Dedicado, con todo mi afecto, al Capitán D.
Raúl Isasi Zamora: Oficial de Regulares (cuando le conocí en Mostar,
allá por el año 2008) que me descubrió la Historia –con H mayúscula- de una
sensacional Unidad.
“Regular,
soldado español.
Infante,
valiente soldado…
Señor,
ten piedad, Señor,
cuida
a tus hijos Señor.
Tu
historia será
memoria
sin par,
recuerdos
de España.
Valiente
soldado
de
paz y de honor.
Soldado
valiente,
regular
y español.
Soldado
de España,
soldado
español.
Señor,
piedad,
Piedad,
Señor”
(Plegaria
de Regulares).
“En mayo de 1913, la
situación en la región montañosa de Yebala llegó a ser muy peligrosa, con
incidentes por toda la zona occidental del Protectorado. Los Regulares llegaron
desde Melilla en auxilio de las tropas combatientes. Después de ayudar y
socorrer a la columna que dirigía el general Primo de Rivera, siguieron otras
acciones heroicas, entre las que destacó la conocida como “LAS BAYONETAS DE LAUCIEN”, en la que los Regulares acudieron a
salvar a los Cazadores, consiguiendo un buen número de bajas del enemigo en su
acometida con los cuchillos de las bayonetas en las lomas de Laucien, una
posición militar española. Después de esta hazaña, el cuchillo bayoneta se incorporó
en el emblema del cuerpo de Regulares, junto con el de la media luna creciente,
que era símbolo del contingente indígena” (Historia del Emblema de Regulares).
En el año 2011 se cumplía el Centenario de la creación de la primera unidad
de Regulares, “LAS FUERZAS REGULARES
INDÍGENAS DE MELILLA”. Un siglo puede parecer poco tiempo de
existencia, en comparación con la antigüedad de otras unidades del ejército
español cuyos orígenes se remontan a la reconquista, es decir más de quinientos
años, sin embargo durante este periodo de tiempo las unidades de Regulares se
han convertido en las unidades más sufridas, más combativas junto con la Legión
sin menospreciar a ninguna de las demás. En ellas se han forjado Oficiales,
Suboficiales y Tropa de todo el ejército pues siempre han tenido un carácter
propio que ha marcado con un sello a todos cuantos han servido en ellas.
Es por ello momento de hacer semblanza de aquellas unidades de las cuales
son sucesoras y herederas tanto de su historial como de sus hechos de armas,
los actuales grupos de Regulares de Ceuta
y de Melilla, asentados en ambas
ciudades hermanas y de destinos comunes.
Hablar de Regulares por tanto es
hablar de la historia de dos ciudades de arraigada presencia española en el
norte de África, desde hace ya más de quinientos años…
Para comenzar, diremos que el origen de la palabra
“REGULAR” no es otro que el
de designar a aquellas unidades militares que por su carácter permanente se
distinguían de otras cuyo carácter era temporal, es decir, se creaban y
desmovilizaban según las necesidades. Por su parte, el término “INDÍGENA”
define a estas unidades al ser éste su componente fundamental, pues eran en un
80 % reclutados entre el personal del país.
Las fuerzas de Regulares
indígenas como tales, tuvieron su origen entre otras en las siguientes
unidades:
Los MOROS DE
PAZ O MOGATACES[1]:
Desde la conquista de Orán en 1509 los nativos de las tribus próximas se
acogieron a la protección de España. Como algunos se alistaron a las tropas
españolas fueron denominados por los contrarios almogataces o renegados.
En 1859, y por iniciativa del Gobernador Militar de Melilla, se crearon con
personal indígena los “TIRADORES DEL
RIF”, cuya misión principal consistía en el alejamiento de nuestras
costas de embarcaciones enemigas. En la Guerra de África (1859-1860), el
general O`Donnell -y por lo que a personal indígena al servicio de España se
refiere- no contó más que con los restos de los “Moros de Paz” y algunos
de los “Tiradores del Rif”, solicitados con urgencia a Melilla, los
cuales pasan en su totalidad a prestar servicio al Cuartel General del Jefe del
ejército expedicionario, donde desempeñaron meritorios servicios como
guías-intérpretes, siempre luchando con ardor del lado hispano.
Las IDALAS
Y MEHAZNÍAS eran unidades de
carácter temporal se clasificaron en principales y auxiliares, con misiones de
policía y seguridad, siendo empleadas en combate en numerosas ocasiones como
fuerzas auxiliares durante los años 1926-1927.
Los GUMS y YOUNDS eran unidades típicamente
marroquíes siendo utilizadas en pocas ocasiones por España, al contrario de
Francia que las usó incluso durante la II Guerra Mundial. Se utilizaban en
zonas montañosas, realizando razzias y emboscadas, el primer Gum que se creo
fue el de Alcazarquivir en 1911.
Las HARKAS
eran unidades irregulares, se desmovilizaban y creaban según las necesidades.
Se reclutaban entre los miembros de una misma cábila. Las primeras de las que
se tienen noticias fueron las creadas en la campaña del Kert en 1911. Entre ellas
una de las más conocidas fue la de Zoco el Hach de Beni-Sicar mandada por el
kaid Abd-el-kader (El Fidelísimo). Sus componentes eran del país a
excepción de los oficiales y suboficiales. Fueron ampliamente empleadas en
combate entre ellas destacan las de Varela, Capaz, López Bravo,
Martínez Zaldívar, Muñoz Grandes y la de Solimán el Jatabi
primo del cabecilla Abd el Krim, el cual se mantuvo fiel a España con su harka
de Beni Urriagueles.
Las MEHAL-LAS
se crean en 1913 para servir de base al futuro ejército del “Majzen”,
teniendo como misiones dar guardia a S.A.R. el “Jalifa”, rendir honores en
actos oficiales y auxiliar como tropa y policía al ejército español en campaña.
Los oficiales instructores eran españoles y se llamaban “Jarrub”, la
tropa era indígena. El mando superior de todas estas fuerzas era el Teniente
Coronel de Caballería D. Miguel Cabanellas Ferrer. Estas unidades fueron
muy empleadas en combate siendo premiadas las Mehal-las de Tetuán, Larache y
Melilla, por su actuación durante las campañas de Marruecos con el derecho a
ostentar la bandera de España.
La POLICÍA
INDÍGENA: Al ocuparse en 1908 la cábila de Quebdana, limítrofe con Melilla,
se crea la Policía Indígena, con dos núcleos de fuerza, uno en Cabo de Agua y
otro en La Restinga. Fue creada por el Coronel Larrea.
La MILICIA
VOLUNTARIA DE CEUTA: Creada en 1887 a propuesta del General Gobernador de
Ceuta, todas ellas formada por la Compañía de Moros Tiradores del Rif, el
escuadrón de Cazadores de Ceuta y por tropa indígena y mandos españoles, siendo
todas ellas de carácter irregular como fuerzas auxiliares que eran y cuya
misión era mantener el orden dentro de las ciudades (Majzen: Territorio bajo la
autoridad del Sultán) y sus afueras, sin inmiscuirse en la política interior de
los territorios del protectorado. En 1.906 asisten
en Madrid a la boda del Rey Don Alfonso XIII con Doña Victoria Eugenia de Battemberg.
Hay que resaltar que España nunca dispuso de tropas
coloniales, es decir, tropas constituidas por descendientes de colonos a
diferencia de otras naciones como Francia e Inglaterra, que contaban con
unidades de sobra conocidas como los Gurkas, Spashis etc.
Como consecuencia del Tratado Franco-Español de 1902,
que permitió delimitar las zonas de influencia dentro del territorio marroquí
entre España y Francia (y posteriormente, en la Conferencia de Algeciras[2] [16 de Enero de 1.906]) y
al tener que emplearse la Policía Indígena muchas veces como fuerza combatiente
-para evitar bajas españolas[3]-, se desvirtuó el espíritu
para el que fueron creadas y el gobierno sintió la necesidad de crear unas
fuerzas de carácter permanente o Regular (de ahí viene su nombre), compuestas
por personal indígena y mandos españoles, con instrucción, armamento y
plantillas similares a las del resto del ejercito de la península. Es por ello
que por R.O. de 30 de Junio de 1911, se crea la PRIMERA UNIDAD DE REGULARES
tomando la reglamentación aprobada por R.O. de 16 de Julio de 1895, que regía
la milicia voluntaria de Ceuta y modificada posteriormente por el R.D. de 31 de
Diciembre de 1909 y la R.O. de 29 de Enero de 1919. A esta primera unidad de
Regulares se la denominó “FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA” y fue
organizada sobre la base de un batallón de infantería, con 4 compañías y un
escuadrón de caballería, teniendo su base en la plaza de Melilla, concretamente
en el actual Fuerte de la Purísima Concepción, siendo su primer Jefe el Teniente
Coronel de Caballería D. Dámaso Berenguer y Fusté, quien ya contaba con una brillantísima Hoja de Servicios de campaña.
Por Real Orden Circular de 30
de Junio de 1911, firmada por el Ministro de la Guerra, Teniente. General
Don Agustín Luque y Coca, se crea en el Ejército Español: Un Batallón de
Infantería, con cuatro compañías y un escuadrón de Caballería indígenas,
dependientes de la Comandancia General de Melilla. Dichas Fuerzas estarán al
mando de un teniente coronel de una cualquiera de las Armas combatientes. En su
parte expositiva la citada Real Orden dispone en su tenor literal: “Excmo.
Sr.: La extensión de los territorios del Rif ocupados actualmente por nuestras
tropas, exige el mantenimiento de ellas de un núcleo importante de fuerzas
capaz de asegurar la tranquilidad del territorio y el desarrollo, a su amparo,
del comercio y demás fuentes de riqueza del país. Sometidos a nuestra
influencia los habitantes de las cábilas ocupadas como consecuencia de la
última campaña, parece llegado el momento de ir creando tropas nutridas con los
elementos indígenas afectos a España, que sirvan de núcleo para la organización
de unas Fuerzas Indígenas de Regulares, con cohesión y disciplina y capaces de
cooperar en las operaciones tácticas con las tropas del Ejército. Los
brillantes y positivos resultados obtenidos por otras naciones mediante la
organización y empleo de estas tropas, y los excelentes servicios prestados
hasta ahora por las fuerzas indígenas organizadas en Melilla, con carácter de
ensayo, aconsejan preservar con firmeza, aunque con la prudencia que las
circunstancias exigen, el paulatino desarrollo de estas fuerzas, conservando
las actuales su carácter de policía militar y auxiliares del ejército, creando
nuevas unidades que puedan, por su organización, constituir la base, y en su
día, la parte principal del ejército de nuestras posesiones y territorios ocupados
por nuestras tropas en el continente africano”.
El Primer soldado indígena[4]
ingresa el 5 Agosto 1911 en Melilla. En realidad, el soldado Regular fue la
primera tropa profesional
(voluntaria) con remuneración. Lo que le ofrecían los Regulares al indígena era
un sueldo, ropa nueva, comida respetuosa con sus creencias, alojamiento,
sanidad, seguir profesando sin problemas su religión musulmana, posibilidades
de ascenso y -los más afortunados- tener un fusil y montar un caballo (ambos,
símbolos de gran estatus social). Todo esto hacía atrayente el enrolarse en un Tabor. Cuando regresaban de permiso a
sus aldeas o poblados, hacían un efecto reclamo o llamada y el resto de jóvenes
veían lo bien vestidos que iban con sus chilabas nuevas cargadas de muchos bordados,
manteniendo su turbante (rexa), que
con sus 7,50 metros hacía de mortaja al fallecido, su pantalón (zaragüelles), calzado (babuchas), bolsa de costado (skara), bien alimentado y con un dinero
en el bolsillo difícil de conseguir fuera del Ejército. Pero además, el bereber
o rifeño era un soldado excepcional, resistente a la fatiga, abnegado y
austero, buen jinete y magnífico tirador, perfectamente adaptado al terreno, al
clima y al tipo de guerra al que se iba a enfrentar, características que le convertían
en un guerrero nato, cualidades que le hacían estar por encima de su homólogo
en las unidades peninsulares de recluta forzosa.
Por R.O.C. de 31 de Julio de 1914 se organizan las
Fuerzas Regulares Indígenas en la zona del protectorado de España en Marruecos,
quedando constituidas por cuatro Grupos formados cada uno de ellos por dos
Tábores a tres compañías y un Tábor de caballería de tres escuadrones.
La misión de estas fuerzas
fue la de vanguardia y combate en todo tipo de terreno y operaciones, lo que
llegó a incluir emboscadas, desembarcos y operaciones en alta montaña. Se
exigía a sus mandos tener muy buenos conocimientos sobre la manera de llevar la
guerra por parte del enemigo del Rif y del foco rebelde de la región de Yebala
(donde se encuentra Tetuán)…
“La misión de los Grupos de Regulares, desde su
creación en 1911, ha sido la lucha de vanguardia. Pocos días de descanso ¡muy
pocos!, y los más, el combate, la emboscada, la descubierta. De una a otra
posición, de una a otra Zona del Protectorado…pero siempre en vanguardia. Y
todo ello, con modestia, sin alardes, con la sencillez del cumplimiento exacto
y gustoso del deber. Estas Fuerzas Regulares, que han sido la piedra de toque,
el pedernal, el yunque que aguantó los zarpazos enemigos y llevó la bandera de
España y la Media Luna de su emblema tradicional, a donde fue necesario vencer,
sin reparar en la fortaleza del enemigo, sin contar su número ni sus armas: se
luchaba y se vencía” (Coronel de Regulares D. José Fernández Bacorell, en el cierre de una conferencia
impartida en Tetuán, el 16 de Diciembre de 1950, a los Jefes y Oficiales
Alumnos de la Academia de Interventores).
El bautismo de fuego de las Unidades de Regulares
se produjo el 19 de Febrero de 1912, en la acción de “Zoco el Tenin”,
contra las harcas del cabecilla rifeño “El Mizzian”, teniendo como
consecuencia la muerte de dicho cabecilla y sufriendo las primeras bajas de la
unidad, pero no fue en esta ocasión donde se otorgó la primera condecoración,
sino en la acción de Kaddur, ocurrida
el día 11 de Abril de1912, donde el Primer Teniente D. Jaime Samaniego y
Martínez Fortún, se convirtió en el primer laureado de las Fuerzas
Regulares por su heroico comportamiento en dicha acción.
Texto extraído
de la sensacional historia escrita en 2003 por D. JOSÉ Mª GIL HERNÁNDEZ
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LOS HISTÓRICOS
Durante la primera etapa (1911-1922) se crean los cinco grupos, denominados
“LOS HISTÓRICOS” por ser los primeros que se crearon. Fueron empleados
en vanguardia en todas las acciones que se desarrollaron en las campañas de
Marruecos, Guerra Civil e incluso durante los sublevación de los mineros en
Asturias en el año 1934 en que participó el grupo de Ceuta Nº 3.
Se organizaron hasta 10 Tábores en los diferentes grupos, encontrándose
encuadrados en las siguientes divisiones 1, 5, 11, 12, 13, 14, 82, 150, y 152.
Durante la segunda etapa, tras la Guerra Civil (1940-1956) y dado el número
excesivo de Tabores, se reorganizan las unidades y se crean por fusión de éstos
los Grupos 6, 7, 8, 9 y 10. En una tercera etapa (1956-2003), el número de
unidades se redujo, así como sus efectivos, pero eso sí permanecen fieles y
dispuestas a servir como siempre lo han hecho a España a lo largo de su
historia.
LOS GRUPOS DE REGULARES HISTORICOS (1911-1922):
FUERZAS REGULARES INDIGENAS DE MELILLA (1911-1914):
Tuvo su primer acuartelamiento en el Fuerte de Sidi-Guariach (Fuerte de la
Purísima Concepción), siendo su primer jefe y fundador el Teniente Coronel de
Caballería D. Dámaso Berenguer y Fusté. Esta unidad embarcó en 1913 en
el puerto de Melilla trasladándose a la zona de Tetuán.
El día 18 de Enero de 1912, las Fuerzas Regulares
participan en el combate para la ocupación de Monte Arruit, por cuyo brillante resultado, su jefe, el Teniente
Coronel Berenguer, fue felicitado telegráficamente por El Rey Don Alfonso XIII
y por el ministro de la Guerra Don Agustín Luque y Coca, con orden expresa de
transmitir esta felicitación a las fuerzas a sus órdenes. Durante todo ese año,
las Fuerzas Indígenas participan en diversas operaciones de campaña en el territorio
de Melilla, pasando en Junio de 1913 a guarnecer la plaza de Tetuán, en la Zona
Occidental de nuestro Protectorado; adonde llegan el día 12 del citado mes y
entrando seguidamente en combate, destacando su actuación en las acciones de
Samsa, Ben Karrick, Beni Madan y Loma Amarilla.
Por Real Orden de 31 de Julio de 1914, el primitivo
Batallón se amplía en los efectivos, material y servidumbre propios de un Regimiento,
si bien no recibe tal nombre sino el de GRUPO, y los Batallones el de “TABORES”. En su consecuencia la
reforzada Unidad recibe, por vez primera, el nombre oficial de GRUPO DE
FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA Nº 1. En su composición inicial, el
Grupo contaría con dos Tábores de Infantería de a tres compañías cada uno y un
tercer tábor, éste de Caballería, con tres escuadrones de jinetes “alfaraques”. (De “Alfaraz”,
caballo en árabe). En Abril del siguiente año se elevan a tres los tabores de Infantería
del Grupo. En Noviembre de ese año este tercer tabor se desgaja del Grupo para
formar uno nuevo que llevaría por nombre el de “Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Melilla Nº 2”.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “TETUAN” Nº 1 (1916-1985):
Se organiza sobre la base de las FRI de Melilla, estableciéndose en el
Campamento General junto al Río Martín. Su primer jefe fue el Teniente Coronel
D. Leopoldo Ruiz Trillo. En 1914 cambia su denominación por R.O. de 7 de
Diciembre a “Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 1”. En
1916 (por Resolución del Ministerio de la Guerra de fecha 7 de Diciembre) cambiaría de
nuevo su nombre por G.F.R.I. de Tetuán Nº 1. El 26 de Abril de 1915 se crea el
III Tábor de dicho Grupo. Su primera bandera le fue concedida por R.O. de 3 de
Julio de 1922.
El Grupo de Regulares de Tetuán Nº 1 es el origen, la madre y el tronco de
todas las Fuerzas Regulares al servicio de España. Cuenta en su esclarecido
Historial con un altísimo número de bajas en combate (23.461) entre muertos,
heridos y desaparecidos, así como un impresionante número de altas
Condecoraciones de Campaña: 15 Cruces Laureadas de San Fernando Individuales y
3 colectivas, y 67 Medallas Militares Individuales y 13 colectivas, dicen mucho
del heroísmo, entrega, abnegación y sacrificio de esta Unidad.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “MELILLA” Nº 2 (1914-1985):
En 1915 se establece en la Alcazaba de Melilla y en Nador (siendo esta
última su ubicación posterior). Se organiza sobre la base del Tábor de Policía
de Alhucemas y el recién creado III Tábor del G.F.R.I. de Tetuán Nº 1. Su
primer jefe fue el Teniente Coronel de Caballería D. Antonio Espinosa
Sánchez. Permanece en Nador hasta el año 1956 en que regresa tras la
independencia de Marruecos a Melilla ocupando el Acuartelamiento de
Cabrerizas., hasta su disolución en 1985.
El día 29 de Junio de 1916, una columna de estas
fuerzas indígenas de Melilla marcha desplegada hacia las estribaciones de
Cudia-Federico (Ceuta), recibiendo seguidamente la orden de adelantarse por el
camino que lleva hacia El Biut, al objeto de ocupar la loma de las Trincheras.
Avanza la Caballería que es sorprendida y deshecha en una cruel emboscada de la
harka enemiga. De inmediato el jefe del tábor, comandante Muñoz Güi, ordena que
salga en su protección una compañía de Infantería del mismo, que es igualmente
batida, causando la muerte de su capitán, de dos de sus oficiales y de 60 de
sus hombres. Ante la gravedad de la situación (los efectivos del enemigo son
muy superiores al de nuestros soldados) acuden en su auxilio las dos restantes
compañías del tábor al mando de su jefe, el comandante Muñoz Güi, el cual es
herido gravemente falleciendo ese mismo día. El combate se torna fortísimo, en
su transcurso y dando un extraordinario ejemplo de valor al frente de sus
Regulares, resulta herido “muy grave” de un balazo en el vientre, el joven
capitán que manda la 3ª Compañía (y en esos momentos el tabor por muerte
heroica de su comandante) Don Francisco Franco Bahamonde, que al final,
y tras una operación muy delicada, logra salvar la vida y el Rey Don Alfonso
XIII lo asciende a Comandante con tan sólo 23 años[5].
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “CEUTA” Nº 3 (1914-1985):
Se organiza sobre la base de la milicia voluntaria de Ceuta, el Tábor
Xerifano, de Tetuán, y la sección local de la Policía Indígena de Tetuan. Su
primer jefe fue el Teniente Coronel D. Manuel de las Herías Jiménez. Luego
tomaría el mando el Tcol. José Sanjurjo Sacanell –“El León del Rif”-
quien, en Julio del 16, ascendería a coronel[6].
Su primera bandera le fue concedida por R.O. de 22 de Noviembre de 1921.
En la acción de Casabona caería el Comandante D. Santiago
González Tablas, Caballero Laureado de San Fernando.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “LARACHE” Nº 4 (1914-1985):
Se organiza (Real Orden de 30 de Septiembre
de 1914) con el personal de los Tábores de policía indígena de Arcila, Larache y
Alcazarquivir, así como del Gum Hamda que operaba en esta zona. Su primer jefe
fue el Teniente Coronel D. Federico Berenguer Fusté, hermano del
fundador de Regulares. Tuvo su primer acuartelamiento en Arcila, pasando
posteriormente a Alcazarquivir donde permaneció hasta su disolución. Su primera
bandera le fue concedida por R.O. de 24 de Diciembre de 1921.
Desde sus filas legendarias, un joven teniente
haciendo gala de un grandísimo valor consigue prender sobre su pecho Dos Cruces
Laureadas de San Fernando. Se llamaba D. José Enrique Varela Iglesias, y
aunque “a título póstumo” llegaría a alcanzar el empleo más elevado del
escalafón de Oficiales Generales, el de Capitán General del Ejército.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “ALHUCEMAS” Nº 5 (1922-1985):
Fue creado por R.O.C. de 29 de Julio de 1922 (y prácticamente como
consecuencia del Desastre de Annual), con el nombre de Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Alhucemas Nº 5, compuesto por 3 Tábores de infantería y uno de
caballería, al igual que sus homólogos, teniendo su primer acuartelamiento en
Segangan, y tomando la faja de color rojo como prenda característica de su
uniformidad. Su bautismo de fuego lo obtuvo el I Tábor al mando del Teniente
Coronel D. Rafael de Valenzuela y Urzaiz, apenas dos meses después de su
creación, el día 26 de Octubre de 1922, durante la ocupación de Tayudait. El 16
de Noviembre de 1922, cesa en el mando el Teniente Coronel Valenzuela[7],
haciéndose cargo el Teniente Coronel D. Claudio Temprano Domingo.
S.M. el rey Alfonso XIII, felicitó al grupo por su brillante comportamiento
en el campo de batalla. Decía la orden de la columna: “DEBO DE HACER
ESPECIAL MENCIÓN AL PRIMER TABOR DEL GRUPO DE ALHUCEMAS DE RECIENTE CREACIÓN,
QUE EN EL PRIMER COMBATE QUE CONCURRE, SE CUBRE DE GLORIA, ALCANZANDO EL
OBJETIVO QUE LE DESIGNE, APODERÁNDOSE DE TAYUDAIT Y CONQUISTANDO COMO TROFEO EL
CAÑÓN QUE TENÍA EL ENEMIGO EN SU PODER, TENIENDO QUE VENCER CON SU ARROJO LA
OBSTINADA PERSISTENCIA QUE ANTES DE ABANDONARLO, DEMOSTRÓ HASTA EL ÚLTIMO
MOMENTO”.
Este grupo actuó en numerosas acciones de guerra, tanto en las campañas de
Marruecos, como en la Guerra Civil, prueba de ello son las condecoraciones
recibidas en campaña, siendo el más condecorado de todos, pese a ser el último
creado de los llamados grupos históricos.
Por R.O. de 7 de Abril de 1925, S.M. el rey Alfonso XIII concede el honor
al grupo, de enarbolar la bandera nacional por derecho propio y bien ganado en
el campo de batalla.
Tras la independencia de Marruecos y en el año 1959 termina de replegarse
de la zona abandonando el acuartelamiento de Segangan y quedando en su nueva
ubicación el acuartelamiento de Yasinem actual de Alfonso XIII, hasta su
disolución en 1985.
Con la pacificación del Protectorado, los Grupos de
Regulares -curtidos en cien combates- enterraron a sus muertos, plegaron sus
viejos guiones llenos de gloria y replegaron sus tabores hasta sus acuartelamientos
en una y otra zona de nuestro antiguo Protectorado.
Luego vendría la Guerra Civil… Pero eso ya es otra historia.
GRUPOS de REGULARES
|
MUERTOS
|
HERIDOS
|
MUTILADOS
|
DESAPARECIDOS
|
TETUÁN No 1
|
2.681
|
20.465
|
…
|
315
|
MELILLA No 2
|
2.748
|
9.977
|
1.666
|
…
|
CEUTA No 3
|
3.998
|
18.807
|
3.360
|
375
|
LARACHE No 4
|
1.739
|
7.612
|
…
|
345
|
ALHUCEMAS No 5
|
3.269
|
13.098
|
699
|
…
|
TOTAL BAJAS
|
14.435
|
69.959
|
5.725
|
1.035
|
91.154
|
Formaron parte de la punta de lanza desde los comienzos,
convirtiéndose muy pronto en un cuerpo de élite del Ejército Español y en toda
una leyenda… Y es que, al lado de la Legión, como fuerza de vanguardia y de
choque los Regulares escribieron con letras de sangre y oro una gloriosa página
en la Historia Militare española: 56 Laureadas les fueron concedidas[8]…
Por no hablar de las 188 Medallas Militares Individuales, que se dice pronto.
GRUPOS DE REGULARES
|
LAUREADAS
INDIVIDUALES
|
LAUREADAS COLECTIVAS
|
MEDALLAS MILITARES
INDIVIDUALES
|
MEDALLAS MILITARES COLECTIVAS
|
“TETUÁN” No 1
|
15
|
3
|
67
|
13
|
“MELILLA” No 2
|
8
|
4
|
34
|
15
|
“CEUTA” No 3
|
11
|
2
|
45
|
13
|
“LARACHE” No 4
|
9
|
4
|
7
|
3
|
“ALHUCEMAS” No
5
|
13
|
5
|
35
|
17
|
TOTALES
|
56
|
18
|
188
|
61
|
“Soy soldado regular
nacido en tierra española.
Orgulloso de servirla
con bravura sin igual.
Formaré la vanguardia al luchar
y a morir marcharé sin temor,
porque así me cubriré de honor,
que es la gloria mayor a esperar.
Luchar, vencer y resistir,
saber sufrir y padecer…
Tal consigna ha de tener.
El que me quiera seguir
a luchar y a sufrir.
Nadie nos podrá igualar
porque sabemos morir.
Es imposible seguir
al soldado regular…
¡A luchar, a vencer, a morir!
Cuando me mandan luchar
soy ejemplo de leales,
soldado de Regulares,
victorias a conquistar.
La bandera española ha de ser
defendida por mí al combatir.
Su presencia nos hará vencer
si juramos por ella morir.
Al frente marcha mi guión,
estela de gloria seguiré;
en mi pecho está el valor
unido a Dios con gran fe.
A luchar y a sufrir
nadie nos podrá igualar
porque sabemos morir.
Es imposible seguir
al soldado regular.
¡A luchar, a vencer, a morir!”
[1] La dominación española en África necesitó
de una tropa de choque indígena osada y valerosa, acostumbrada a los rigores
del clima y perfecta conocedora del terreno; adiestrada además en las prácticas
guerreras de las gentes del país y que sirviesen de “cabeza de puente” o
avanzada en la invasión. Y formaron esta tropa al servicio de España los “Mogataces”,
antecesores distinguidos de nuestras Fuerzas Regulares Indígenas. Estas
compañías de Mogataces toman parte en la Reconquista de Orán el año 1732, si
bien no es hasta el 1 de Mayo de 1734, cuando por una Resolución del General
Gobernador de Orán Don José Vallejo, se da forma oficial a la organización de
las mismas, debiendo contar cada compañía con un “pie de fuerza” de 100 moros
montados, con su capitán, un teniente y dos sargentos. Plantilla, que según
parece, no pudo cubrirse totalmente en sus inicios, pues en una Memoria
encontrada en el Monasterio de El Escorial, y fechada en Orán el día 5 de Febrero
de 1735, puede leerse: “Pero hasta ahora (Febrero de 1735) tan sólo se han
podido reclutar para mogataces 26 moros bizarros y seguros para ella (para la
compañía), y comprar del país nueve caballos buenos, con los que hacen el
regular servicio, y se continúa en solicitar completarla así de hombres como de
caballos”. Estas fuerzas mogataces (damos ya por supuesto al completo de su
plantilla, y aún ésta aumentada en las plazas que convinieren) con la
denominación de “MOROS DE PAZ” llegaron a prestar muy valiosos y
estimados servicios en la protección de avanzadas y defensas de las Plazas de
Orán y Mazalquivir; hasta 1791, reinando en España Carlos IV, en que cedidas
aquellas plazas al Rey de Argel, hubieron de embarcar sus restos (unos 40
hombres) y dirigirse a Ceuta donde quedaron a extinguir, percibiendo un haber
diario de 12 cuartos (36 céntimos) o sea algo menos de 11 de nuestras antiguas
pesetas. Años después, cuando nuestra Guerra de la Independencia (1808-1814) se
fomentó otra vez la recluta desapareciendo de nuevo en 1817, pues los pocos que
quedaban se designaron para intérpretes del Comandante Militar de la Plaza de
Ceuta.
[2] En su artículo 3º se dispone que:
“Por los representantes de España y S.M. Xerifiana se llevará a cabo la
organización de Fuerzas Policía Indígena, para cuidar y mantener el orden y
fomentar la amistad hacia España del elemento indígena y facilitar cuantos
datos de interés puedan interesar al mando”.
[3] De hecho, la creación de
los Regulares se debió en gran parte a la protesta de la población civil en la
península, secundada por la prensa, por la participación de soldados españoles
en la Zona del Protectorado. Se decía que un
Soldado Regular (nativo) valía por tres: El soldado peninsular que se ahorraba
el gobierno español en sus honorarios, el soldado como tal y el soldado enemigo
que éste eliminaba en combate.
[4] La Real Orden de creación del
Batallón de Regulares designa Melilla como plaza elegida para llevar a cabo su
organización, reclutamiento e instrucción. Y aunque en sus inicios los nativos
se encontraba remisos a ingresar en las fuerzas recién creadas, poco a poco y
con la colaboración, no siempre desinteresada, de los jefes de cábila este
reclutamiento se va afianzando, y tan sólo cuatro meses más tarde, en Octubre
de 1911, el Batallón cuenta ya con 20 jefes y oficiales, junto a una tropa
formada por 300 soldados indígenas de Infantería y 127 de Caballería. Entre los
primeros oficiales que acuden a nutrir esta incipiente fuerza de choque
destacamos a Mola, Cabanellas, Monasterio, Llano de la Encomienda, junto a un
largo etcétera de magníficos mandos de tropas indígenas, a los que sus
compañeros de la Península, obviamente situados en destinos más cómodos y
relajados, designaron con el apelativo de “africanistas”. En Enero de 1912, y
vista la masiva afluencia de personal indígena al objeto de “sentar plaza” en dichas
fuerzas, se amplían hasta seis el número de las compañías de Infantería y a
tres los escuadrones de Caballería.
[5] El 17 de Febrero de 1912, Franco
llegaba a Melilla en compañía de su compañero de promoción, Camilo Alonso Vega,
y su primo Pacón destinado al Regimiento África Nº 68 que manda su
antiguo Coronel de la Academia de Infantería José Villalba Riquelme. Sus
primeros cometidos en África fueron operaciones rutinarias; entre otras,
establecer contacto entre diferentes puestos fortificados o la protección de
las minas de Banu Ifrur. El 13 de Junio de ese mismo año asciende al empleo de
teniente, cuenta con 19 años de edad y será el único ascenso que obtendrá por
escalafón; los demás los obtendrá por méritos de guerra. A petición propia, el
15 de Abril de 1913, se le destina al Regimiento de Regulares indígenas, unidad
de choque recientemente formada por Dámaso Berenguer.
El 12 de Octubre de 1913 recibe
la Cruz al Mérito Militar de primera clase por su victoria en un combate el 22
de Septiembre anterior y el 1 de Febrero de 1914 es ascendido a capitán por su
valor en la batalla de Beni Salem (Tetuán). En esta primera etapa en África
demostró valor y capacidad táctica. En los combates se distinguió por su arrojo
y belicosidad. Era “entusiasta de las cargas a la bayoneta para desmoralizar
al enemigo” y asumió elevados riesgos encabezando el avance de su unidad.
También, ayudado por ese coraje, logró que las unidades a su mando se
distinguieran por su disciplina y avance ordenado, “ganándose una reputación de
oficial meticuloso y bien preparado, interesado en la logística, en abastecer a
sus unidades, en trazar mapas y en la seguridad del campamento”. También, ya en
aquella época, muestra un carácter imperturbable y hermético que le acompañará
durante toda la vida.
Años más tarde, reconoció que la
noche en la que se incorporó a su unidad en África, durmió con el arma en la
mano; la tropa le inspiró una fuerte desconfianza. Franco no se vería obligado
a desarrollar una depurada estrategia ni tácticas de guerra elaboradas (dotes
que ni en aquella época proporcionaba la formación en las academias militares
españolas ni se le reconocería en su trayectoria militar): los rifeños no eran
estrategas ni estudiosos de las tácticas de combate modernas; el desafío se
encontraba en contrarrestar su belicosidad; acostumbrados a razzias entre
tribus y contra los ocupantes de turno, ponían en estos combates su vida:
«Hombres acostumbrados a carreteras, a caminos o, cuando menos, a senderos de
montaña; hombres, además, recién llegados de un ambiente en que la guerra se
miraba como algo intolerable; hombres, finalmente, que nunca habían luchado y,
al otro lado, gentes no sólo acostumbradas a pelear sino para quienes la guerra
estaba conectada con el pan de cada día». (Martínez Campos), Franco, primero al
mando de los Regulares indígenas y después al de la Legión, instauró una
disciplina férrea e implacable con la insubordinación.
Miembros de su tropa llegaron a
decir que con Franco al frente no perdían las batallas y el salir ileso de las
refriegas (en los dos años y medio primeros de su paso por los Regulares, 35 de
los 41 de sus compañeros oficiales habían resultado muertos o heridos) le invistió
de un halo de invulnerabilidad ante los indígenas que lo calificaron como
hombre con baraka (hombre con buena suerte). Franco pudo advertir que
los mandos únicamente conseguían el respeto de la tropa si demostraban
valentía, y que el elevado número de deserciones, incluso los amotinamientos,
guardaban una estrecha relación con el fracaso de las operaciones, la derrota o
la retirada. El cabalgar sobre un caballo blanco, cuando tuvo derecho a ello,
lo hizo bien visible para su tropa. También se distinguió por su preocupación
en abastecer a su tropa en un ejército que la descuidaba por completo. En
África (como en anteriores guerras coloniales) se producían más muertes como
consecuencia de enfermedades que por los enfrentamientos armados…
En 1916, en un combate en
El-Biutz (entre Ceuta y Tánger) fue herido en el bajo vientre, una herida grave
que pudo causarle la muerte y que lo mantuvo varios meses hospitalizado en
Ceuta. Era norma no escrita que las heridas de guerra se recompensaran con un
ascenso, ascenso que le fue negado y que Franco logró tras insistir en todas
las instancias hasta llegar al Rey Alfonso XIII. El 28 de Febrero de 1917 es
nombrado Comandante con efectos retroactivos de 29 de Junio de 1916,
convirtiéndose en el comandante más joven de España. Sin embargo, no consiguió
que le concedieran la Laureada de San Fernando (máximo galardón en el ejército
español) a la que también estaba propuesto. Años más tarde, ganada la Guerra
Civil, ya como caudillo de España, se la concedió a sí mismo.
[6] Con el empleo de Comandante de Regulares fue premiado por su acción en el
combate de Beni Zaiem (Tetuán) el 1 de Febrero de 1914.
[7] Valenzuela es designado por S.M.
El Rey Don Alfonso XIII para el mando del Tercio de Extranjeros, tomando
posesión del mismo en la mañana del día 2 de Diciembre de 1922, y encontrando la
muerte en TIzzi-Assa, al frente de sus banderas legionarias, en la acción del
día 5 de Junio de 1923.
1.- 1º TENIENTE DE CAB. D. JAIME DE SAMANIEGO Y MARTÍNEZ
FORTÚN.
2.- 2º TENIENTE DE INF. D. EDUARDO AIZPURÚA REYNOSO.
3.- CAPITÁN DE INF. D. LADISLAO AYUSO CASAMAYOR.
4.- COMANDANTE DE INF. D. JOSÉ SANJURJO SACANELL.
5.- 1º TENIENTE DE INF. D. FERNANDO MONTILLA
PÉREZ-ESCRICH.
6.- MÉDICO 2ª SANIDAD MILITAR D. RICARDO BERTOLOTY Y
RAMÍREZ.
7.- CABO DE INF. D. MARIANO FERNÁNDEZ CENDEJAS.
8.- SARGENTO DE INF. D. CARLOS ZARRALUQUI SÁEZ.
9.- TENIENTE MÉDICO D. LUIS MUÑOZ MATEOS Y MONTOYA.
10.- SARGENTO DE INF. D. GUILLERMO NICOLÁS ORDÓÑEZ.
11.- PRACTICANTE 1ª MILITAR D. DANIEL PAJARES COLODRÓN.
12.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO PUEYO Y AINETO.
13.- SOLDADO DE INF. D. LORENZO BENITO BENÍTEZ.
14.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. SIMÓN HERNANDEZ SAGRADO.
15.- TENIENTE DE COMPLEMENTO DE INF. D. JOSÉ ORIOL
ANGUERA DODERO.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA Nº 2:
1.- CAPITÁN DE INF. D. JUAN SALAFRANCA BARRIOS.
2.- CAPITÁN DE CAB. D. JOAQUÍN CEBOLLINO VON LINDEMAN.
3.- TENIENTE DE CAB. D. ANTONIO ALÁEZ BAYONA.
4.- TENIENTE DE INF. D. RAFAEL CARBONELL MUÑOZ.
5.- CAPITÁN DE INF. D. MIGUEL RODRIGO MARTÍNEZ.
6.- ALFÉREZ DE INF. D. ANTONIO GARCÍA DE LA SERRANA Y
GARCÍA.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES DE CEUTA Nº 3:
1.- 1º TENIENTE DE CAB. D. DIEGO PACHECO BARONA.
2.- COMANDANTE DE INF. D. SANTIAGO GONZÁLEZ TABLAS Y
GARCÍA-HERREROS.
3.- TENIENTE MÉDICO D. MANUEL RUIGÓMEZ VELASCO.
4.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO ARACIEL GARBAYO.
5.- CAPITÁN DE INF. D. JOSÉ GÓMEZ DE ARTECHE Y MARTÍNEZ
DE VELASCO.
6.- CAPITÁN DE INF. D. RAMÓN JORDAN DE URRIES Y PATIÑO.
7.- TENIENTE DE INF. D. LUIS BAQUERA ÁLVAREZ.
8.- TENIENTE DE INF. D. RICARDO QUIROGA PÉREZ.
9.- COMANDANTE DE INF. D. MARIANO GÓMEZ DE ZAMALLOA Y
QUIRCE.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE LARACHE Nº 4:
1.- TENIENTE DE INF. D. JOSÉ ENRIQUE VARELA IGLESIAS.
2.- COMANDANTE DE INF. D. JACINTO JAQUOTOT ALCOBENDAS.
3.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO CASAS MITICOLA.
4.- ALFÉREZ DE INF. D. JOSÉ CARRASCO VERDE.
5.- CAPITÁN DE INF. D. ANTONIO DEMA GIRALDO.
6.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. JUAN CHICOY DABÁN.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE ALHUCEMAS Nº 5:
1.- TENIENTE DE INF. D. ALFREDO COSTELL MEDINA.
2.- ALFÉREZ DE INF. D. LUIS CUE VIDAÑA.
3.- TENIENTE DE CAB. D. SALUSTIANO SAENZ DE TEJADA Y
OLAZAGA.
4.- CAPITÁN DE INF. D. LORENZO CARBONELL MUNTO.
5.- CAPITÁN DE INF. D. NICOLÁS DE FUENTES PADRÓN.
6.- CAPITÁN DE INF. D. HELI ROLANDO DE TELLA CANTOS.
7.- TENIENTE CORONEL DE INF. D. CLAUDIO TEMPRANO DOMINGO.
8.- ALFÉREZ DE INF. D. VICTOR SAINZ ALCAINE.
9.- SARGENTO DE INF. D. PERFECTO REY CASTIÑEIRA.
10.- TENIENTE DE INF. D. CLAUDIO RIVERA MACIAS.
11.- TENIENTE DE INF. D. JOSÉ MARZO MEDIANO.
12.- CAPITÁN DE INF. D. PEDRO JANÁRIZ PERIS.
13.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. CARLOS GARCÍA DE LA
HERRÁN Y MARTÍNEZ.
14.- CAPITÁN DE INF. D. ANTONIO VAQUERO SANTOS.
GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE INFANTERÍA Nº 6:
1.- CAPITÁN DE INF. D. TEODORO PALACIOS CUETO. La última
es concedida en la División Azul, porque mientras permanece cautivo hasta
1.956, estaba en lista en revista del Grupo Xauen Nº 6.
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ResponderEliminarGrandísimo artículo. Muchas gracias por la labor que realiza este magnífico rincón de Internet.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=rfuZBVQ4s4w
El Real Madrid de las FF.AA Españolas por ser los mas Laureados y Condecorados del Ejercito Español
ResponderEliminarLa comparación con un equipo de futbol, no puede ser más desafortunada. Respeto y honor a aquellos que dieron su vida por España.
EliminarEnhorabuena por el artículo. En mi blog dedicado el desastre de Annual podeís encontrar un relato de la actuación del
ResponderEliminarGrupo de Regulares de Melilla durante la campaña de 1920-1921.
http://desastredeannual.blogspot.com.es/
Atentamente
Javier Sánchez Regaña
Quisiera información sobre el tabor de regulares de sidi ifni, número 13...
ResponderEliminarHola. Muy interesante el articulo.
ResponderEliminarMi abuelo fue destinado del Regimiento Africa 68 a Regulares 5 en Sengangan el 21 de octubre de 1922.
Quisiera saber si alguien podria indicarme donde dirigirme para poder conseguir informacion de su historial militar de su estancia alli. No se a que cuartel de regulares deberia dirigirme.
Gracias
Supongo que le podrán dar alguna información aquí o en el de Ávila:
Eliminarhttps://patrimoniocultural.defensa.gob.es/es/centros/archivo-general-militar-guadalajara/portada
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ResponderEliminarDonde podria obtener fotos de los guiones de los tabores de Ceuta, Melilla,Alhucemas,Tetuan y Larache, seria necesario que se vieran anverso y reverso, es para unas reproduccion de los mismos.Gracias
ResponderEliminarJuraría que el color de la faja de Regulares 5 era verde, por lo menos es la que llevaban en el año 56.
ResponderEliminarValientes
ResponderEliminarEl Teniente Coronel Santiago González Tablas no murió en Casabona sino en Tazarut.
ResponderEliminarUn cuerpo diseñado para matar por dinero, se que lo váis a eliminar, pero este pais no se siente orgulloso de las masacres que cometísteis en la guerra contra mujeres y niños. Lo siento Aunque no salga os lo digo simplemente eran psicópatas asesinos pagado por otro psicópata dirigidos desde la Alemania Nazi. No se como no se os cae la cara de vergüenza y culpabilidad por el genocidio que hicísteis. Cuento las atrocidades que vió mi madre y mi padre y se me cae el alma. Dios que vergüenza de gente.
ResponderEliminarHa dejado clara su cortedad de pensamiento y su psicópata forma de agradecer a quien lucha y muere por la defensa de sus creencias, seres queridos e ideas. La vida no es color de rosa, ni unos mejores que otros. La lucha es algo tan antiguo y básico como el principio de los tiempos. Usted mezcla churras con merinas y además no sabe de lo que habla, siendo a la vez una verdadera desvergonzada con el insulto a quién defendió a su país y honor.
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