“Cada vez que me han silbado las balas o
explotado los obuses cerca me ha aparecido en mente la pregunta: “¿Qué hace una
chica como tú en un sitio como éste?”” (María del Carmen
Rodríguez Castaño, METP. en la Brigada Paracaidista. AGT. “Madrid”.)
“Nos
casamos el pasado 2 de Septiembre y a los pocos días embarcamos hacia Bosnia
-explicaba Miguel Angel Salete, un artillero de 22 años-. Tanto en lo del matrimonio, como en lo del Ejército, sabía en lo que me
metía”... Su mujer, Yolanda González, también soldado profesional y también
estaba en Bosnia, como miembro de la “Extremadura”:
“Estamos los dos en la base de Dracevo,
él como conductor de blindado y yo en abastecimientos, pero no dormimos juntos;
aquí sólo somos compañeros de armas” (Alfonso Rojo: “Soldadito Español”.
“El Mundo”, 4 de Diciembre de 1.994.). Además de Yolanda, la
extremeña casada con el cabo Salete, entre los cascos azules españoles de la “Extremadura había una treintena de
mujeres. Algunas eran oficiales, pero la inmensa mayoría eran soldados: “A mí esto me llamaba desde pequeña
-asegura Mari Ángeles García, quien tiene 20 años, es policía militar y conduce
el Nissan Patrol cada vez que su oficial de enlace se aventura por la zona
musulmana-. Al llegar a segundo de BUP.,
decidí que me hacía soldado profesional y aquí estoy. Mi padre nunca dice nada,
pero mi madre y mis hermanos están muy orgullosos”.
Mónica Tando Fernández, asturiana de 19 años,
perteneciente al Regimiento "Alcázar de Toledo" de El Goloso
(Madrid). Se encargaba de los suministros de los convoyes y se había presentado
voluntaria porque "disfruto ayudando a los demás. Lo difícil fue
decidirse al principio, porque no sabes lo que te espera y también te cuesta
mucho dejar la familia atrás. Sin embargo, es importante ayudar a los civiles,
y a los españoles nos quieren mucho". Y la realidad parecía adecuarse
a sus palabras, pues la población distinguía la presencia de los soldados
españoles de la de los otros 35 países integrantes de UNPROFOR. ¿Forma de ser?
¿Mentalidad? Nadie atinaba a concretar el porqué, pero "se nos ha
acogido con una gran simpatía y el llevar la bandera española nos abre muchas
puertas, hecho que nos produce gran satisfacción".
Cabo Montaña Linda Iglesias, 20 años,
conductora de VEMPAR. destinada en la Agrupación de Transportes Nº 1 de
Canillejas: "Al principio, mi familia decía que estaba loca, pero el
trabajo es reconfortante"…
María Ángeles Monasterio
Alegre y su tocaya María Ángeles Alcalá del Águila, destacadas en Divulje,
ambas pertenecientes a la Brigada Paracaidista, pero en Bosnia, encargadas de
la Estafeta (paquetería, cartas y carga y descarga de los aviones). Se les
echaba en cara que solamente se habían tirado ocho veces en paracaídas, pero
esas ocho veces eran muchísimas más que las que se había lanzado al vacío
alguno de sus detractores. 19 y 20 años, respectivamente, "casi del
colegio al batallón" (Belén Sánchez: "La Vida
de las Españolas que Trabajan en la Reconstrucción de Bosnia".
"Tiempo" Nº 663 -16 de Enero de 1.995-), como la Policía Militar María Ángeles García Tardío, destinada en
Medjugorje, o su compañera -la única en funciones de PM. en el Cuartel General
de la Agrupación- Esther Fernández Mir.
María Vicenta García, teniente médico también
destinada en el HQ. español, pero esta vez en el Puesto de Socorro. Era una de
las tres oficiales de la AGT.: "Estamos aquí para una labor muy seria,
hay personas que están exponiendo su vida. Hablar de noviazgos y no de la gente
que trabaja a 15 grados bajo cero durante una semana para construir una
carretera o para llevar agua a un pueblo me parece una frivolidad".
Pero es que en Hispania somos así de frívolos:
Mientras ellas peleaban y sufrían y trabajaban a 15 grados bajo cero, en España
se continuaba preocupados por la liga de fútbol por el precio de la gasolina…
Por curiosa que pueda parecer, las 44 mujeres
que estaban integradas en esta Agrupación -que cargarían munición, conducirían
BMR.’s, servirían una ametralladora pesada del calibre 50 (12´70 hispano),
realizarían controles de registro o vigilarían un puente igual de bien, o
mejor, que el resto de sus 1.333 compañeros masculinos- parecían tener las
cosas sumamente claras... Excesivamente claras, aun llevando solamente cuatro
meses de mili: "No nos mandan, hemos venido voluntarias. Nosotras somos
profesionales del Ejército. Aquí estamos ayudando mucho, aprendes de verdad lo
que cuesta vivir, conseguir algo de comer, ver gente como tú pegándose por la
comida. Sientes lo ridículo que es a veces en España. A mucha gente le haría
falta venir aquí. Aprendes a llevar siempre caramelos para los niños porque,
aún en estas condiciones, siguen siendo niños", aseguraba Susana, una
sevillana de 22 años encuadrada en la Sección de Caballería, que tan pronto
conducía un VEC. como vigilaba un T-55 en Jasoc, o controlaba las posiciones de
artillería en Obradovici, cerca de la ZDM. "Yo estoy con mi unidad en
un blindado, controlando el paso en el pontón de Bijela. Cada misión dura seis
días. A veces estás de patrulla a las tres de la mañana, con niebla, y tienes
que ir guiando el BMR. con la linterna". Como ella, su compañera
Esther Vallespín, de 19 años, conductora de BMR. destacada en Mostar Este,
también solía pasar un par de días patrullando por el bulevar, compartiendo el
estrecho interior de los blindados con uno o varios hombres, pero "llevamos
juntos desde que la Agrupación empezó a entrenarse en el mes de Julio, y
tenemos buena relación de compañeros".
Así eran esas guerreras -“hechas para dar la vida y no para combatir en primera línea”, como
en trasnochadas declaraciones afirmó el ex primer jefe de la FAR., teniente
general Agustín Muñoz Grandes (el Tte. General sostenía que no era
partidario “de meter mujeres en unidades
de combate de primera línea. Al ser que está hecho para dar la vida le ponen en
la desagradabilísima tarea de matar”. No obstante, añadió que “las mujeres lo están haciendo bien, y no
aprecio ninguna pega a que, en un futuro, reformando la Constitución, una mujer
pueda ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas”)-, con la cabeza muy fría y una gran madurez, a la par que un desbordado
ánimo. El coronel García Almenta afirmaba que las mujeres de su AGT. realizaban
una labor "magnífica y desempeñan las mismas funciones que los hombres.
Si la mujer tiene una menor capacidad física respecto al hombre, lo suple con
un mayor coraje y con ese estímulo que tienen las mujeres de no verse superadas
por el hombre. Por otra parte, a igualdad de edad, la mujer está mucho más
formada que el hombre y esto hace que le den un aire de mayor seriedad al
trabajo" (Belén Sánchez: "La Vida de las Españolas que
Trabajan en la Reconstrucción de Bosnia". "Tiempo" Nº 663 -16 de
Enero de 1.995-). Además, añadía que ellas se esforzaban
mucho más, como si compitieran con el resto -opinión que era compartida por
todas ellas-: "Como que es verdad -apostillaba enfurecida María (20
años, Badajoz), de Infantería-. Si eres chica, como se te nota más, o eres
perfecta y te matas o siempre te van a soltar lo de "Claro,
vosotras...". Pero a un soldados normal, un chico, ya sabe, cuando se
escaquea nosotras no le decimos: "Claro, hombres teníais que ser..."".
“Una carta para mamá de su
pequeña… Llévala a mi casa, cartero.
Querida mamá:
Tu princesa guerrera está lejos de casa… Este país es muy extraño… Os echo
tanto de menos…
Sé que lloras mamá… No llores, no me gusta verte triste… Sabes que estoy
aquí cumpliendo con mi deber… Sabes que lo hago por amor a mi patria…
Sabes que a miles de kilómetros de casa nunca podría olvidaros… Os tengo
siempre cerca… En mis pensamientos cada día… Os quiero tanto…
Aquí nos necesitan, mamá… Venimos a traerles la paz… En ningún sitio como
en casa, pero aquí me tratan bien… Somos una gran familia…
A veces estoy triste, mami… Pero siempre hay pequeñas cosas que me hacen
sonreír…
Papa y tú me forjasteis como persona… Me enseñasteis los valores de la
entrega, el sacrificio, la lealtad y la obediencia… Mamá no llores, solo soy
como me habéis enseñado… ¡¡Soy SOLDADO!!
Sé que nada aliviara tu pena, ese dolor de una madre que temerosa ve partir
a su hija hacia un extraño país… Pero siéntete orgullosa, mamá… Porque soy como
me habéis hecho… Soy el vivo reflejo de papá, del abuelo…
No soy más que otro NAVARRO entregado al servicio de su nación… No soy más
que la fiel imagen de lo que se me ha inculcado…
El tiempo pasa rápido aunque los días se me hacen eternos, pero cuento cada
uno de ellos, cuento los minutos que me quedan para volver con vosotros…
Mira, mamá… Te llaman… Nena para mami, nena para mami, ¿me recibe? Cambio.
Informo que camino hacia casa…
Bueno, mamá, te dejo… He de ir a hacer lo que me habéis enseñado… He de ir
a cumplir con mi deber… Dile a papá y a mi hermana que los quiero… Un beso… Tu
princesa” (Soldado Cristina Diz, perteneciente a la Agrupación de
Apoyo Logístico XLI de Zaragoza: “Carta Para Mami”, 14 de Enero de 2.009. “Mami ésta es la respuesta a tus cartas, a
tus paquetes, a todo el cariño enviado por correo que recibí durante los cuatro
meses que pasé en el Líbano. Con todo el amor de tu agradecida hija. Os
quiero...”).
Pero si algo era digno de elogio era el
compañerismo que profesaban hacia sus colegas del sexo opuesto -"Son
estupendos (comentaba Esther Fernández), el ambiente es fenomenal. No
nos sentimos solas ni desplazadas ni infravaloradas, más bien todo lo
contrario. Sinceramente yo me llevo mejor con los hombres que con las mujeres y
cuando tengo algún problema lo consulto con alguno de mis compañeros"-,
aunque alguna de ellas se exaltase: "Mire, a mí me encañona un serbio
de estos y me lo llevo por delante antes de que se entere", declaraba
con rotundidad Rocío. María Luisa, una pacense de 25 años encuadrada en
Ingenieros, trataba de arreglar el rapto de euforia de su amiga: "A mí
es que me hieren a un compañero y yo no me lo pienso, salgo y disparo al que
sea... Hombre, ya está bien, estás aquí ayudando". "Hay varios
pasos -suavizaba Susana-. Tienes que intentar convencerlos y luego
avisar; y luego, si no, montar el arma. Si la has montado es porque vas a
disparar: Se supone que el otro se tiene que asustar".
¿Y si no se asusta?
"... Entonces tienes que tirar al
aire, y ahí ya se tiene que asustar. Pero si te tira él, entonces ya le puedes
tirar tú sin avisar".
"Ya, es lo que dice el reglamento,
ahora que yo ante la duda salgo adelante a ráfagas, fijo -tercia de nuevo Rocío-.
Sí, yo no esperaría tanto".
"Ni yo".
"Hombre, yo es que estoy en
Telecomunicaciones", se excusaba María.
"Ya, pero es que si no llevas todas
las de perder"... Las cascos azules se atropellaban entre ellas.
"Aunque las más de las veces te encañonan para quedarse contigo, para
hacerse los machos, pero vamos, conmigo que no jueguen...".
Hola soy Francisco el editor de Bellumartis Blog de Historia miltar, me gusta vuestro proyecto y desaria vincularnos.
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Francisco, estaremos encantados. Te escribo por Mail.
EliminarComo marino de alma y corazón estoy muy orgulloso de nuestras mujeres en las F.F.A.A.
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