miércoles, 17 de abril de 2013

Las DAMAS del Ejército: Sanidad Militar (I)


LAS CHICAS DE LA CRUZ ROJA:

Los que tuvimos que pasar alguna vez por el Hospital Militar recordamos unas enfermeras muy competentes que siempre nos trataban estupendamente si estábamos heridos o enfermos. Pertenecían al CUERPO DE DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR, un cuerpo militar de hecho -aunque no de derecho-, completamente desconocido por el gran público, incluso durante sus más de 60 años de existencia (lo cual ha sido -y es- una injusticia y por eso quisiéramos recordarlas hoy aquí).

Los antecedentes de este Cuerpo provienen de cuando se organizaron cursillos durante la Guerra Civil con las aspirantes de Cruz la Roja Española, la Sección Femenina de Falange y las que trabajaban en hospitales militares de forma voluntaria y sin titulación, llegándose a formar 5.506 enfermeras de Sanidad Militar mediante la realización de 116 cursillos en distintos puntos de España. El Estado Mayor del Ejército, en Mayo de 1.938, creó el documento de identidad para enfermeras, alcanzándose, al terminar la guerra civil, 12.307 titulaciones entre enfermeras y auxiliares. Con este valioso colectivo se creó el Cuerpo de Damas de Sanidad Militar que fue fundado en 1.941 por Mercedes Milá. El primer reglamento del cuerpo de Damas de Sanidad fue aprobado por orden de 31 de Julio de 1.941 (D.O. Nº 172/5 de Agosto de 1.941), siendo LAS PRIMERAS MUJERES QUE ENTRARON EN EL EJÉRCITO, de forma totalmente altruista y generosa y con un gran espíritu de servicio.

 
En 1.977 las Damas de Sanidad quedan divididas en dos Cuerpos:

Œ CUERPO ESPECIAL DE DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR (con carácter de funcionarias).

 AGRUPACIÓN DE DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR (con carácter altruista) Cada uno de ellos con su correspondiente reglamento.

Las Damas Auxiliares tuvieron su máximo apogeo en el año 1.985 llegando a alcanzar la cifra de 7.000 Damas entre los dos Cuerpos, sumadas las veteranas y alumnas incorporadas en diversas etapas. Sin embargo no han vuelto a ser movilizadas desde 1.990, año en que salió la última promoción.

El requisito que se les exigía para entrar en el Cuerpo era la realización de un curso, de dos años de duración, en el que se les impartía técnicas de enfermería, conocimientos militares (incluidos instrucción en orden cerrado) y muchas prácticas hospitalarias. Al finalizar, obtenían el diploma de Damas de Sanidad de 1ª o 2ª Clase, titulación que muchas de ellas ampliaron con cursos de rehabilitación, secretariado médico, conducción de vehículos todo-terreno…

Vestían uniforme militar diseñado por el modisto Balenciaga: Guerrera caqui, falda, gorro y bolso de costado, con el emblema de Sanidad Militar en la solapa y añadiendo la capa de paño en invierno. En hospitales, el uniforme de enfermeras y en maniobras vestían traje de campaña y borceguíes igual que cualquier soldado. Hay que hacer constar que el vestuario se lo pagaban de su propio bolsillo. Una Dama de Sanidad ilustre fue Dª Fabiola de Mora y Aragón, reina de Bélgica, que formó en las filas de este Cuerpo en su juventud.

Trabajaron en las campañas de donación de sangre en campamentos, bases y cuarteles. Colaboraron en maniobras militares, tales como “Operación Podenco 77”, “Trueno 79”, “Tramontana 94”, "Cierzo 81", “Azor 81”, “Ejercicios Dirsicom 81” y “El Grove 81”, “Operación Galia 82”, “Boixols”, “Teleno”, “División Maestrazgo 3”, “Ejercicio Trueno 83”, “Fuerteventura 86”, etc., casi todos ellos desarrollados en el campo de San Gregorio. Así mismo, participaron también en exposiciones como Juvenalia-80 y ´81, “Festival de la Infancia y la Juventud, Barcelona-81”, “Expo-Joven, Valencia 82”, organización de Colonias Infantiles -en colaboración con el ISFAS- y en calidad de monitoras en Santoña, Ronda y Quintana del Puente. También participaron en misiones en el exterior, como -por ejemplo- con la División Azul (años 40) y en Nicaragua (años 1.979 y 1.980). Igualmente, prestaron ayuda en numerosos hospitales españoles cuando el problema del aceite tóxico y atendieron a los gaseados en la guerra de El Líbano. Cuando la guerra del Golfo fueron movilizadas para atender a las bajas de los ejércitos aliados... A pesar de todo ello, son un Cuerpo que no fue incluido en la Ley Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional.

Por una Orden Ministerial del año 1.974 (B.O.E. Nº 180  de 29 de Julio de 1.974) se concedió al colectivo de Damas de Sanidad Militar el título de Técnico Auxiliar de Clínica, Formación Profesional, grado I, de la rama Sanitaria (titulación que deberían solicitar las interesadas de forma individual) y las del Cuerpo Especial fueron consideradas como funcionarias civiles de la Administración militar, según decreto 707/1976, de 5 de Marzo.

La Sanidad Militar fue unificada por la aplicación de la Ley 27/1.989 como Cuerpo Común de la Defensa en 1.990 y tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias. Consecuencia de ello fueron la creación del Instituto Social de las Fuerzas Armadas, los Escalones Médicos Avanzados y la participación en las misiones en el exterior en cumplimientos de los compromisos internacionales. Esto supuso la desaparición del Cuerpo de Damas de Sanidad Militar.

En el año 1.996 se creó la Inspección General de Sanidad y posteriormente la Escuela Militar de Sanidad. Tres años después -y como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley de Régimen de Personal de las Fuerzas Armadas-, se celebraron varias reuniones entre representantes del Ministerio de Defensa y la Inspección de Sanidad con el fin de considerar la integración de las damas auxiliares de Sanidad Militar como Reservistas Voluntarias (RRVV) acogiéndose a esa figura de nueva creación por Ley. Las reuniones se convocaron para desarrollar la Disposición Transitoria Vigésimo primera de la Ley 17/99, que en su punto segundo señalaba que había que establecer el régimen de integración como RRVV de las componentes de la Agrupación de Damas Auxiliares de Sanidad Militar. De los resultados de las reuniones celebradas se acordó que podrían optar a las plazas de Reservista Voluntario (RV) que se convocasen siempre que acreditasen los niveles educativos que exigía la propia Ley para cada uno de los empleos.

Debido a que el Servicio de Damas Auxiliares de Sanidad estaba formado por personal con titulación y formación muy diversa se consideró que la convalidación de títulos se debía solicitar ante el Ministerio de Educación y Cultura, individual y directamente.
 
Sinceramente, eran unas chicas encantadoras y muy competentes, que trabajaban sin sueldo y por amor a la profesión, siendo relegadas por el Estado español al más absoluto de los olvidos. A pesar de ejercer gratis como A.T.S. y auxiliares de clínica, con lo cual la Sanidad Militar de la época se ahorró muchos sueldos de enfermeras profesionales: Por una Ley 62/2.003, de 30 de Diciembre de ese año se declaraba a extinguir la Agrupación de Damas Auxiliares de Sanidad Militar. En adelante trabajarían como personal laboral en los pocos hospitales militares que quedaban. Las Inspectoras y Subinspectoras, al tener la condición de funcionarias civiles por un acuerdo de la Comisión Económica Interministerial de Retribuciones, ejercerían como funcionarias de administraciones públicas en los distintos ministerios… Ese mismo año, en el Real Decreto 1.691/2.003, de 12 de Diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Acceso y Régimen de los Reservistas Voluntarios apareció publicada la “disposición adicional única” que confirma la integración de las Damas Auxiliares de Sanidad Militar como RRVV adquiriendo la condición de tales 34 Damas, de las que 22 lo fueron con el empleo de Alférez (RV.) de Sanidad dentro de los Cuerpos Comunes de la Defensa y 12 con el empleo de Sargento (RV.) de Sanidad del Ejército de Tierra.

A día de hoy queda una Inspectora General en la Dirección de Sanidad del Cuartel General del Ejército, la cual se encarga de gestionar la Inspección General de Damas y proporcionar a las interesadas la documentación que precisen para su vida laboral.


Las Damas de la Sanidad Militar han decidido revindicar su papel en la historia de las Fuerzas Armadas, al haber sido las primeras mujeres en desfilar con uniforme por el Paseo de la Castellana como miembros de pleno derecho del Ejército español: “PARA AQUELLOS QUE NOS HAN OLVIDADO, SIRVA ESTO DE RECORDATORIO. PARA AQUELLOS QUE NO NOS CONOCEN, SEAN CONSCIENTES DE NUESTRA EXISTENCIA“. Así de taxativa se mostraba Mª del Carmen Ballesteros Galante, Inspectora de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, durante la presentación en sociedad de esta asociación, ya inscrita en el Registro del Ministerio del Interior bajo la presidencia de África Fernández Palacios, donde quieren poner de manifiesto, “EL SÍMBOLO QUE REPRESENTAN LAS PRIMERAS MUJERES MILITARES DE ESPAÑA“…


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LAS ENFERMERAS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1.936-1.939).
Mercedes Milá, fundadora del Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, era el 18 de Julio de 1.936, enfermera titular de la Cruz Roja en la capital de España en donde ocupaba un alto cargo, fue encargada por el jefe provincial de Sanidad de Madrid de organizar al personal de enfermería que había en el hospital provisional instalado en el Hotel Ritz en esa fecha. Un día, fue avisada por el jefe provincial para decirle que los milicianos andaban buscándola en su domicilio y que tuviera cuidado de no regresar a él. En vista de lo cual y sin quitarse el uniforme de enfermera se pasó a la llamada “Zona Nacional”, vía Barcelona-Francia-Navarra, presentándose en Salamanca al general Franco quien le encargó que organizara los servicios de enfermería en los hospitales.

La Jefatura de Sanidad del Ejército la mandaba el general Camón quien próximo a retirarse le pasó el encargo a su vez a Mercedes Milá. En los primeros momentos de la guerra reinaba el más completo desorden en las organizaciones de enfermería, tanto en la zona nacional como en la republicana. Poco a poco se fueron reclutando enfermeras, las cuales permanecían en régimen de internado en los propios hospitales. Deberían presentar para ello el título de enfermera o de auxiliar de enfermera, además de un certificado de buena conducta y un informe sobre antecedentes políticos. Se investigaba profusamente, los antecedentes políticos, familiares y de otra índole de cada interesada. La edad mínima que deberían tener era la de 20 años. La simple supervivencia era a veces el motivo para solicitar el trabajo de enfermera, ya que tenían alojamiento y manutención en los propios hospitales. De todas formas, el número de enfermeras tituladas disponibles, en los dos bandos de la guerra, era superior a las necesidades reales. Hubo también muchas enfermeras extranjeras, algunas de familias de alcurnia y de la alta sociedad e incluso princesas, como la princesa María Adelaida de Braganza de Austria, la Infanta Dª María Mercedes de Baviera y Borbón o como la enfermera Ellis Priscilla Scott que escribió un “Diario de la Guerra de España” (Plaza y Janés, 1996).

En los hospitales republicanos hubo enfermeras extranjeras que atendían a las Brigadas Internacionales, la Central Sanitaria Internacional: 4 hospitales en Murcia, uno en Benicasim (Castellón) con 1.200 camas, 9 en Albacete y hospitales de convalecientes en Alicante, Cuenca, Albacete y Madrid con un total de 6.000 camas. En las escuelas republicanas de enfermería se distinguieron la Escuela de la Generalitat, las escuelas de las Facultades de Medicina de Valencia y de Bilbao, los cursos intensivos de “Enfermeras Populares” en Madrid. Las escuelas de las organizaciones “Mujeres Libres” y la “Agrupación de Mujeres Antifascistas”.

En la zona nacional, los únicos títulos reconocidos eran los de la Cruz Roja, Facultad de Medicina, Sección femenina de Falange Española, la Casa de Salud de Valdecilla y la organización Frentes y Hospitales de los Tercios de Requetés, por lo que hubo que improvisar numerosos cursillos de enfermería y auxiliares de enfermería militar. Además, en territorio franquista, tanto las hermanas de la Caridad como de otras órdenes religiosas colaboraron en el trabajo de hospitales prestando servicios y a las órdenes de la Inspección general de Servicios Femeninos: Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, de Santa Ana, Hermanas de San José, Carmelitas, Mercedarias, Madres del Sagrado Corazón, Madres Irlandesas, Madres Clarisas, Siervas de Jesús, Hermanas de la Cruz y Hermanas de los Pobres. En los hospitales, normalmente, la jefa de enfermeras era una Hija de la Caridad que además se encargaban de la administración.

Como curiosidad, se detectaron muchas enfermeras de uno y otro bando, profesionales o que simulaban serlo, que se dedicaban al espionaje y a pasar información confidencial, por lo que aumentaron las medidas de seguridad y las exigencias para su ingreso en hospitales.

Fue necesario instalar un gran número de hospitales a medida que fue avanzando la guerra. En los pueblos cercanos a zonas de combate era donde se instalaban puestos quirúrgicos avanzados en los hospitales llamados “de Sangre” de 50 a 150 camas y los hospitales de campaña de unas 300 camas con 3 equipos quirúrgicos. Luego estaban los hospitales de evacuación a donde iban a parar los heridos que pasaban por los anteriores y, por último, los hospitales de retaguardia. También había hospitales de “convalecientes” para casos menores o de enfermedades. Las evacuaciones de heridos se hacían preferentemente por tren. Al frente de cada hospital solía haber una monja que era la jefa de enfermería, quien a su vez estaba a las órdenes del médico de mayor rango. También se contratan mujeres de las localidades en donde se encuentran estos hospitales, para los servicios de lavandería, costura, cocina, limpieza, etc…

En zona republicana, los procedimientos hospitalarios eran similares y las enfermeras también todas voluntarias, de la Cruz Roja y del Socorro Rojo Internacional. Un decreto número 149, de 9 de Diciembre de 1.938, por el que se crea la Dirección General de Sanidad de Guerra asimilaba a estas enfermeras republicanas a sus grados correspondientes militares según su titulación. También llegó un numeroso contingente de 117 sanitarios, médicos y enfermeras norteamericanos -el American Hospital Group-, que trajeron consigo ambulancias, quirófanos y material sanitario en grandes cantidades, al mando del doctor Barsky y de la enfermera jefe Ave Bruzzichese, interviniendo en las batallas del Jarama, Brunete y Teruel. Por su parte, los británicos participaron enviando la unidad sanitaria denominada British Medical Unit.

El cuerpo expedicionario italiano C.T.V. organizaba sus propios hospitales con enfermeras italianas y españolas. Igualmente hubo hospitales dedicados al cuidado exclusivo del personal musulmán, como el que hubo en Ronda (Málaga). Al avanzar el Ejército nacional, se iba haciendo cargo de los hospitales republicanos en los que además de asistir a los heridos propios había que atender a los enemigos también. Parte del personal sanitario masculino y femenino republicanos siguió prestando servicio en los mismos sin ningún problema. Cuando al final de la guerra se tomó Madrid se procedió al relevo de personal en 38 hospitales y enfermerías con un total de 10.872 camas. El último punto de concentración de las enfermeras que habían de entrar en Madrid era el Equipo Quirúrgico que funcionaba en la Ciudad Universitaria y el Puesto de Socorro y Clasificación de la División 42o en la Casa de Campo.

Cruz de Frentes y Hospiltales
Durante la guerra, gran número de hospitales fueron bombardeados, con lo que las enfermeras tuvieron que soportar muchos momentos de valor y sacrificio: Hubo cientos de enfermeras a las que les fue concedida la Cruz Roja del Mérito Militar, para obtener la cual era indispensable haber sufrido bajo fuego enemigo. Igualmente se concedió la Medalla de la Campaña a las que estuvieron más de seis meses en el frente. También hubo muchas que obtuvieron la Medalla a la Constancia por haber prestado servicio durante nueve meses en los hospitales del frente. Y las que resultaron enfermas por problemas de contagio, o prisioneras, que obtuvieron la Medalla de Sufrimientos por la Patria. Sin contar, claro está a las que fallecieron en acto de servicio, a las que se les concedió la Cruz de Guerra a título póstumo (entre las que estaba Dª Agustina Simón, muerta en Belchite que fue propuesta para la Laureada de San Fernando, propuesta que no prosperó). Igualmente se concedieron condecoraciones extranjeras a enfermeras españolas, como la Cruz de Guerra del Mérito militar italiana y la Medalla Musulmana.

Al terminar la guerra, la mayoría de las enfermeras fueron abandonando los hospitales a pesar de que aún había heridos. Muchas de ellas estaban ya cansadas o las reclamaban sus familiares. Muy pocas siguieron en los hospitales militares. La Inspección General contaba con 15.308 enfermeras de las que 8.938 eran tituladas y las demás, auxiliares. Todas las enfermeras que sirvieron durante la guerra fueron consideradas como excombatientes con derecho a ocupar el 80% de los puestos de trabajo en los organismos del Estado. Una gran parte de estas enfermeras excombatientes serían absorbidas años después por las residencias sanitarias y ambulatorios que irá creando la Seguridad Social y en los hospitales militares quedó un suficiente contingente de enfermería después de la desbandada de los primeros meses de finalizar la Guerra Civil.

Hermanas Larios capturadas en Brunete


LAS HERMANAS LARIOS.
Prensa de 7 de Diciembre de 1.937: María Luisa y María Isabel Larios y Fernández de Villavicencio han sido condecoradas con la Cruz Roja del Mérito Militar. Eran enfermeras voluntarias y durante la batalla de Brunete se recibió orden de evacuar un hospital de campaña. Las hermanas Larios tenían bajo su cuidado a un alférez y a cuatro soldados cuyo estado era gravísimo y no podían ser trasladados, por lo que decidieron permanecer con ellos cuidándolos. Cuando los republicanos de la 11ª División de Líster entraron en el hospital las hicieron prisioneras y las llevaron a Valencia, donde han sido canjeadas por presos enemigos y se encuentran de nuevo en la España nacional”.

Al ser liberadas volvieron a prestar servicios como enfermeras, esta vez en el hospital de Villaviciosa de Odón. Años después, María Luisa se enroló en el grupo de enfermeras que partió con la División Azul al frente del Este, prestando servicio en los hospitales de Porchow y el de Vilna regresando a España con sus compañeras en el año 1.942. Falleció en Málaga el 31 de Agosto de 1.997.

Hubo una tercera hermana, Lucía Irene Larios y Fernández de Villavicencio (Condesa de Revertera) que organizó en 1.938 los hospitales-enfermerías de Villaviciosa de Odón, Sevilla la Nueva, Getafe, Villaverde y Seseña a la cual también se le concedió la Cruz Roja al Mérito Militar por su labor humanitaria.


Dª MERCEDES MILÁ NOLLA.
Nace en Barcelona el 22 de Septiembre de 1.895. Hija de marino (y prima de D. José María Milá y Camps, conde de Montseny, cuyo hijo D. José Luis Milá y Sagnier es el padre de los populares periodistas de TV Mercedes y Lorenzo Milá): El padre de Mercedes fue Comandante de Marina de Ceuta (durante la estancia en dicha ciudad su familia hizo amistad con la del teniente coronel Franco cuando éste mandaba La Legión). Una vez que se trasladaron a Madrid, hizo los estudios de enfermería en la Cruz Roja Española, obteniendo el carnet como Dama Enfermera de 1ª clase de la Cruz Roja el día 3 de Junio de 1.921. Años después, con una beca de la Fundación Rockefeller acude al Belford College de la Universidad de Londres para realizar un curso de Directoras de Escuelas y Hospitales (en esta beca tuvo especial influencia la duquesa de la Victoria, alto cargo de la Cruz Roja en aquellos años, que estaba muy satisfecha con su trabajo).

Al fallecer su padre, su madre decidió trasladarse a Reus con su familia catalana, por lo que Mercedes se quedó sola en su piso madrileño del paseo del General Martínez Campos, en donde también tenía su despacho. Durante la II República es nombrada Inspectora Secretaria de la Escuela de Instructoras de Sanidad, según orden publicada el 13/09/1.934 (B.O.E. Nº 256). Anteriormente y con fecha de 1 de Julio de 1.934 la Dirección General de Sanidad nombraba a Mercedes Milá presidenta de la Asociación Profesional de Visitadoras Sanitarias, recibiendo el encargo de realizar viajes de estudios y visitar las escuelas de enfermería de Varsovia, Budapest, Lyon y Viena. Funda la revista titulada “La Visitadora Sanitaria” que se publicó durante los años 1.934 y 1.935. Es comisionada junto al doctor Pedro Blanco Grande, jefe de Sanidad de Madrid, para asistir al Congreso Internacional de Hospitales que se celebró en Roma en el mes de Junio del 35.

Mercedes Milá
Se incorporó al claustro de profesores de la recién creada Escuela de Enfermeras Sanitarias, de la Dirección General de Sanidad, a cuyo frente estaba el Dr. Pittaluga y cuyo secretario, el Dr. Estellés hizo gran amistad con Mercedes a pesar de las diferencias políticas entre ambos. Al comenzar la guerra civil, éste último le encargó organizar al personal de enfermería en el hotel Ritz, hospital provisional. Siendo avisada a tiempo de que la andaban buscando con no muy buenas intenciones, la aconsejan que se vaya de Madrid. En vista de lo cual se subió al primer tren que salió hacia Barcelona con su uniforme y documentación de enfermera alojándose en Reus en casa de su madre. En Madrid corrió el rumor de que Mercedes había sido asesinada… A los pocos días de llegar a Reus, escribe una carta a la princesa Anna de Schwarzenberg, secretaria del Consejo Internacional de Enfermeras de la Cruz Roja exponiéndole la situación en la que se encontraba, recibiendo como respuesta una reclamación diplomática para que se incorpore con urgencia a Suiza a donde la acompaña su madre. Al poco tiempo regresa a Francia y a los quince días cruza la frontera hacia España por Hendaya, llegando a Salamanca en donde permanece con su madre una temporada, viendo cómo poco a poco se les iba acabando el dinero del que disponían. Mientras tanto recibe un ofrecimiento de la Fundación Rockefeller para crear una Escuela de Enfermeras en Portugal. Pero por otro lado recibe también un ofrecimiento del Cuartel General de Salamanca para que se haga cargo de la dirección de enfermería de hospitales con un sueldo de 500 pesetas al mes, que acepta. Fue la única mujer que formó parte del Cuartel General del Generalísimo, ostentando en su uniforme la placa reglamentaria. Es tal el éxito en la organización de dichos servicios por su parte que el 24 de Marzo de 1.937 es nombrada Inspectora General de los Servicios Femeninos de Hospitales, (B.O.E. Nº 157 de 26/03/1.937) cargo en el que siguió hasta finalizada la Guerra Civil. Terminada ésta, le encargan la creación de un cuerpo femenino de enfermeras de naturaleza militar, pero considerado como personal civil, que se llamaría Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, aunque ella nunca estuvo de acuerdo con el adjetivo “auxiliar”. El primer reglamento del cuerpo de Damas de Sanidad fue aprobado por orden de 31 de Julio de 1.941 (D.O. nº 172/5 de Agosto de 1.941).

Mercedes Milá estuvo igualmente al mando de la agrupación de enfermeras militares que acudieron al frente de Rusia con la División Española de Voluntarios y al regreso siguió ocupando el cargo de Inspectora General.

Crea el boletín “Cruz de Malta”, órgano de las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, Suplemento de la revista “Medicina y Cirugía de Guerra” que se publica durante cinco años con periodicidad trimestral, entre 1.947 y 1.951, en donde interviene con varios artículos. Asiste a la Conferencia internacional de Enfermería celebrada en el Belford College de Londres en Julio de 1952 representando a la Inspección General y como Presidenta de la Asociación Profesional de Enfermeras. En Abril de 1.959 presidió en Madrid la V Reunión Nacional de Sanitarios.Hasta que por fín le llegó la hora de su jubilación a finales de los años 60.

Colabora en el libro “Los Médicos y la Medicina en la Guerra Civil Española” (editado por los Laboratorios Beecham, Madrid, 1.986) con el capítulo titulado “La mujer en la guerra: Enfermeras”. Años después enfermó de artrosis de cadera, sufriendo una fractura del fémur izquierdo, lo que la obligó a deambular con muletas y finalmente en silla de ruedas. Estando hospitalizada en el Centro Militar del Generalísimo, que en aquella fecha incluía también una residencia de ancianos asistidos, falleció el 13 de Diciembre de 1.990 a la edad de 95 años, siendo enterrada en el cementerio de La Almudena de Madrid.

Estaba en posesión de varias condecoraciones como la Medalla de la Cruz Roja, Medalla de la Campaña, Placa y Cruz Roja del Mérito Militar y otras.

13 comentarios:

  1. me gustaria formar parte de mis compañeras damas auxiliares de sanidad militar para convalidarel título en la actualidad mi correo electronico es: juaniaux@gmail.com

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  2. El articulo es precioso y muy completo, para mi compañera Juani he querido ponerme en contacto contigo, no se si tu correo esta mal porque me lo rechaza, por favor ponte en contacto conmigo soy África Fdez Dama de Sanidad Curso 1971- 1973 del Hospital Militar Gómez Ulla Madrid.
    Mi correo es africucha@gamil.com. Muchas gracias

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  3. ¿Está el autor seguro de la corrección de este párrafo?
    Por una Orden Ministerial del año 1.974 (B.O.E. Nº 180 de 29 de Julio de 1.974) se concedió al colectivo de Damas de Sanidad Militar el título de Técnico Auxiliar de Clínica, Formación Profesional, grado I, de la rama Sanitaria (titulación que deberían solicitar las interesadas de forma individual) y las del Cuerpo Especial fueron consideradas como funcionarias civiles de la Administración militar, según decreto 707/1976, de 5 de Marzo.

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  4. Me gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com

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  5. Me gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com

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  6. Me gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com

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  7. Me gustaria formar parte mis compañeras damas auxiliares sanidad militar. Como puedo hacer si al guien me puede informar por favor...Gracias ... Este es mi correo.... mmvaldez76@hotmail.com

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  8. Hay dos oposiciones que son asequibles para los nuevos titulados,
    las de enfermeria de prisiones que las preparan en www.academiadeprisiones.es
    y las de enfermeria militar que las preparan integramente en
    www.academiaenfermeriamilitar.es
    las clases las dan militares, profesionales e incluso en ingles tienen nativos.

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  9. Mi madre Doña María Luisa Zufía García, hija de Don Alfonso Zufía Erice (Teniente Coronel y Oficial en El Pardo), Fuè Dama Militar y desfiló en el desfile de La Libertad en 1968, fué una de las primeras mujeres al volante de aquellos camiones. Me gustaría si alguien hubiera alguna imagen para sus memorias.

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  10. Hola, mi tía fue dama miliar hasta 1955 con 32-33 años, fecha en que murió. Me gustaría poder saber algo de su vida como Dama dónde trabajó, etc
    Si alguien me pudiera indicar en que archivo puedo encontrar algo sobre ella lo agradecería mucho.
    Pueden escribir a mercedes1madrid@gmail.com

    Muchas gracias

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  11. Hola! yo también fui dama auxiliar militar. Me gustaría que me dierais información sobre cómo formar parte de mis compañeras damas auxiliares de sanidad militar. Mi correo electrónico es: mpblazquez63@gmail.com

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  12. Mi abuela fue dama auxiliar en Zaragoza desde Agosto del 37 a agosto del 40. Su número era el 844, es decir fue de las primeras. Tenía 20 años cuando ingresó. Guardamos su cartilla así como la medalla que le dieron a la Constancia.
    Actualmente estoy escribiendo una novela y uno de los personajes está basado en ella. No hay mucha información del Hospital de Sangre de Zaragoza durante esos años y tampoco de sus damas auxiliares. No encuentro ni fotos. Necesitaría saber donde encontrar más información y saber quien era el director o capital médico de ese hospital en aquella época. Mi email es cmcreativos@gmail.com
    Mil gracias

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  13. En su día quise ser/ estudiar/ entrar como dama militar en el hospital militar de Las Palmas de GC. Cuando dijeron que los gastos de uniforme, y otros, corrían a nuestro cargo, salimos de allí.
    Así que confirmo lo que aquí han dicho.
    Leyendo cual fue el destino de las damas, la calle, me alegro de no haber entrado.
    Actualmente trabajo en la sanidad pública pero siempre quise estar en el ejército

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