y duchos en la orientación nocturna, que
abandonen el blocao y rompiendo el cerco, por distintos itinerarios intenten
alcanzar la “Segunda Caseta” guarnecida por tropas propias y den cuenta al
mando de la comprometida situación en que se encuentran. Y el momento final se
acerca para los heroicos defensores del Blocao, que a las órdenes del esforzado
Terrero están dispuestos a morir por España. Hacia las tres y media de la
madrugada el enemigo ha acercado una pieza de artillería a unos cien metros del
blocao, la dispara y de Dar Hamed se
eleva el fulgor de una gran llamarada que sube hasta el cielo causando la
muerte de todos sus defensores. El Blocao de Dar Hamed, que ya era conocido con
el sobrenombre de “El Malo”, a partir de entonces pasó a llamarse: “EL BLOCAO DE LA MUERTE”.
Sobre las ocho y media de la mañana de ese mismo día (16 de Septiembre)
una pequeña fuerza de socorro del Tercio de Extranjeros –que avisados por el
legionario Miralles y el soldado Mediel, que heridos y agotados habían
conseguido llegar a la posición española- al mando del sargento Ruperto Valle
Donaire, llega hasta el blocao, abandonado ya por los moros, y allí entre los
escombros encuentran los cadáveres de todos sus defensores. Entre los primeros
en traspasar la destruida alambrada se encuentra el legionario de segunda Francisco Pagés Millet, de 23 años y
natural de Masnou (Barcelona), que hace tan sólo unos meses que se alistó al
Tercio y el que recoge entre sus brazos el cuerpo sin vida de Suceso Terrero, y
cuadrándose ante él con lágrimas en los ojos le dice: “Perdóneme mi cabo,
por no haber podido llegar a tiempo de salvarles”…
Ésta es la relación de bajas:
CABO D. JOSÉ SUCESO TERREROS.
LEGIONARIO D. LORENZO
CAMPS PUIGREDON.
LEGIONARIO D. JOSÉ
TOLEDANO RODRÍGUEZ.
LEGIONARIO D. GUMERSINDO
RODRÍGUEZ LÓPEZ.
LEGIONARIO D. FRANCISCO
LÓPEZ VÁQUEZ.
LEGIONARIO
D. ÁNGEL LORING BARBER.
LEGIONARIO D. RAFAEL
MARTÍNEZ RÓDENAS.
LEGIONARIO D. FÉLIX DE LAS
ALGERAS ALBA.
LEGIONARIO D. JUAN VICENTE
CARDONA.
LEGIONARIO D. MANUEL
DUARTE SOSA.
LEGIONARIO D. JUAN AMORÓS
LENIX.
LEGIONARIO D. ENRIQUE
GARCÍA RODRÍGUEZ.
LEGIONARIO D. FRANCISCO
LÓPEZ HERNÁNDEZ.
LEGIONARIO D. JOSÉ FUENTES
VALERA.
LEGIONARIO D.
ANTONIO MARTÍNEZ MENA.
No hubo una laureada, ni tan siquiera colectiva para Suceso
Terrero, ni para ninguno de los defensores del Blocao de Dar Hamed, tan sólo unos modestos galones de cabo fueron
depositados “a título póstumo” sobre su féretro. Y sin embargo, su
nombre y el de sus legionarios han quedado grabados en letras de oro en el
Historial de La Legión, junto al de los insignes Millán Astray, Franco y
Valenzuela…
[1] Muy pocos serían
los días que el teniente Don Eduardo Agulla tardaría en reunirse con sus
legionarios muertos en la defensa del Blocao de Dar Hamed. El día 7 de Octubre
de 1.921 fallece a consecuencia de las heridas recibidas en el combate de Sebt.
[2] En La Legión
eran muy respetados los Legionarios de Primera, donde además de formar en la
Escuadra de gastadores (los de aventajada estatura), en ocasiones hacían las
veces de cabos. Tenían derecho a saludo por parte de los Legionarios de
segunda, que se dirigían a ellos con el tratamiento de “A la orden de Vd. mi
primera”.
[3] La Ley de Bases
de 29 de Junio de 1.918, situaba al Suboficial dentro de las Clases de Tropa de
Segunda Categoría, y como empleo inmediatamente superior al de Sargento. Sus
divisas eran similares a las que en la actualidad ostentan los brigadas.
¿ Y de los del Disciplinario ,que aguantaron mas dias ,no se acuerda nadie ?. Mierda de honores.
ResponderEliminarOrgullo de raza ESPAŇA y orgullo de estos HEROES desde cabo suceso nacido en Hornilla (La Rioja ESPAŇA y de donde es este comentarista.tengo recuerdos de chaval cuando los mayores contaban historias de oír a mi abuela de un primo dei abuelo que lo mataron en Africa y se trataba del Cabo Suceso. LAURELES PARA ELLOS VIVA LA LEGION ESPAŇA Y EL REY
ResponderEliminarOrgullo de raza ESPAŇA y orgullo de estos HEROES desde cabo suceso nacido en Hornilla (La Rioja ESPAŇA y de donde es este comentarista.tengo recuerdos de chaval cuando los mayores contaban historias de oír a mi abuela de un primo dei abuelo que lo mataron en Africa y se trataba del Cabo Suceso. LAURELES PARA ELLOS VIVA LA LEGION ESPAŇA Y EL REY
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ResponderEliminarOrgullo de raza ESPAŇA y orgullo de estos HEROES desde cabo suceso nacido en Hornilla (La Rioja ESPAŇA y de donde es este comentarista.tengo recuerdos de chaval cuando los mayores contaban historias de oír a mi abuela de un primo dei abuelo que lo mataron en Africa y se trataba del Cabo Suceso. LAURELES PARA ELLOS VIVA LA LEGION ESPAŇA Y EL REY
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