martes, 5 de febrero de 2013

Cine Bélico (II): NO LE BUSQUES TRES PIES…


Sinopsis: El sueño del alférez Miguel Aguirre es llegar a ser piloto militar pero una discusión con un superior a punto está de hacerle abandonar sus estudios, si no llega a ser por la intervención de su madre y de su novia, Luisa. El primer destino de Miguel es la base aérea de Granada. Allí conoce a una atractiva joven, Patricia, a la que toma por una turista americana… 

Es curioso como otras películas de la época, también de ambientación militar, han sido repuestas ad nauseam en televisión (“Botón De Ancla” (Ramón Torrado, 1.948 y Miguel Lluch, 1.960), “Recluta con Niño” (Pedro Luis Ramírez, 1.956) y su remake “Cateto a Babor” (Ramón Fernández, 1.970), “15 Bajo la Lona” (Agustín Navarro, 1.959)…), sin embargo no recuerdo haber visto que nadie comentara en siglos el haber visto esta cinta en televisión... 

Quizá argumentalmente no sea una obra maestra. Visto en perspectiva pocas de la época esta clase de películas lo eran, en especial cuando eran cintas más o menos dedicadas a servir de vehículo de lucimiento de las Fuerzas Armadas. Pero bueno, cumplían muy bien su propósito de mostrar la preparación y el material de nuestro Ejército, promovían los valores morales tan en alza en aquellos tiempos y, en resumidas cuentas, eran una buena promoción de la carrera militar. No sólo se mostraba a auténticos oficiales/caballeros españoles y aguerridas tropas, incluso el más cateto del lugar podía tener su momento de gloria. En ese aspecto tenían muy bien hechos los deberes, algo que por desgracia ha ido dejándose de lado: En la poca producción cinematográfica, más o menos reciente, que toque el tema militar, la cosa se va de extremo a extremo, con suboficiales chusqueros más brutos que Stallone, oficiales medio alelados, soldados desencantados y asqueados de la milicia… por no mencionar (de nuevo) a heroicos pilotos psicópatas-alcohólicos-maltratadores. Vamos, un banderín de enganche maravilloso.

Pero no quiero desviarme por esos derroteros. La cuestión es que estamos ante una película que cualquier aficionado a la aviación debería ver, ya que ofrece una generosa ración de imágenes históricas que de otra forma son muy raras de encontrar hoy en día. Tal vez se puedan ver fotos, pero hay aviones de los que apenas existen grabaciones en vuelo. Prácticamente no se dejaron ningún avión en de la época por utilizar. Las venerables Bücker Jungmann, las T-34 Mentor, los reactores T-33, la estrella de la película el F-104, los F-86 Sabre, DC-3, Texans (estos sólo en tierra), los Grumman HU-16 Albatross (también en tierra), las Aisa… Tal vez me deje algún modelo que salga fugazmente, pero en esencia ése es el catálogo de aeronaves que se pueden disfrutar en esta película. Aunque el principal protagonista sería el F-104 Starfighter, a la sazón el avión más moderno y potente con el que contaba nuestro Ejército del Aire por aquella época. Cierto que sólo se usó durante siete años en préstamo, pero supuso el salto a la aviación supersónica. Sólo se equipó un escuadrón con este avión, el 161 (posteriormente renombrado 104), basado en Torrejón, de cuyo lema toma título la película. Cabe destacar que nuestro Ejército del Aire fue de los pocos operadores en el mundo (si no el único) que no perdió ni un sólo avión. 17.000 horas de vuelo sin percances es todo un hito, tratándose de un avión que en otros lugares se ganó a pulso el sobrenombre de “Widowmaker“ (creador de viudas). 

El argumento nos muestra a un aspirante a piloto, Miguel Aguirre, que tras discutir con un oficial sobre su aptitud para el vuelo es invitado a abandonar la Academia de San Javier. Empeñado en demostrar que puede vencer su miedo a volar, consigue obtener su licencia de piloto privado, para con ella reingresar en las Fuerzas Aéreas como piloto de complemento desde la escuela de Granada. Posteriormente accederá a la Escuela de Reactores en Talavera, para luego ser enviado a la base de Torrejón a pilotar los F-104. Allí coincidirá nuevamente con el oficial con quien había tenido la discusión en San Javier, dispuesto a demostrarle que estaba equivocado. Paralelamente a la historia militar, el protagonista tiene que lidiar con la oposición familiar y de su novia a que sea piloto. Esta parte de la historia es, para mi gusto, uno de los puntos más flojos, ya que no termina de estar clara la situación en ningún momento. Cuando aparentemente termina la relación con su novia comienza a flirtear con otra joven en Granada, a la que posteriormente volverá a encontrar en Madrid. Sin embargo al mismo tiempo vuelve a intentar recuperar a su novia… Tal vez sea un intento de añadir algo más a la película, pero resulta un tanto confuso, aparte de presentar a un protagonista un tanto mujeriego y autoritario (muy “macho”, vaya) en ese aspecto (algo bastante típico de la época, todo sea dicho). A la vez termina enfrentado con su antiguo amigo y compañero de la Academia, al que da vida Manuel Zarzo, quien consigue ser oficial y también acaba destinado en Torrejón, por rondar a su novia cuando supuestamente habían roto su relación (en este punto uno no sabe si hay un triángulo amoroso, un cuarteto o qué). Definitivamente es lo más flojo de la película. El contrapunto cómico lo pone José Sacristán, piloto tartamudo (¿?) cuyos problemas de dicción desaparecen tan pronto se sube a un reactor… 

Éste es sólo uno de los leves gazapos que podemos encontrar, al igual que el hecho de que un simple piloto de complemento (Sargento) pudiera llegar a pilotar un F-104. También se toman cierta libertad al final de la película al dotar de cañón a un modelo biplaza (carecía de él). Quizá lo más notable sea que en la película sí se produce un accidente fatal (cosa que como comentaba antes nunca ocurrió)… y no daré más detalles para no destrozar (aún más) la película. La cuestión es que, si bien se toma algunas licencias, es una película bastante correcta en tanto que no se aprecian grandes animaladas, como cambiar modelos de avión entre tomas, mostrar modelos incorrectos, etc. Si acaso, el vuelo inicial del protagonista sobre San Javier con la Mentor puede hacer torcer el gesto a quien conozca la base, pero es otra licencia que se puede perdonar. A propósito de esto hay que decir que es muy curioso ver dicha base antes de que se construyeran el camping y la propia terminal de pasajeros. El aeródromo de Cuatro Vientos también es una visión muy nostálgica... 

En resumidas cuentas, es una película de obligado visionado para todo el que tenga un mínimo interés en nuestra aviación histórica. No todos los días encontramos grabaciones de enormes formaciones de Mentors en vuelo o directamente de nuestros F-104. Si no hacemos mucho caso del argumento, es una película que se disfruta de principio a fin. Quizá, muy de “Cine de Barrio”, pero recomendable, al fin y al cabo.

FICHA TÉCNICA
Dirección: Pedro Lazaga.
País: España.
Año: 1.968.
Duración: 124 minutos. 
Guión: Vicente Coello y Pedro Masó. 
Reparto: Terese Gimpera, Axel Darna, Manuel Zarzo, Alfredo Mayo, Mary Carrillo, José Sacristán, Eduardo Fajardo, Paca Gabaldón, Carlos Mendy. 
Productora: Filmayer-Pedro Masó. 

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