A principios del decenio de
los 70, los vientos descolonizadores de África
llegan al Sáhara Español: El 20 de Mayo de 1973 se
produce el primer ataque del Frente
Polisario:
Un
asalto al puesto de la Policía
Territorial del
Pozo de Janquel Quesat, a 42 kilómetros al norte de Edchera, comenzando así los
enfrentamientos con elementos pertenecientes a esta organización. Tras otras
escaramuzas, unos meses más tarde, concretamente a partir del 26 de Enero de 1974
se iniciaron diversos ataques y hostigamientos en la zona de Tifariti, Hausa y
Edchera. Por otro lado, a partir de este año, debido no solo a las tensiones
internas de la población saharaui sino también a las apetencias anexionistas de
Marruecos, se ordenó reforzar la frontera norte y los destacamentos de esta
zona. No en balde, las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos, habían comenzado a
lo largo del 74 a concentrar unidades (la famosa Brigada del Golán, que había
combatido en Siria contra Israel) al sur del río Draa, en unas posiciones
claramente provocadoras hacia las fuerzas españolas.
Las bases principales del
Ejército marroquí se encontraban en Tarfaia, la antigua Villa Bens al norte de
Daora, Abattih al norte de Sequen, Meseied al norte de la zona montañosa de
Argan y en Zag al noroeste del puesto de Edcheiría. La profundidad de este
despliegue venía dada por las unidades que ocupaban Tantán, Gulimin e incluso
Agadir. La Presidencia del Gobierno dictó una Directiva (2/74), aprobada por la Junta de Defensa Nacional,
estableciendo unas normas para elaborar una serie de planes de defensa para el Mando Unificado Canarias-Sáhara. Entre
los objetivos prioritarios se encontraban: "defender la integridad de
nuestros territorios africanos, su mar territorial y espacio aéreo y asegurar
el ejercicio de la soberanía en ellos, haciendo uso de la fuerza si fuera
preciso". Por tal motivo el Tercio dio protección a numerosas bases en
el interior como Hausa, Echedeiria, Mahbes, etc. Las unidades de la VII Bandera fueron alertadas y se
turnaban en la defensa de estos destacamentos. Sin embargo el día 11 de Septiembre
se suspendió, por orden superior y de manera temporal, la protección a estos
puntos, concentrándose las unidades en el cinturón defensivo alrededor de Smara
temiéndose un ataque a la ciudad santa del desierto. Unos días más tarde, desde
el 18 de septiembre al 24 del mismo mes la VII Bandera salió de nuevo, por
orden del General Jefe del Sector, a cubrir una posición de espera en Gaada
(cuello de Matgrada), replegándose posteriormente a su cuartel de Smara. A
partir del 27 de Septiembre de 1974 se empezaron a realizar destacamentos en la
zona de Saguia el Hamra. No obstante, a la vista de cómo se iban desarrollando
los acontecimientos, España fue modificando su actitud y anunció la
organización de un referéndum, que debería celebrarse antes de Julio de 1975…
Por su parte el General
Jefe del Sector del Sahara ordenó la organización de una posición defensiva
entre Daora y la Sebja de Um Debóaa para cerrar la posible penetración de
fuerza enemiga desde el norte por la carretera que conducía desde Tah a El
Aaiun, en el lugar conocido como Aguiul
Tel-li. Las obras requirieron el concurso del Arma de Ingenieros. El lugar, tácticamente idóneo era pura roca
bajo la capa de arena. Las unidades de la Legión
participaron colaborando en el trabajo y proporcionando seguridad a los mismos.
Así, el día 5 de Octubre de 1974 dieron comienzo las obras. Por otro lado el 3
de Noviembre se realizaron destacamentos en Sidi Ahmed Laarasi. El 21 de Diciembre
se suprimieron los destacamentos en Sidi Ahmed Laarasi, centrándose la
actividad en dar de nuevo protección a la base de Tifariti y a los numerosos
convoyes de combustible y material destinados a la construcción del nuevo
helipuerto de Angala y Tifariti.
En la noche del 17 de Diciembre
de 1974 se produjo, por parte de un grupo de 19 saharianos del Polisario, un hostigamiento al puesto
de Tifariti. Los rebeldes pretendían
atacar la sede del Gobierno y secuestrar al intérprete Kureina. No lo
consiguieron y tras el tiroteo se retiraron en dirección a Mauritania. Al
amanecer del día 18 salió en su persecución una unidad de la Policía
Territorial (47 hombres) que cayó en una emboscada en la zona de Gleibat
Akyeyemat y Gor le Freinina, a 8 o 10 km. de la frontera sufriendo un muerto, 8
heridos y 2 desaparecidos. Se solicitaron refuerzos y el General Jefe del
Subsector mandó una patrulla de Tropas
Nómadas a las órdenes del Teniente
Rogelio García de Dios, dos aviones Saeta y dos Secciones de la IX Bandera
al mando de los Tenientes Mariano Cuesta
Nuñez (4º Tercio) y Enrique Alonso
Marcili (3er Tercio). Los 19 hombres del Polisario se
encontraban ocultos en una zona de cuevas fuertemente parapetados por las
rocas.
Sobre las ocho y cuarto de
la mañana del día 19, las dos Secciones legionarias reunidas bajo el mando del Capitán Fernando Enseñat y Sánchez Cruzat, de la VII Bandera,
iniciaron el asalto a las cuevas jugando con ventaja los rebeldes por estar
bien parapetados, pero los legionarios tenían ganas de entrar en combate y
avanzaron con ímpetu y demostraron su valor, causándoles seis muertos y tres
heridos. Un total de seis muertos y once heridos fueron las bajas propias. El
entonces Teniente Alonso Marcili narra en primera persona cómo vivió esos acontecimientos: "El
4º Tercio que se había desplazado desde el sur del Sahara al norte con motivo
de la lucha contra el Frente Polisario, se mantenía de reserva en Edchera,
mandando una Compañía helitransportada al Aaiún y otra motorizada a Smara,
donde estaba yo. Hay que tener en cuenta que muchas unidades del 3er Tercio
estaban destacadas fuera de esta base reforzando puestos. Al ocurrir el
hostigamiento a Tifariti, hubo que salir de inmediato y ocurrió que aunque el
Jefe de la VII Bandera era el responsable de esta acción por encontrarse en su
zona de operaciones, la única unidad disponible en ese momento era la 3ª
Compañía de la IX Bandera del 4º Tercio en reserva, saliendo el Tte. Mariano
Cuesta con una Sección y yo con otra, por no existir ningún Oficial del 4º
Tercio. Ambas Secciones iban al mando del Capitán de la VII D. Fernando Enseñat
Sánchez Cruzat con una pequeña Plana Mayor también de la VII Bandera, entre los
que se encontraba el Brigada ATS. D. Antonio Belda Valero, un magnífico tirador
de fusil, además de buen ATS".
Por su parte el Coronel Enseñat que fue el Capitán
de la VII que mandó las dos Secciones legionarias durante el combate, describe
de los preparativos del mismo: "En la tarde-noche del día 18 de
Diciembre habían empezado a llegar a la pista de Smara las bajas sufridas por
la Policía Territorial, teniéndose ya conocimiento de la muerte de algunos de
ellos. Ante la gravedad de los acontecimientos se propuso al Mando del
Subsector que una Compañía motorizada de la VII Bandera se trasladara aquella
misma noche al lugar del combate; pero éste, con buen criterio, consideró que
era suficiente reforzar las tropas que allí se encontraban (una Sección de
3/IX/4 Tercio, Compañía destacada en Smara para reforzar la VII Bandera, con
guarnición en la citada plaza, una Patrulla de Agrupación de Tropas Nómadas y
la Unidad de la Policía Territorial que había sufrido la emboscada) con otra
Sección legionaria que al amanecer sería helitransportada a Gor le Freinina. Y
es esta noche, la del 18 al 19 de Diciembre, la que da motivo a contar lo que
realmente pasó en el cuartel de Smara antes de salir hacia Tifariti. Hacía
tiempo que la Legión no combatía, el Credo Legionario brota a borbotones, pero
ya no era el momento de recitar los Espíritus de combate y acudir al fuego;
ahora era la oportunidad de cumplirlos y ¡bien que se cumplieron!. Al pedir
voluntarios, mandos y tropa daban el paso al frente y cada cual invocaba en su
beneficio lo que más le favorecía para ir a combatir: antigüedad en la Bandera,
antigüedad en su Tercio, en la Legión, en el empleo... Se decidió que debía ser
otra Sección de la 3/IX/4 y su mando el Teniente D. Enrique Alonso Marcili, que
alegó ser entre los de su empleo el que más tiempo de destino en la VII
Bandera. Idea que fue inmediatamente aceptada por mí, como Capitán de la VII
Bandera que mandaría las dos Secciones legionarias, puesto que era el mismo
criterio que pensaba exponerle al Jefe de la VII Bandera, y que éste aprobó por
considerarlo el más acertado.
Al amanecer del día
19, después de ser arengados por el Capitán que mandaría a los legionarios,
ante el espíritu de la Bandera de España (en ese momento no izada) y el
grandioso mosaico con el escudo de la Legión – en el pavimento inmediato a la
entrada principal del Acuartelamiento -, fueron trasladados en los helicópteros
al lugar previsto. Y aquí queda relatado desde mi emocionado recuerdo lo que
ocurrió íntima y discretamente en aquel acuartelamiento antes de acudir al
fuego y en vísperas del combate...
Por eso, no quiero
terminar sin un recuerdo para el entonces Brigada ATS D. Antonio Belda Valero,
que ya había causado baja en la VII Bandera y su relevo precisamente en esos
días se había incorporado, que exigió, como más antiguo, formar parte de la
unidad helitransportada. Las bajas habidas hasta la noche del día 18 y el
peligro de las que podían sufrirse, aconsejaban la presencia de un muy
cualificado sanitario. También hacer mención al legionario Antonio Monreal
Rueda, operador de radio, pues para el Capitán de la VII Bandera que iba a
mandar las dos Secciones había que designar a un operador. Se pidieron
voluntarios en la 1/VII para tal cometido, dieron el paso al frente todos los
operadores y algunos que no lo eran; al cuestionarles por qué se ofrecían si no
tenían la especialidad, manifestaron que estaban dispuestos a aprender su
manejo aquella misma noche…"
Tras haber desplegado sus
tropas en la frontera del Draa,
Marruecos rehuyó un enfrentamiento abierto con el Ejército español, que
mantenía a la Legión en primera línea de combate. Oficiales marroquíes comenzaron
la identificación y captación de antiguos combatientes del Ejército de
Liberación, que ya habían intervenido en la guerra de 1957-58, integrándolos en
el que sería llamado FLU (Frente de
Liberación y Unidad) para recibir, durante seis meses, instrucción
terrorista encuadrados en el 7º Batallón Meharista de Tantán. En los primeros
meses de este año se calculaba en unos cuarenta los comandos que ya estaban
preparados para la acción, encontrándose distribuidos a lo largo de la frontera
en las bases militares marroquíes de Tarfaya, Abattih, Meseied y Mosbah.
En la primavera de 1975,
siguiendo con esta escalada de violencia, a través de las dunas existentes
entre El Aaiún y la costa se empezaron a infiltrar grupos de saboteadores
pro-marroquíes con fines terroristas. Así el 1 de Mayo, dos Secciones de
Fusiles y la Sección de Armas de Apoyo de la 1ª Compañía de la VII Bandera, reforzaron los puestos de Hausa y
Echdeiría. El día 4 se inició una acción de fuego con armas automáticas y
pesadas contra el citado puesto de Echdeiría. Localizados los asentamientos de
las armas al noreste y este del puesto, se contestó con fuego de armas
automáticas y morteros pesados, cesando la acción enemiga a los 10 minutos de
haber comenzado. La 6ª Compañía de la
VIII Bandera salió urgentemente hacia la frontera. En los reconocimientos
efectuados a la mañana siguiente, una patrulla del Tercio 3º de la Legión
localizó la zona de asentamientos, encontrándose 200 vainas y la cola
estabilizadora de una granada contra-carro de fabricación rusa. El día 7, Radio
Rabat reconoció que el ataque había sido llevado a cabo por el FLU, estando
coordinado con otro simultáneo contra el puesto de Mahbes. Del mismo modo,
también en los primeros días de Mayo de 1975 se detectó una gran actividad del
Frente Polisario en el sector que cubría la VII Bandera, y se tuvieron que
reforzar los destacamentos de Hausa y Echdeiria y Tifariti.
El 10, dos Patrullas del
Grupo de Smara de la Agrupación de Tropas Nómadas, denominadas “Pedro” y
“Domingo”, recorrían la frontera en misión de vigilancia, y a la altura
de Mahbes y de la Sfeia perdieron el contacto con la base. Los soldados
indígenas, que habían sido captados por el Polisario, se sublevaron y
capturaron por sorpresa a dos Tenientes y seis soldados europeos de la 1ª
Patrulla, y a dos Tenientes, un Sargento y cinco soldados europeos de la 2ª.
Murió el soldado Ángel Moral. A modo
de respuesta y como unidad de reacción se constituyó el Subgrupo Táctico Matachel formado por la 3ª Cía. y dos Secciones de
la 2ª Compañía de la VII Bandera. El Subgrupo Táctico se dirigió al Pozo
Moslami sin que pudiese tomar contacto con el enemigo.
El 12, dos días después de
haberse producido las deserciones de las patrullas de nómadas, grupos
saboteadores marroquíes intentaron infiltrarse a través de las cadenas de dunas
existentes entre El Aaiún y la costa. Su pretensión de llegar a la ciudad fue
evitada por las patrullas del Tercio 3º, que en diversos enfrentamientos les
causaron varias bajas y algunos prisioneros. Del D. Juan de Austria las
patrullas del Tercio tan sólo resultaron dos legionarios heridos.
Por su parte, una
representación de la ONU se desplazó al Sahara en ese mismo mes para averiguar
qué estaba pasando realmente. El informe de la misión visitadora se redactó en
Nueva York a finales de ese verano. En él se reconocía que la población estaba
categóricamente a favor de la independencia y en contra de las reivindicaciones
de Marruecos y Mauritania. El mismo día de la llegada de la misión, el 15 de Mayo,
tuvo lugar un incidente muy grave, debido a la escalada que se produjo en los
medios empleados: Dos helicópteros españoles UH-1D de la UHEL II, en
misión de vigilancia de la frontera norte, fueron atacados, dentro de
territorio español, por dos misiles antiaéreos SAM 7, disparados por efectivos
de las FAR. Los misiles fallaron por muy poco gracias a la pericia de los
pilotos pero no sería el último incidente de esta clase. Esa misma tarde, un
grupo de marroquíes, que se disponía a atacar la emisora de El Aaiún fue detenido
por la Policía Territorial. Otro grupo de las mismas características, pero con
armas pesadas, intentó atacar el puesto de Hagunía, pero se retiró tras el
envío de varias patrullas españolas que le causaron varias bajas. Las
agresiones continuaron mientras que la visita de Naciones Unidas recorría todo
el territorio. Otros comandos marroquíes fueron detenidos el 17 y el 20 de Mayo,
por fuerzas de la Policía Territorial, algunos dentro de El Aaiún cuando
pretendían colocar bombas.
El día 23 se produjo la
segunda gran deserción de tropas saharauis al servicio de España, a la que ya
hemos hecho referencia. Ese día 16 agentes de la Policía Territorial, que hasta entonces habían luchado con una
fidelidad y abnegación sin límite, desertaron del puesto de Guelta Zemmur
previo acuerdo con elementos infiltrados del Frente Polisario. Al saberse lo
sucedido, una Sección de la 8ª Compañía
salió de El Aaiún para reforzar la base de Guelta, mientras que la VII Bandera
enviaba desde Smara a Tifariti a la 3ª
Compañía. La situación creada obligó al Estado Mayor del Ejército a
trasladar al territorio unidades de refuerzo procedentes de Canarias y la
Península. Así, en 1975 la guarnición Smara aumentó considerablemente al
incrementarse con un Batallón del
Regimiento Tenerife 49, mientras que en Villa Cisneros las pocas unidades
de la Legión que habían quedado en la ciudad, tras la marcha del Tercio hacia
el norte, fueron reforzadas por un Batallón
del Regimiento Canarias 50 y Fuerteventura
56. Sucesivamente llegaron al Sahara una Bandera Paracaidista (al final hubo hasta dos), dos Compañías de Carros Medios (luego llegó a desplegar
un Batallón de Carros del Alcázar de Toledo) y un Grupo de Artillería Autopropulsada XII de la División Acorazada Brunete.
También se envió Artillería de Campaña
de los Regimientos 93 y 95 así con el Regimiento
Mixto de Ingenieros Nº 9.
Cabe señalar que
diariamente la Sección de Operaciones
Especiales (SOE) del 3er Tercio, al mando del Tte. Constantino García Palomo,
encuadrada en la Cía. de Plana Mayor, montaba emboscadas nocturnas en la cadena
de dunas costera. Por otra parte, y en prevención de que los fellagah se apoyaran desde el interior
del territorio en sus incursiones sobre el Aaiún, el Mando del Sector del Sahara decidió crear una zona vacía
consistente en una franja de terreno de 25 kilómetros de profundidad en la que
se prohibió el asentamiento de población nativa con objeto de evitar que sus
jaimas dispersas fueran refugio de guerrilleros. Para hacer efectivo el control
sobre esta zona, se le encomendaba esta misión a un Subgrupo Táctico compuesto
alternativamente por una Compañía de fusiles, a la que se le agregaba una
Sección del Grupo Ligero de Caballería, o bien un Escuadrón Ligero con una
Sección de fusiles.
Lo cierto es que es que
resultaba bastante difícil la localización de los polisarios mediante este tipo
de operaciones ya que el saharaui, con ojos y oídos acostumbrados al desierto,
era capaz de detectar a gran distancia el mínimo destello de luz, interpretar
perfectamente cualquier nube de polvo y percibir el ruido de vehículos a muchos
kilómetros, determinado de inmediato la dirección en que se movían las
patrullas motorizadas del 3er Tercio. A esto debemos añadir su
profundo conocimiento de la zona, recorrida mil veces desde que siendo niños
cuidaban del ganado. En definitiva, los guerrilleros, contaban con tiempo
suficiente para abandonar rápidamente la zona y ocultarse. De hecho, las
partidas sorprendidas, casi siempre lo fueron por alguna patrulla a camello,
moviéndose en silencio y por zonas no aptas para vehículos.
El 8 de Junio de 1975,
mientras se celebraba en el Batallón de
Instrucción de Reclutas una Jura de Bandera, con la Enseña del Tercio, se
alertó a la unidad porque se habían identificado unidades marroquíes que
cercaron el puesto fronterizo de Tah, guarnecido por un Pelotón de Policía
Territorial. Por la noche se formó un Grupo Táctico, al mando del Teniente Coronel Traveseado, Jefe del
Grupo Ligero formado por el propio GLC, la 6ª
Cía. de la VIII Bandera y una Batería
de Artillería con la misión de ocupar, y si era necesario recuperar, el
citado puesto fronterizo. Ese mismo día la tensión en la frontera con Marruecos
subió alarmantemente. La causa principal era la presencia de una Compañía
Meharista marroquí en las inmediaciones de la base de Mahbes. Con la intención
de evitar males mayores y en previsión de alguna acción hostil la 1a
Cía. reforzada con una Sección de la 2a Compañía, a las órdenes del Capitán. D. Federico Sancho González,
se desplegó en la zona. Poco después, otras informaciones apuntaron el
incremento en el movimiento de unidades marroquíes en el sector fronterizo. De
nuevo y con intenciones disuasorias salió otra unidad, la 3a Cía.,
hacia la zona caliente instalándose en el puesto de Hausa.
Al amanecer del día 9,
mientras los helicópteros armados de la UHEL
certificaban desde el aire el repliegue de las unidades marroquíes, el Grupo
Táctico del Teniente Coronel Travesado ocupaba el puesto de Tah. El 10 de Junio
se presentó en el acuartelamiento de Smara la 3ª Sección de la 2a
Cía., cumplimentado una singular misión: dar escolta a un sorprendentemente
numeroso grupo de prisioneros. La Compañía Meharista marroquí que había hecho
saltar la tensión en la base de Mahbes había sido apresada al completo en dicha
zona por legionarios del 4º Tercio. El grupo de prisioneros lo componían un
Capitán, tres Ayudantes, cinco Sargentos Primeros, once Sargentos, cinco Cabos
y dieciséis soldados con su armamento, munición, equipos, material y vehículos,
incluido un misil SAM 7.
El Coronel Adolfo Coloma, Teniente de la 6ª Cía. durante la Marcha Verde narra la acción sobre Tah:
"En 1975, los actos terroristas sobre personas e instalaciones
(voladuras de las estaciones de Fos-Bucraa) crearon en el Sahara un clima de
intranquilidad y tensión. Las Fuerzas Armadas reforzaron los destacamentos y
establecieron posiciones defensivas a lo largo de la frontera norte con
Marruecos. En la VIII Bandera la 6ª y 7ª Compañías se relevaban periódicamente
en el control de las zonas A y B de la frontera. La 8ª Cía. helitransportada,
efectuaba continuas salidas de reconocimiento sobre posibles zonas
conflictivas. Durante todo el año, se produjeron muy a menudo alertas motivadas
por distintas informaciones sobre movimientos y probables acciones del
Polisario o de unidades marroquíes. Estas alertas suponían el acuartelamiento
inmediato y, casi siempre, la salida de la Bandera en armas a la zona de
posible conflicto. Agravaba la situación el hecho de que se estuvieran
produciendo deserciones entre el personal nativo de la Agrupación de Tropas
Nómadas y de la Policía Territorial, que culminaron con el apresamiento de dos
patrullas de nómadas.
En el verano, la
Bandera, fruto de una alerta, se encontraba establecida en las proximidades de
Daora a falta de la 6ª Cía. que realizaba control en las citadas zonas A y B
formando parte de un Grupo Táctico de Caballería. A primera hora de la tarde
del día 8 de Junio de 1975, se personó en el Puesto de Mando el Capitán Jefe de
una Compañía de la Policía Territorial, informando que se dirigía al puesto
fronterizo de Tah porque noticias algo confusas hacían suponer que se había
producido la deserción de los agentes nativos del puesto o que éste había sido
ocupado por tropas marroquíes. En consecuencia, tenía orden de, manteniendo el
enlace radio con la Bandera, atacar Tah si confirmaba la segunda hipótesis. La
Bandera debía permanecer dispuesta a acudir en su apoyo. Por la noche se
escuchó, desde el vivac de la Bandera, el sonido que producían las explosiones
de los morteros y el tableteo de las ametralladoras y demás armas con que
contaba aquella Compañía. Era evidente que se estaba produciendo el ataque y,
fatalmente, se había perdido el enlace. Siguieron momentos de zozobra entre los
componentes de la Bandera por carecer de noticias sobre el resultado de aquella
acción.
Sobre las 02:00
horas del día siguiente se recibió orden de intervenir. Un mensaje del Cuartel
General decía textualmente: Recuperar Tah a toda costa al amanecer. A las 04:00
horas comenzaron las unidades a disponerse para el movimiento, que se inició
poco después con la 7ª y 8ª Cía. en primer escalón, las armas pesadas y el
Puesto de Mando en el centro del despliegue y, en segundo escalón una unidad
heterogénea constituida con personal de Tropas Nómadas y Policía Territorial de
lo que era la guarnición de Daora. Proporcionaba seguridad a retaguardia la
Sección de Reconocimiento. Al amanecer del día 9, Tah se encontraba a la vista
y las Compañías de vanguardia comenzaron a proporcionar información, según la
cual no se observaba actividad alguna, lo que quedó confirmado poco después al
alcanzar las vanguardias de Tah. Con cierta decepción se recibió la orden de
regresar a la zona de Daora y, finalmente, al día siguiente, retornar a El Aaiún.
Como curiosidad
decir también que unos meses más tarde, el día 15 de Octubre, la Bandera salió
al completo de sus efectivos hacia la frontera con Marruecos, en la denominada
operación Acampada, que tenía por objeto detener toda posible penetración
marroquí en territorio español. El día 2 de noviembre se produjo una visita
inesperada al territorio del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón, siendo al 8ª
Cía. la encargada de rendirle honores en el aeropuerto de El Aaiún. La VIII
Bandera formó en el patio de armas del acuartelamiento de Sidi-Buya junto con
el Grupo Ligero Sahariano y la Plana Mayor del Tercio para ser revisadas por su
Alteza Real".
Nuevamente la 6ª Cía. fue
alertada el día 21 de Junio de 1975 y desplegó en las inmediaciones del Puesto
de Tah, reconociendo la zona, que había sido minada por fuerzas marroquíes
mediante trampas explosivas, siendo activada una de ellas por un vehículo del Regimiento de Artillería nº 64, que
realizaba un reconocimiento artillero. En esta ocasión perdieron la vida el Tte. de Artillería Gurrea y dos
artilleros, dando cobertura y seguridad la 6ª Cía. a las operaciones de
rescate.
El 25 de Julio el puesto de
Guelta Zemmur, en las montañas
Doloa, que discurren en dirección norte-sur paralela a la frontera con
Mauritania, fue atacado y saqueado por el frente Polisario. Se alertó a una
Compañía de la VIII Bra que recorrió los 360 Km. que le separaban del fuerte,
ocupándolo y dejando allí una Sección que se fue relevando mes a mes durante
todo el verano. Así cuenta el entonces Capitán
Perote su experiencia: "El 26 de Julio de 1975, La 7ª Cía. se
encuentra por el Guenna. Sus tres Secciones están haciendo reconocimientos por
las zonas asignadas, el Capitán está con su Plana Mayor y la Sección de Armas
de Apoyo... mi Capitán acaba de llegar un telegrama urgente, me dice el
operador radio, descífralo... ante posibles ataques libios concéntrese en RJ28.
Pocos días antes habíamos sido informados de que Gadafi ofrecía todo su apoyo a
Marruecos para expulsar a los expoliadores españoles del territorio de Sahara.
Mi primer pensamiento fue pues sí que se han dado prisa éstos... RJ28 sabía que
eran las posiciones que teníamos en la Sebja de Um Deboa para cerrar la
penetración N-S Tarfaya, Tach, Daora Aaiun. Por radio ordené a las Secciones
que se dirigieran en la dirección RJ28 encontrándonos sucesivamente sobre la
marcha. Mientras iba dando botes en el Land Rover le repetía al operador que
volviese a traducir el telegrama... está bien mi Capitán, es correcto. Como no
acababa de creerlo le pido la clave y voy traduciendo ante posibles ataques
tibios concéntrese urgentemente en RJ28 El operador había escrito libios
pensando en tibios pero no había puesto la tilde de la t y encima parecía una
l. Llegados a RJ28 el mando superior comunica que el puesto de Tach ha sido
atacado viéndose obligada la guarnición a abandonarlo (12 hombres de la Policía
Territorial), que una unidad tipo Compañía de la Policía irá a tomar contacto y
tratar de recuperarlo y que yo con mi unidad cubra su retirada ante una
reacción enemiga superior.
Efectivamente de
madrugada llega la unidad de la Policía al mando del Capitán Sandino, me
entrevisto con él y sigue en dirección a Tach, al poco tiempo oímos mucho fuego
de armas automáticas, granadas de fusil y de mortero, tras el silencio enlazo
con el Capitán Sandino y me dice que regresa a su base y que no ha visto
reacción enemiga valorable.
Al poco tiempo por
radio el General Salazar, Jefe del Sector del Sahara, me ordena a través del
Capitán Reig de su Estado Mayor que al amanecer ataque el puesto y que el resto
de la VIII Bandera irá en mi apoyo. Reunida la Compañía al amparo de unas
grandes dunas cantamos El novio de la muerte (¡qué momento!).
Se inicia el
avance, al principio protegidos por el terreno pero unos 500 metros antes de
llegar es un llano sin ninguna protección, podemos ser blanco de armas
automáticas. Quiero esperar a que la Sección de Armas ocupe unas posiciones al
oeste para que con su fuego apoye nuestro avance, cojo un Cetme y me levanto,
yo sólo quería ver bien la situación de mis hombres pero este gesto fue como
"preparados, listos, ya" toda la Compañía se lanzó al ataque y ya no
había quien les parase, yo era uno más. Según nos acercábamos unos vehículos
dentro del puesto se dieron a la fuga en dirección a territorio marroquí,
después de esto aparecieron dos helicópteros al mando del Capitán Muñoz-
Grandes Galilea rudimentariamente armados con unas ametralladoras MG. Lo peor
de este mini-combate es que no se sabía que hacer una vez ocupado el puesto, y
estuvimos pegados al terreno bajo un sol abrasador unas buenas horas".
Luego Marruecos inició una
campaña internacional con amenaza de invasión pacífica. En efecto, en su
tradicional discurso del 20 de Agosto el Rey alauita volvió a insistir sobre el
mismo tema: "En Octubre o Noviembre a más tardar, sabremos si vamos a
entrar en nuestro Sahara por medios pacíficos o por las armas. Cuando llegue el
momento, cuando llegue la hora, nos dirigiremos allí con nuestro uniforme
militar, para encabezar a quienes quieran aceptar el sacrificio supremo en aras
de la recuperación de la tierra usurpada y de la integridad territorial de
nuestra patria".
Perote comentaba también un
hecho poco conocido: "El 15 de Septiembre de 1975, la 7ª Cía. de la
VIII Bandera salió de su base en el cuartel de Sidi Buya ,en la misión de
patrulla de reconocimiento; 32 vehículos M-109, 2 Pegaso 30/45 diverso
armamento y medios radio y 123 legionarios pero entre estos había unos de
excepción: Con motivo del tradicional Aniversario de la fundación de la Legión
siempre se han acercado a los distintos acuartelamientos legionarios personas
que han tenido o tienen por diversos motivos puntos de unión y afecto hacia
este Cuerpo. El ex ministro Sr. Nemesio Fernández Cuesta, el Alcalde de Málaga
Sr. Cayetano Utrera, el Subsecretario del Ministerio de Agricultura Sr. Juste
Iribarren se encontraban entre estos invitados que con ilusión y curiosidad
habían solicitado participar en esta misión. Vestidos con uniforme legionarios,
con gorra, gafas y siroquera nadie podía distinguirlos. La Compañía con sus
Secciones en orden de marcha y aproximación se dirigía hacia zona conflictiva.
Se acercaba a la línea fronteriza con Marruecos, paralelo 27º 40´, con
prismáticos se podía divisar una unidad marroquí dentro de su territorio; la
emoción les embargaba, el adiestramiento de los legionarios les entusiasmaba,
la dureza del territorio y la inusual experiencia les hacía sentirse
transportados a otro mundo. Al término de la misión y de regreso a la base, con
el corazón todavía acelerado se entró en el capítulo de las confidencias...me
llamó aparte el Sr Juste y me dijo: "que pena Capitán, el riesgo que
corren. La ilusión que ponen y la sangre que están dejando, cuando este
territorio ya no es de España, ya está entregado a Marruecos"... mi cabeza
voló a pocos días antes cuando unas minas habían destr0ozado 3 vehículos de una
unidad de Artillería, un Teniente, un Sargento y tres artilleros murieron, mi
cabeza también se llevó con la imagen reciente de un niño y tres policías
destrozados por otro artefacto, la imagen de tantos muertos... El Sargento
Carazo de la Legión, el Cabo 1º Irbaz de la Brigada Paracaidista".
Si bien en el mes de Septiembre
de 1975 no hubo incidentes a destacar, el 20 de este mes se confeccionaba un
plan de operaciones que contemplaba como acciones más probables, ataques de
tipo guerrillero por parte de las fuerzas del Frente de Liberación, que,
probablemente, intensificaría su actividad en caso de un acercamiento entre
España y el Polisario. Recibió el nombre de Operación Trapecio.
El día 2 de Octubre una
patrulla de la 7ª Compañía penetró
en una zona minada cuando efectuaba unos reconocimientos ordenados por la
Sección de Inteligencia del EM del Subsector del Sahara en la Guenna, al sur de
Sebjet Tah. Una de las minas destruyó uno de los land-rover, resultando heridos
el Capitán Jaime Perote Pellón y el
legionario conductor Diego Real Gil.
A la semana siguiente, en una nueva salida para el control operativo de la zona
esta misma Compañía, al mando del Capitán
Martínez Illescas, que se había hecho cargo de la misma tras haber
resultado herido el capitán Perote, inició una serie de reconocimientos de la
zona de Hasi Tah, en la frontera. Tres vehículos de la Plana Mayor de nuevo
penetraron en un campo de minas. Desgraciadamente esta vez las explosiones
causaron la muerte del legionario Manuel
Torres Álvarez, y heridas de diversa consideración al Capitán de la
Compañía, al Tte. Tapia, al Cabo 1º Francisco
López Puente y a los legionarios José
Luis Vázquez Arias y Bonifacio López
de Alba Ruiz.
El Capitán Perote,
hallándose convaleciente en el Hospital Militar de Canarias, sin esperar el
alta, se incorporó al Aaiún haciéndose cargo nuevamente del mando de la 7ª Cía. La situación se agravaba cada
día más. Pero en ese momento, el 3er Tercio, con sus 2.500 hombres y
500 vehículos de combate, era considerado junto con el 4º, una de las mejores
unidades del mundo occidental y sus legionarios estaban deseosos de entrar en
combate. El propio Capitán relataba el estallido de las minas de la 7ª
Compañía: "El 2 de Octubre de 1975 la 7ª Compañía tiene que salir de
patrulla hacia la zona vacía, el Capitán se presenta en la 2ª Sección del
Estado Mayor. a recibir instrucciones, el Cte. Javier Pardo de Santayana me
llama aparte y me dice: "Perote tú que siempre traes información de
contacto, acércate al Puesto de Temboscai, puede ser que lo hayan vuelto a
activar pues hemos captado una emisora nueva que puede venir de ahí" Es la
01h del día 2, dos Land Rover de la 7ª Compañía a velocidad reducidísima con
todas las luces apagadas e incluso quitados los indicadores de la puesta de
contacto, atraviesan el Guenna en dirección S-N a Temboscai, atravesando la
antigua pista llamada “De petrolitos” (por las prospecciones realizadas por los
americanos) y considerada como frontera por los marroquíes, por seguir una
línea más identificable y paralela al paralelo 27º40´ frontera real y unos 4
kilómetros al Sur.
En el momento en
que al conductor le doy la orden de pare se produce una tremenda explosión en
la que la parte del motor salta en mil pedazos, el ruido hace que los tímpanos
se desgarren y la sangre salga por los oídos, la cabeza es un cúmulo de
sensaciones incontrolables, el gas se hace asfixiante y sólo lo puede entender
quien haya vivido algo semejante y lo pueda contar, se trataba de una mina
contra-carro MA-9 de procedencia americana, el ir despacio nos había salvado la
vida, al pisar la rueda la mina, esta había hecho explosión y el efecto se
produjo sobre la parte delantera, el conductor gravemente herido y yo con una
fractura pequeña en la pierna. Cuando empiezo a reaccionar veo unas linternas
que nos rodean y se acercan al coche, pienso que somos un blanco fácil por las
llamaradas del motor y como puedo bajo del vehículo y con el chaquetón apago el
fuego del motor, quedaban a unos 10 metros las dos petacas de gasolina de
respeto que se llevaban siempre, una a cada lado en la parte delantera, me
arrastro a una y la apago mientras veo como un legionario apaga la otra, de repente
el silencio, la incertidumbre, nos replegamos sobre el segundo vehículo armado
con una ametralladora esperando el ataque del enemigo invisible, que desaparece
dejando un rastro de minas sin enterrar, picos y palas, en el segundo vehículo
y por las mismas rodadas nos incorporamos al resto de la Compañía, organizada
ésta nos dirigimos al puesto de Daora donde poco después llegan los
helicópteros (¡qué gran unidad!) que nos evacuaron al Aaiún. El diario marroquí
L´Opinion pocos días después publicaba: "En un enfrentamiento armado
nuestras heroicas tropas han causado varios muertos a una unidad del Ejército
invasor español, entre ellos un Capitán y destrozado varios vehículos"...
Dadas las circunstancias y
ante las amenazas de Hassan II, se organizaron 3 Agrupaciones Tácticas y una
potente Reserva para hacer frente a una posible invasión. La Agrupación Lince, a base del 3er
Tercio bajo el mando del Coronel Timón
Lara, ejercería el esfuerzo principal de la defensa consistente en cerrar
cualquier penetración Tarfaya–El Aaiún. La Agrupación
Gacela (del 4º Tercio), en el Subsector de Edchera, bajo las órdenes del Coronel Mariñas Romero, tenía como
misión ponerse a la acción secundaria, cerrando cualquier penetración en
dirección al poblado de Hagunia. La 3ª Agrupación,
la Chacal, en Smara, cuyo núcleo
principal era la VII Bandera de la Legión se opondría a las infiltraciones en
la zona de Smara y en la línea de Hausa-Mahbes. Asimismo se establecieron los
correspondientes obstáculos consistentes en campos de minas instalados por el Regimiento de Ingenieros Nº 9, a los
que los Tercios les prestaban seguridad.
A las 02:00 horas del día 4
de Octubre de 1975, estas Agrupaciones se trasladaron a su zona de
responsabilidad. Los Grupos Ligeros
Saharianos de Caballería I y II desplegaron sobre la línea de vigilancia
que se apoyaba en la Sebja Um-Deboa (que significa la madre de las Hienas), en
los escarpados del Joiat, y se cerraba con un campo de minas. Su misión era la
de establecer contacto visual con la marcha, disuadirla de su avance y, en caso
contrario, realizar una acción retardadora para frenar las fuerzas invasoras y
destruirlas frente a la posición principal establecida sobre las alturas del Aguiul
Tel–li y Aguiul Dohara, a la altura del poblado y fuerte de Daora. A su
retaguardia, y a caballo de la posición defensiva, se situaron el resto de las
unidades de las citadas Agrupaciones y de la Reserva. Permanecieron en
situación de alerta hasta la mañana del 18 de Octubre, que se ordenó el regreso
a sus acuartelamientos. Dos días antes, el Tribunal Internacional de la Haya
ya había emitido su dictamen. En la conclusión final y fundamental del mismo se
decía: Los materiales e informaciones proporcionados al Tribunal, no
establecen la existencia de ningún vínculo de soberanía territorial entre el
Territorio del Sahara Occidental, por una parte y el Reino de Marruecos o
Mauritania por otra. El dictamen constituía un nuevo descalabro para Rabat,
cerrando la vía legal a las pretensiones mauritano-marroquíes. Ante este definitivo
frenazo a sus aspiraciones anexionistas, el rey Hassan II se vio obligado a dar
un nuevo golpe de efecto ante el pueblo de Marruecos. El mismo día 16 de Octubre,
pocas horas después de la publicación del dictamen del Tribunal, el monarca se
dirigió su país por radio y televisión. Haciendo caso omiso de los mandatos
internacionales anunció que el Sahara, sería recuperado mediante una marcha
pacífica en la que participaran 350.000 marroquíes tanto hombres como
mujeres. Para ello se abrirían de inmediato oficinas de reclutamiento en todo
el país, afirmando: Nos, seremos los primeros que nos inscribamos en las
listas de voluntarios. A pesar de asegurar que los participantes en la Al
Masira (“Marcha Verde”) llevarían como única arma el Corán, en una clara referencia
a Argelia y al Frente Polisario añadía: "Si nos encontramos con
elementos extranjeros, que no sean españoles, no renunciaremos a nuestro
derecho de defensa sin detener por ello nuestra marcha, ya que se tratará de
repeler una agresión, lo que nos colocará en una situación de legítima defensa.
Pero explícitamente rehuía en un enfrentamiento con las tropas españolas: Por
el contrario si nos encontramos con los españoles les saludaremos y
proseguiremos nuestro camino. Si desean abrir fuego sobre 350.000 personas, que
asuman entonces la responsabilidad". Ante estas amenazas en la
madrugada del día 4 de Noviembre las tropas españolas del Sahara desplegaron de
nuevo en la frontera con Marruecos. Por tal motivo, a la VIII Bandera se le
ordenó, el citado día 4, que ocupara las posiciones al sur de la Sebja, donde
se dirigía la marcha con la orden de detener la invasión enemiga. Esta
operación fue llamada por las autoridades españolas como Operación CONTRA MARABUNTA. Se tomó la
determinación de que se impediría el paso de la marcha a partir de Hausa. Se
estableció la línea Laadeim-Aguiul Tel-li-Daora, prolongada hasta Smara, como
infranqueable, para lo cual se dispusieron campos de minas y barreras de
Artillería para abrir fuego en caso de agresión.
La VIII Bandera permaneció desplegada y a la defensiva, divisando a su
frente y a lo lejos la imponente masa humana. Ello no fue obstáculo para que
Hassan II, que se encontraba en Agadir desde el 2 de Noviembre, anunciara el
día 5 el inicio de la Marcha Verde (Al Masira)
para el día siguiente. Entre tanto continuó una intensa actividad política
y el mismo 6 de noviembre, fecha de iniciación de la Marcha según lo dicho, se
reunió en Nueva York el Consejo de Seguridad a las 3:15 horas, enviando un
mensaje urgente al Rey de Marruecos en el que se pedía que se detuviera la
invasión. El monarca respondió que el movimiento ya había comenzado, pero
insistió en que tenía un carácter pacífico. Así nos describe la Marcha Verde el
General Mariñas: "El Gobierno alauita aseguró que si era necesario
intervendrían de las Fuerzas Reales Armadas marroquíes, pudiendo llegarse a una
situación de beligerancia entre España y Marruecos. Esta amenaza produjo efecto
en el Gobierno español y al día siguiente, 7 de noviembre, el Consejo de Ministros
decidió negociar la entrega a Marruecos de la administración del territorio. El
Ministro de la Presidencia se entrevistó con Hassan II el día 8 de noviembre.
El Monarca alauita ordenó, en consecuencia, la retirada de los peregrinos y
España hizo entrega, a Marruecos y Mauritania, de todas las responsabilidades y
autoridad en el Sahara Occidental".
Al amanecer del día 10 de Noviembre
la Al Masira inició el regreso. Dos días después comenzarían en Madrid las
conversaciones tripartitas. El 14 de Noviembre se firmaban los Acuerdos de Madrid que,
ignominiosamente, entregaban la administración del Sáhara a Marruecos y
Mauritania. En ellas se acordó que la presencia de España en el Sahara debería
terminar definitivamente el 28 de Febrero de 1976. Todo vino a raíz de la resolución 3.458 B del 10 de Diciembre de 1975
de las Naciones Unidas, que ratificaba los planes de la ONU del derecho del pueblo
saharaui a la autodeterminación. El ejército español minó
y señaló claramente la zona fronteriza a la que se dirigía la marcha,
desplegándose a continuación inmediatamente detrás, y hasta que no se
produjeron los Acuerdos de Madrid, la Marcha Verde
permaneció estacionada a unos cientos de metros de los campos de
minas, controlada por la policía marroquí que se empleaba contundentemente
cuando movimientos espontáneos de civiles se dirigían hacia las tropas
españolas.as apetencias territoriales de
Marruecos sobre el Sahara habían culminado, según hemos visto, con una invasión
pacífica de cerca de 350.000 personas (y 25.000 soldados marroquíes
empujándolos sin clemencia) que -transportadas en toda clase de medios de
locomoción- acamparon al norte de la Sebja de Um Deboaa. La marea humana,
empujada a retaguardia por las tropas marroquíes, corta las alambradas y cruza
la frontera, mientras su avance es vigilado por la Caballería
de La Legión: Millares de civiles marroquíes se detienen frente a los campos de
minas y posiciones defensivas situadas 10 km tierra adentro de la frontera. Frente
a los campos de minas establecidos se encontraban los Escuadrones del Grupo
Ligero de Caballería, del 3er y 4º Tercio cuyos legionarios fieles a
su credo, cumplieron y obedecieron, aunque nunca entendieron el porqué de todo
aquello…
"El 4 de Noviembre
de 1975, ante la inminente orden de avance a la muchedumbre 350.000 personas
que se encontraban en la línea fronteriza con nuestro territorio, todas las
unidades de la guarnición salimos a nuestras posiciones con la orden de la
operación que se llamó Marabunta. En primera línea las unidades estáticas que
se apoyaban sobre el terreno, en segunda línea las unidades mecanizadas y
motorizadas que acudirían a cerrar posibles brechas. El día 6 la muchedumbre se
lanza 10 kilómetros al S. para permanecer en territorio español 48 horas, era
lo pactado entre los Gobiernos, (nosotros no sabíamos nada), ellos con la
consigna de saludar a los españoles y la tranquilidad de que el peligro no
vendría de parte española... En la parte española (véase orden de operaciones)
prohibición de hacer fuego, campos de minas que no estaban minados y en los
mandos superiores extraña tranquilidad respecto a la población que se había
quedado indefensa en las ciudades del Sur. La 7ª Cía. había tenido que ir
apresuradamente a cerrar un paso que se había abierto entre la cadena de dunas
de Negritas y el O. de la Sebja De Um Deboa. Emplazadas las ametralladoras
delante sólo teníamos una parte de esa muchedumbre que según los momentos
gritaba, rezaba o... nos pedía comida y siempre enarbolando banderas de
Marruecos y Estados Unidos. Yo seguía sin entender nada, recordaba las palabras
del Sr. Juste en Septiembre Capitán el Sahara ya es de Marruecos por otra parte
sabía que la Operación Golondrina estaba en marcha, entonces ¿por qué esto?"
(narración del Capitán Perote).
El cambio de actitud de las
Autoridades españolas propició un clima de descontento entre la población
saharaui, que empezó a recelar de su futuro e, instigada por el Frente
Polisario, inició una campaña de atentados destinados a atraer la atención de
la comunidad internacional. Menudearon pequeños sabotajes, atentados con bomba
y otras escaramuzas. Se decidió por parte de las autoridades militares
organizar la Operación Otelo,
consistente en el aislamiento y control de los barrios nativos de Corominas y
Jatarrambla. Para ello, no se podía contar con la lealtad de los soldados
saharauis por lo que en su mayor parte fueron licenciadas y disueltas. De esta
manera se encargó al 3ª Tercio de la Legión el control de los barrios más
conflictivos así como el registro del personal civil sospechoso que salía de
ellos.
Con motivo de la destacada
actuación en intervenciones armadas en las que fueron ocasionadas bajas en
muertos o heridos, producidos por el fuego enemigo durante las operaciones del
Sahara se le concedió la Cruz Roja al
Mérito Militar al siguiente personal del 3er Tercio:
Capitán Infantería D.
Nicolás Perote Pellón.
Capitán Infantería D. Ángel
Martínez Illescas Pichardo.
Teniente Infantería D. José
Tapia García.
Teniente de Infantería D.
Enrique Alonso Marcilli.
Brigada ATS. D. Antonio
Velda Valero.
Caballero Legionario D.
Antonio Madonel Rueda.
Siendo también propuestos
los Cabo1º D. Francisco García Gómez y D. Francisco López Puente y los CL.´s D.
Bonifacio López de Alda Ruiz Galarreta, D. Diego Real Gil, D. Manuel Torres
Álvarez y D. José Luis Vázquez Arias.
Los cerca de 5.000
legionarios desplegados en el Sáhara apoyaron la complicada evacuación y
abandonaron el territorio, teniendo que entregar sus espléndidos
acuartelamientos a las fuerzas marroquíes y mauritanas: El 27 de Noviembre, la
VII Bandera entregaba Smara.
El 11 de Diciembre, la VIII Bandera y el GLS I dejan Sidi Buya. La IX y X
Banderas abandonan el amplio acuartelamiento de Villa Cisneros el 16 del mismo
mes. Tan sólo quedan en el Sáhara los dos Grupos Ligeros Saharianos, que se
repliegan: el 4 de Enero el 1er Grupo Ligero Sahariano y el 11 el 2º
Grupo Ligero desde Villa Cisneros (siendo la última unidad militar española en
abandonar la provincia española del Sáhara). Una semana después
y en medio de la agonía del general Franco,
con los acuerdos tripartitos de Madrid, cedía la administración del tercio sur
del territorio saharaui a Mauritania y los dos tercios septentrionales a Marruecos.
La operación fue vendida a la opinión pública europea, que seguía los medios de
comunicación de la época, como una invasión pacífica de pobladores
autóctonos (que diferían bastante en usos, ritos y costumbres con los
naturales), a pesar de que paralelamente y más al este se producía la invasión
militar del territorio…
Actualmente la situación
sigue sin resolverse. Hay un plan especial todavía de las Naciones Unidas, la MINURSO,
para asegurar un futuro referéndum para la autodeterminación, y aunque Mauritania
abandonó la parte sur después de las continuas derrotas militares por
incursiones de la organización independentista saharaui Frente
Polisario, el Sahara Occidental continúa dividido y militarizado en
la mayor parte bajo gobierno marroquí, que también ocupó militarmente la
inmensa mayoría de la zona sur abandonada por Mauritania (salvo una parte en
torno a cabo Blanco para resguardar la capital
comercial, Nuadibú).
Pero LA MARINA también jugó
un papel importante en estos históricos acontecimientos: Durante su permanencia
en el Sahara los apoyos logísticos del 3er Tercio se hacían
principalmente por vía marítima. Estos apoyos se incrementaron lógicamente al final
de la estancia en el desierto con motivo de la Marcha Verde (en el que estuvo
alertada la Flota y el Tercio de la Armada para realizar una operación
anfibia), y especialmente durante la evacuación de las Fuerzas en lo que se
denominó “Operación Golondrina”. El
Segundo Comandante del Conde de Venadito, D.
Julio del Cubillo nos cuenta cómo vivió estos momentos de tensión: "El
día 16 de Octubre de 1975 nuestro barco el Conde del Venadito se encontraba
atracado en Las Palmas, cuando escuchamos las últimas noticias: Hassan II
anunciaba a su país la Marcha Verde sobre el Sahara a la que acudirán más de
350.000 personas civiles desarmadas que intentarían esa marcha hacia el
interior del territorio español... A partir de ese día el Conde del Venadito
efectuó operaciones de transporte entre Las Palmas, Villa Cisneros y El Aaiún
con material y personal. El día 24 de Octubre la Marcha Verde llegó a Tarfaya,
último enclave marroquí antes de la frontera del Sahara. El 28 se implantó el
toque de queda y comenzó la evacuación civil de El Aaiún. El 30 se anunció que
la Marcha empezaría a andar entre el 4 y el 6 de Noviembre... A nuestro buque
se nos ordenó dirigirnos a Cádiz llevando material, atracando el día 5 y
después de descargar nos alistamos para la siguiente comisión, que se presenta
inminente e interesante.
La Marcha Verde se
detuvo ante el primer campo de minas pero no se retiró... La noche del 6 al 7
los españoles no podíamos dormir pendientes de la radio que daba noticias
constantemente... Lo que estaba sucediendo era alucinante y las Fuerzas Armadas
españolas estaban preparadas para el combate. Las órdenes no tardaron en llegar
al buque: el Conde del Venadito embarcó en Cádiz al Tercio de Armada de
Infantería de Marina con todo su material y una escuadrilla de helicópteros,
para transportarlos a Las Palmas e integrarse en una Fuerza Anfibia Operativa
(FAO) con fines disuasorios o de intervención. El 7 de Noviembre, escoltados
por un Destructor, salimos nuevamente hacia Canarias incorporándonos el 10 a la
Flota.
Durante todo el mes
de noviembre la Flota de la Armada se preparó para lo que viniese, incluyendo
en su preparación una Operación Anfibia en las playas de Fuerteventura, que se
canceló el día 20 a causa del fallecimiento de Franco. Como las negociaciones
con Marruecos habían llegado a su fin, el Conde Venadito regresó a Cádiz al
Tercio de Armada, que no tuvo necesidad de intervenir. A partir de aquí comenzó
para nosotros un movimiento continuo de singladuras, cargas y descargas,
transportes y traslado de las fuerzas entre Cádiz, Aaiún, Las Palmas, Villa
Cisneros y Arrecife, desde el 9 al 31 de Diciembre.
El día 8 de Enero
de 1.976 recibimos nuevas órdenes, el 10 ya estábamos de nuevo en Villa
Cisneros; durante la subida por la ría hasta el puerto nos siguieron dos
Patrulleros marroquíes que fondearon en las proximidades sin estorbar nuestras
maniobras. Ya estaban preparados para tomar posesión del puerto al mismo tiempo
que por tierra sus tropas se alojaban en nuestros acuartelamientos. Nosotros
salíamos por un lado, la mar, y ellos entraban por el otro, el territorio. En
Villa Cisneros estábamos nosotros y los transportes civiles Plus Ultra y Ciudad
de La Laguna, y entre todos estos buques, a las órdenes del Coronel Payás, Jefe
del 3er Tercio, que venía a bordo a desayunar con los Oficiales, nos
repartimos el embarque de los últimos del Sahara Español. En el Conde Venadito
embarcamos durante los días 10 y 11 a 310 hombres y 81 piezas y vehículos. A
las voces de ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!, ¡Viva La Legión! Con una emoción
especial, desatracamos del muelle de Villa Cisneros por última vez, al
atardecer del día 11 de Enero, escoltados por la Corbeta Villa de Bilbao.
Fuimos el último
barco de guerra que abandonó el Sahara, sobrevolados por aviones F-5 marroquíes,
que ya estaban atacando posiciones del Frente Polisario, contemplando desde a
bordo los fogonazos en tierra al otro lado de la Ría. Por ello navegamos en
situación de zafarrancho de combate hasta salir del canal, dirigiéndonos por
derrota directa a Las Palmas, acompañados también por el destructor Marqués de
la Ensenada, que estaba esperándonos fuera de la Ría. Atracamos en Las Palmas
el día 12 a las 21:45 horas. Esta fue la última operación en nuestras aguas del
Sahara; en la siguiente singladura pusimos rumbo a la base de Cádiz en donde
terminamos nuestra misión de evacuación del territorio español el día 19 de
Enero de 1976".
Anécdotas extraídas del Archivo
Histórico del 3er Tercio ''Juan
de Austria'' en su etapa sahariana:
En una de las
ocasiones en que hubo que organizar una posición defensiva el paqueo era
continuo pero sostenido. Se diría que disparaban a unos 500 metros, pero el
fuego se intensificaba cuando alguno se incorporaba más de lo prudente lo que
hacía suponer que no se estaba a cubierto de las vistas, pese a encontrarse en
una posición dominante. Cuerpo a tierra, los legionarios seguían cavando, y
esta posición tan incómoda bien pronto les hizo olvidar los disparos y se
pusieron a cavar de pie como si el fuego no fuera con ellos. La despreocupación
de aquellos hombres rozaba la temeridad, hasta el punto que el Oficial estaba
más atento a sus hombres que a los trabajos y constantemente les gritaba: ¡Delfino
agáchate!, ¡Zorrilla túmbate! Y así hasta quedar afónico, porque se
agachaban y al momento volvían a incorporarse… Con ligero cabreo pero sin ánimo
de acertar, el Tte. Franco lanzó una pedrada a Zorrilla, con tan mala fortuna
que le dio en la cabeza. El enfermero le curó la herida con un aparatoso
vendaje que no podía disimularse y cuando al atardecer se hizo un recuento de
bajas, el Teniente tuvo que confesar que tenía un herido, pero de una pedrada
que no procedía del bando contrario. Curiosa fue también la contestación del
Cabo 1º Delfino Lorenzo Gobella, un portugués de edad indefinida y rasgos
orientales que hablaba poco y mal: “Mi Teniente, si yo me agacho la bala que
viene dirigida al culo me dará en la cabeza”. Razón no le faltaba…
Buenos días, quería saber si me podría proporcionar un correo electrónico. El motivo es aportarle documentación sobre el tema por si pudiera ser de su interés. Mi correo es sumatrano@gmail.com
ResponderEliminarGracias
Tambien,estuvo el Martin Alvarez L12,tambien llevamos tropas de la Legion delTercio de Armada,con su material,luego las tuvimos que traer de vuelta a España,si F.Franco en esos momentos huvise tenido 50 años, hoy el Sahara seguiria siendo una provincia mas de España.
ResponderEliminarEl Tte Gurrea pertenecía al GACA ATP XII y fallecieron junto a él 1 Sgto y 3 artilleros. Todos del GACA ATP XII.
ResponderEliminar