UN HÉROE POR PARTIDA DOBLE: EL CAPITÁN ARREDONDO.
Además del capitán Arredondo, sólo otros cuatro militares españoles han
obtenido esta condecoración en dos ocasiones (los tenientes generales Miguel
Primo de Rivera y Orbaneja, José Sanjurjo Sacanell y José Enrique Varela
Iglesias, y el capitán Miguel Rodríguez Bescansa). Se ha discutido, sin
embargo, su condición de "BILAUREADO", pues la primera de
estas medallas, al ser de 1ª Clase no puede considerarse "laureada"
en sentido estricto; pero en 1.920, tan sólo 5 años después de haber alcanzado
Arredondo esta distinción, se cambió el reglamento de concesión para unificar
las distintas clases de condecoración de la Orden Militar de San Fernando en
tan sólo dos: la Gran Cruz para generales jefes del ejército, y la cruz
laureada para todos los militares sin distinción de grado
Don Pablo Arredondo Acuña, conocido como “el
primer Capitán de la Legión” por mandar la 1ª Compañía de la I Bandera
desde el 27 de Septiembre de 1.920, cuando es destinado al recién creado Tercio
de Extranjeros, una semana después de que se alistase el primer legionario,
dando esta fecha lugar a la fundación de esta gloriosa unidad.
El Capitán Arredondo nació en la localidad jienense de
Baeza el 8 de Enero de 1.890, hijo del Teniente Coronel de Infantería Pablo
Arredondo Muñoz-Cono, natural de Torreperogil. Ingresó como cadete en la
Academia de Infantería de Toledo el verano de 1.908. Su primer destino como
Alférez será el Batallón de Cazadores de Barbastro Nº 4, con sede en Alcalá de
Henares. Pronto sintió la llamada de África y en 1.913, ya como Teniente va
destinado al Batallón de Cazadores de Arapiles Nº 9, con guarnición en el
Fuerte de Serralo en Ceuta. El 11 de Junio de este año obtendrá su primera Cruz
Laureada de San Fernando. Los hechos transcurren en el Combate de Laucien
(Tetuán), cuando mandando una sección de la 3ª Compañía encabeza una carga a la
bayoneta, en el transcurso de la cual es herido en una pierna. A pesar de ello,
no abandona el frente y dirige dos ataques más, donde destaca por su liderazgo,
su desprecio del peligro, su arrojo y serenidad. Por Real Orden de 14 de Enero
de 1.915 publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 11,
de 15 de Enero de 1.915; recibe la Laureada, siendo de los pocos que la pueden
disfrutar en vida.
En Mayo de 1.916 pasa destinado a las Fuerzas
Regulares Indígenas de Melilla. En 1.920, de vuelta en Madrid, en el Regimiento
de Wad-Ras, es cuando es requerido para la nueva unidad fundada por
Millan-Astray. Primero en el Fuerte de García Aldave y más tarde en el mítico
Dar Riffien, serán los años más intensos en la vida militar de nuestro héroe.
Una de las jornadas más memorables fue la del 29 de Junio de 1.921, cuando en
la toma de la posición de Muñoz Crespo, llegó a ser herido hasta en tres
ocasiones. Estaba su posición en un lugar destacado del campo de batalla, por
lo que recibía un fuego nutrido. Herido en las piernas, siguió de pie
dirigiendo a sus hombres, hasta que otro balazo le dio en el nervio de una de
sus piernas y le hizo caer al suelo. Para colmo, cuando era trasladado para ser
atendido, el mulo que le trasladaba se despeñó.
Dos años tardó en recuperarse de estas heridas y es
aquí, más aún que en el fragor de la batalla, donde Arredondo muestra su mayor
ejemplo de heroicidad. No paró de pelear contra sus superiores para no pasar al
Cuerpo de Inválidos Militares, ya que estaba inútil para el servicio al no
poder andar con agilidad. Pero, debido a su voluntad y a un rudimentario
aparato ortopédico que apenas le permitía andar; por Real Orden Nº 164 de 1.924,
el 13 de Agosto es destinado de nuevo a la I Bandera, bajo el mando del
Teniente Coronel Franco.
Parece que preveía que no le tardaría mucho en visitar
su novia la muerte, por lo que este mismo mes hace testamento. Estuvo presente
en todas las acciones de su Bandera hasta el día de su gloriosa muerte, que le
valió su segunda Laureada, el 19 de Noviembre de 1.924, en el repliegue de la
columna del General Serrano desde Xeruta al Zoco-Arbáa. Que mejor narración que
la del Diario oficial del Ministerio del Ejército Nº 8 de 11 de Enero de 1.925,
donde se le concede la gloriosa condecoración y que dice así: “Visto el
expediente de juicio contradictorio instruido en la plaza de Ceuta para conocer
si el capitán de Infantería (fallecido en acción de guerra) don Pablo Arredondo
Acuña se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando,
por su heroico comportamiento al replegarse la columna del general Serrano,
desde Xeruta al Zoco-Arbaa del día 19 de Noviembre de 1.924, de la que formaba
parte mandando la primera Bandera de El Tercio: Resultando que el mencionado
día, apenas iniciado el movimiento bajo un violento temporal de agua y viento,
la columna fue atacada con gran intensidad por numerosos enemigos de las
cábilas de Xeruta y otras próximas a Xauen y Dar-Acoba, y muerto el general
Serrano y ocupados por los moros puestos de protección abandonados
prematuramente, la columna, en uno de cuyos últimos escalones iba la citada
Bandera, tuvo que continuar su marcha en condiciones muy desfavorables.
Acentuado el ataque del enemigo sobre la primera compañía de la bandera que
ocupaba el puesto de mayor peligro, el capitán Arredondo tomó el mando directo
de esta unidad, entablando desesperada lucha en condiciones cada vez más
desventajosas por las numerosas bajas sufridas y el incremento constante que el
enemigo recibía, y herido el capitán, sigue alentando a su gente con notable
ejemplo de espíritu y valor; y conteniendo al enemigo, pudo retirarse la
compañía de ametralladoras y la segunda de la Bandera, recibiendo segunda
herida que le ocasiona honrosa muerte en el campo de batalla”.
A título póstumo fue ascendido a Comandante por méritos
de guerra por Real Orden Circular de 8 de Mayo. Además de una Medalla Militar
Individual por los servicios prestados en Tetuán en 1.914, otras
condecoraciones que recibió a lo largo de su vida militar fueron la medalla de
plata de los Sitios de Zaragoza, medalla de plaza de los sitios de Gerona, la
medalla individual de Marruecos con pasador de “Tetuán” y distintivo de
herido, y el distintivo de permanencia en Fuerzas Regulares e Indígenas de
Infantería con cuatro barras rojas. Otros homenajes que ha recibido es el de un
monumento en Baeza, al cual le falta su estatua, la cual se retiró por
incomprensibles motivos políticos; en 1.968 fue nombrado “Hijo Predilecto y
Adoptivo” de Torreperogil, de donde era su padre y en donde pasó parte de
su infancia. Por último, cabe destacar, que el comedor de gala de la Academia
de Infantería lleva su nombre, con una placa en la que se destacan sus
condecoraciones, sus sesenta acciones de guerra y sus diez heridas en las
mismas.
Como último documento copiamos su testamento,
apiadándonos de la pobre prometida que nunca pudo casarse con él:
“(…) Declaro que soy soltero, pero que tengo
empeñada mi palabra de casamiento con la señorita Luisa San Teodoro Linares que
habita en Madrid.
Instituyo por herederos de todos mis
bienes a mi madre, doña Rosario de Acuña y Martínez Pinillos, como usufructuaria
de ellos mientras viva, pasando luego con igual carácter a mi hermano D. Juan
Arredondo Acuña y a su fallecimiento, pase en propiedad a su hijo D. Pablo
Arredondo Garrido, ahijado mío.
Todo esto con la precisa y única condición
de pasar una renta vitalicia de 150 pesetas mensuales a la señorita Luisa San
Teodoro Linares. De no ser aceptada esta condición y aceptada y empezada a
cumplir desde el mes siguiente a mi fallecimiento, queda entendido que
renuncian a esta herencia, haciéndose cargo de ella como única heredera la
señorita Luisa San Teodoro Linares.
Es mi voluntad que si muero por mi Patria,
pague mi madre mensualmente a la señorita Luisa San Teodoro Linares la
diferencia entre la pensión que por mi muerte cobrara y la que como viuda de
teniente coronel cobra actualmente, encomendándole, además, la misión cristiana
de velar por ella y dirigirla, enseñándola a ser buena creyente, pues dada su
situación desgraciada, viviendo como hasta hace poco en casa de una tía que
como Cenicienta la trataba, vive en la ignorancia, teniendo un alma hermosa y
angelical.
Mando que lo que a mi muerte pague la
Sociedad de Socorros Mutuos, a la que estoy afecto, se le entregue, por mi
madre, a la citada señorita para que lo pueda emplear en lutos y pago de
atrasos, entre ellos una alcoba sacada a plazos, que quedará en su propiedad.
Lego a mi hermano Juan el tapiz con el
escudo heráldico que tiene en depósito en su casa Luisa.
Lego a mi ahijado Pablo la Cruz de San
Fernando que lleve en mi uniforme al morir y sepa cumplir con la Patria.
Lego a mi sobrino Pablo, hijo de mi
hermano Luis, mi uniforme ensangrentado con el mismo fin.
Lego, por fin, a mi madre queridísima y
santa, la Cruz que me regaló la primera Brigada de Cazadores, heredándola luego
mi hermano Juan y después mi ahijado Pablo, cuya Cruz está en poder de Luisa.
Encargo a mis hermanos Juan y Luis hagan
un ligero resumen de mi vida militar y se la lean con frecuencia a sus hijos,
para que sirviéndoles de ejemplo, sigan éste y sean hijos amantísimos de España,
como yo siempre lo fui.
Declaro que no sé si algunas de estas
disposiciones serán o no legales, pero son de absoluta conciencia y justas,
pues sobre no necesitar mi madre, ni mis hermanos, de la insignificancia de mi
capital, Luisa, faltando yo, no tendrá otros medios honrados de vida que los
que yo le deje aparte de la sagrada obligación que tengo de velar por su
porvenir desde que la saqué de su casa, hasta que se celebre nuestro
matrimonio.
Por todo ello suplico e imploro de mi
madre y hermanos que en mi memoria y por humildad y por caridad, cumplan y
celen por el exacto cumplimiento de esta mi última voluntad, aunque con ella
tengan algún perjuicio.
... Tal es mi última voluntad, por mí
escrita y rubricada en todos los folios de estos dos pliegos de papel barba
común que firmo.
Pablo Arredondo Acuña”.
Sólo los héroes saben escribir así…
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