“Sabes
por qué en Vietnam, los soldados americanos preferían ir sentados encima de los
M-113, expuestos al fuego enemigo, en
vez de ir en su interior? Porque, en caso de ser alcanzados por un cohete
antitanque, dentro del TOA (Transporte Oruga Acorazado) hubieran quedado
como coladores…” (Teniente Coronel JPPM. Declaraciones al autor).
“EN ESPAÑA NADIE SABE LO QUE HACEMOS AQUÍ. NADIE SE PREGUNTA EL
PORQUÉ Y EL PARA QUÉ DE ESTA MISIÓN...”[1]
“Llevaba
puesto casco, auriculares y chaleco antifragmentos. Escuché uexplosión.
Sentí un golpe por la derecha y que el vehículo era zarandeado. Creí que nos
habían disparado con un lanzagranadas RPG, pero no vi ninguna llamarada, pero
sí mucho humo y aceite dándome en la cara. Grité a mis hombres: “¡Salir,
salir!””… Recordaba el Alférez Rafael Santana, el jefe del blindado. El
relato del conductor del BMR que pisó la mina confirmaba los términos en los que
se produjo la explosión: “No vi ningún fuego, pero noté, de repente mucho
calor en la cara, y no podía ver nada… Tardé casi tres minutos en abrir la
escotilla y poder salir del vehículo”.
Miércoles, 7 de
Octubre de 2.009: El Cabo canario Cristo Ancor Cabello Santana, de 25
años, perdía la vida en Afganistán tras pisar una mina anticarro colocada por la
insurgencia talibán el vehículo blindado BMR que conducía y que carecía de
protección contra esos artefactos. El soldado formaba parte de una patrulla que
realizaba labores de reconocimiento y seguridad en las inmediaciones de Herat.
El fallecido se desplazaba con otros cinco compañeros, que resultaron heridos
leves y se encuentran fuera de peligro. Su muerte elevaba a 90 el número de
militares españoles fallecidos desde que comenzó la misión de mantenimiento de
la paz en ese país, a finales de 2.001...
Cabello Santana |
La explosión se
produjo a mediodía en Afganistán (9:30 horas en España). El cabo Cabello y sus
cinco compañeros, todos naturales de Las Palmas, circulaban en su BMR cerca de
la localidad de Shinwashan, a quince minutos de la base española de Herat.
Acompañaban una patrulla regular compuesta por otros ocho BMR, un Vamtac y un
camión de recuperación de vehículos, todos ellos pertenecientes a la sección de
la Task Force “Fuerteventura”, encuadrada en el Mando de Operaciones de
Canarias, desplegado en Afganistán desde Julio. No era un sitio de amenaza y
los vehículos españoles pasaban por allí con frecuencia, incluso en un pueblo
cercano se había llevado a cabo reparto de ayuda humanitaria en varias ocasiones. “La insurgencia no
es tonta y sabe muy bien contra quien ataca. Sabían que éramos españoles”, aseguraba Santana, que no quería entrar en el debate
abierto sobre la calidad y el blindaje de los BMR españoles porque “el ataque te lo van a hacer
igual. Americanos, ingleses, italianos... Todos vuelan con los IED”.
Su labor consistía
en “hacer presencia” y desmantelar check-points improvisados, (ilegales
en el distrito de Pasthun Zarghun, al este de Herat, una zona controlada por
los clanes locales a los que se atribuía varios ataques con mortero contra el
acuartelamiento español -estos grupos se caracterizaban por su rechazo a la
presencia de las tropas internacionales-). Era una misión de reconocimiento. “Era una patrulla bonita.
Todo discurría con normalidad hasta que sentí la explosión cuando regresábamos
a la base. No imaginé que fuera un IED (artefacto explosivo improvisado), pensé
que nos habían alcanzado con un lanzacohetes. Nunca esperas que te vaya a tocar. Primero sentí mucho calor
en las piernas. Ordené salir a la gente y todos lo hicimos por nuestro propio
pie. Pese al aturdimiento, se aplicó el protocolo y en esos momentos de
incertidumbre me di cuenta de que nos faltaba Cristo. Entonces, me desmayé y
cuando recuperé el conocimiento ya lo estaban evacuando… Estábamos a apenas veinte
kilómetros de la base, sólo veinte kilómetros”.
BMR tras la mina |
La
explosión se produjo al pisar el BMR una mina anticarro[2].
El artefacto estaba colocado en el terreno, de forma que afectara
al posible vehículo justo en su panza, en su parte menos
protegida. De hecho el sistema de iniciación estaba
colocado en la primera rodada que había marcado el blindado en
la tierra en su viaje de ida. La ocultación del artefacto también resultó
sencilla por las características del terreno “arenoso, con mucho canto y piedra
suelto”. Y el BMR está preparado para ‘aguantar’ explosiones de
3kg., con cargas superiores -como fue este caso- el vehículo
queda destrozado y la tripulación del mismo seriamente dañada. La deflagración provocó heridas de gravedad
al cabo y leves a sus compañeros. Todos fueron evacuados de inmediato al
hospital Role 2, en la base de apoyo avanzado de Herat. Durante cuarenta
minutos los cirujanos lucharon en balde por salvar la vida de Cabello, quien
falleció en la sala de operaciones. Sus compañeros, entre ellos una mujer,
fueron atendidos de diversos traumatismos menores y se encuentran estables.
Llamaba la atención
la frase del Alférez Rafael Santana: "Viendo el vehículo, parece
increíble que alguno saliera vivo"[3]…
La ministra de
Defensa, Carme Chacón, aseguró antes de subirse al avión (acompañada por el
jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez, quien
supervisaría la repatriación del cadáver) en que viajó a Afganistán que los
heridos, de los que el ministerio no facilitó sus identidades, viajarán pronto
a España para su recuperación y encontrarse con sus familiares
BMR interior (antes) |
BMR interiror (después) |
El BMR siniestrado LLEVABA INHIBIDORES DE
FRECUENCIA, PERO CARECÍA DE PROTECCIÓN CONTRA LAS MINAS. Son blindados
ligeros de seis ruedas fabricados en España, tienen 30 años de antigüedad, pesan
14 toneladas y miden más de seis metros. Su fragilidad para amortiguar las “bombas
camineras” de los talibanes llevó a Defensa o a sustituir estos vehículos
por otros más preparados: “Son auténticas latas de conserva, féretros con
ruedas. Si estalla una mina o nos alcanza una anticarro de carga hueca estamos
fiambres: La chapa del blindaje se convierte en metralla mortal en el interior”,
aseguraba un Comandante que, por razones obvias, no deseaba ser identificado.
S. Mera y Pérez Burgos |
Hasta esa fecha, 28
militares españoles habían perecido en misiones de paz en el extranjero cuando
viajaban en BMR, bien por accidentes, ataques terroristas o explosión de
artefactos. De estos, ocho en Afganistán: El anterior ataque contra un BMR que acabó con víctimas mortales en el
contingente español en Afganistán se registró el 9 de Noviembre de 2.008,
cuando dos militares de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable
(BRILAT) –el
Cabo Rubén Alonso Ríos y el Brigada Juan Andrés Suárez García- fallecieron al ser alcanzado su blindado por la
explosión de un vehículo conducido por un terrorista suicida en
el distrito de Shindand, en la provincia de Herat. El primer soldado que perdió
la vida al ser atacado su BMR con explosivos, en concreto una mina contracarro,
fue el soldado Jorge Arnaldo Hernández Seminario, que murió el 8 de
Julio de 2.006. También en Afganistán falleció la primera soldado española, la
soldado Idoia Rodríguez Buján, el 21 de Febrero de 2.007, cuando su BMR
ambulancia pisó una mina contracarro en la zona occidental del país. Meses
después, el 24 de Septiembre de ese mismo año, los soldados Germán Pérez
Burgos y Stanley Mera Vera murieron junto a su traductor afgano, Roohulav
Mousavi, al ser alcanzado su blindado BMR por la explosión de un artefacto
activado por cable[4].
Los vecinos del
barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria, se quedaron helados
cuando vieron la cara de Cristo Ancor en televisión. Los recuerdos y las buenas
palabras sobre este joven, padre de una niña de pocos meses, no conseguían
mitigar el desconsuelo de su abuela Concepción: “DIOS MÍO, MI NIETO. LE
DIJERON QUE IBA EN MISIÓN HUMANITARIA Y LO LLEVARON A UNA GUERRA”, acertaba
a decir, entre lágrimas, en el portal de su casa, en el mismo barrio de
Escaleritas. La mujer, que precisó asistencia médica tras conocer la noticia,
comentó que Cristo tenía previsto regresar a casa pronto, “en unos veinte
días”...
“Se llevaron a
Cristo, se llevaron al mejor, y no lo digo porque esté muerto. Lo había elegido
yo mismo. Los primeros días sufres porque has perdido a un subordinado, pero
con el paso del tiempo el dolor te lo provoca la falta de un amigo”
(Alférez Rafael Santana)
Romero Meneses |
Por
desgracia, el Cabo Ancor no sería el último en caer: El 1 de Febrero de 2.010, John
Felipe Romero Meneses -destinado en el Regimiento de Cazadores de Montaña “Arapiles
62”- fallecía y otros seis soldados resultaban heridos en un atentado
contra un convoy al norte de Qala-i-Naw, en el paso de Sangatesh. Una mina
anticarro ha hecho explosión justo al paso del BMR (era el primero de una
columna de once vehículos formado por tropas españolas y policías afganos que
tenía como objetivo la protección de varios camiones del WFP en la Ruta
Lithium, un trayecto que unía las localidades de Qala i Naw y Bala Murghab y
por el que pasaba la práctica totalidad de la ayuda humanitaria destinada a esa
zona de Afganistán), que estaba reforzado (el blindado había sido modernizado
hace dos años, tanto en su motor como en el reforzamiento del blindaje) pero
que todavía no era de los que estaba enviando al país el Ministerio de Defensa
y que podían –teóricamente- soportar una explosión. Los seis heridos eran
evacuados en helicóptero hasta el Hospital Role 2 de la Base de apoyo avanzado
de Herat, siendo los dos más graves el teniente del Ejército de Tierra Jordi
Francesc Rubio Carceller y el soldado de nacionalidad colombiana Daniel Ospina
Quintana (los otros cuatro heridos eran: el soldado Juan Morales Aroca, el
soldado Joshua Alcalá Silvera, el soldado Carlos Gatos Guardado y el soldado
Gerson Jaime Rodríguez). Tras la explosión, el convoy sufrió un hostigamiento
por parte de los talibanes, repeliendo el ataque las tropas españolas y
causándoles, al menos, tres bajas (La misma zona ya ha sido escenario de otros
atentados contra los militares españoles). El convoy contaba con un equipo de
detección y desactivación de explosivos y otro equipo especialista en localizar
objetivos en tierra y para solicitar apoyo aéreo en caso necesario. Este equipo
ha dado el aviso correspondiente para pedir respaldo y los helicópteros “Agusta”
de la fuerza italiana integrada en la ISAF han acudido en ayuda de los
militares españoles.
Muchos lectores, a estas alturas, se preguntarán “¿Qué
es la Ruta Lithium?” Con el corazón, para el militar español destinado en
Afganistán es “sangre, sudor y lágrimas… La misión más compleja
encomendada a las tropas españolas en once años de guerra”. Así lo explicaba
el teniente Casla.
07.15 horas de la mañana. En la Base de Qala i Naw. comenzabala
charla táctica del jefe de convoy para iniciar la ruta. A cada jefe de vehículo
explica su posición, el itinerario, las zonas calientes, los últimos “warnings”
(avisos) del mando de la OTAN -un vehículo fue robado por un agente de policía
local en otra zona cercana del país, “hay que estar atentos porque puede ser
una posible amenaza”- y les desea suerte. Los motores ya rugen desde hace
un cuarto de hora. Sin embargo, la salida debe posponerse. La “meteo” impide
que el helicóptero medicalizado pudiera partir hacia el convoy en caso de ser
requerido. Sin esa condición, no se sale.
Tiempo para observar el convoy. Un vehículo RG-31 con
rodillo para detonar minas, dos vehículos “Husky” que detectan con geo-radar
los IED que pueden explotar al paso del convoy (principal amenaza en
Afganistán), vehículos RG-31 porta-morteros, de transmisiones, de transporte de
personal y vehículos MLV “Lince” de transporte de personal componen el
convoy de 17 unidades (5-8 personas por cada uno)… (Esteban Villarejo: “Badghis,
Solados con Mayúscula en la Ruta Lithium” (24 de Abril de 2.013)
Lince alcanzado |
Pero los Lince no eran la panacea y mucho menos
invulnerables: El 18 de Junio de 2.011, cuatro militares españoles y un
intérprete civil, también español de origen iraní, resultaron heridos al
estallar un artefacto explosivo improvisado (IED) al paso de una patrulla a
unos cinco kilómetros al noreste del destacamento avanzado de Ludina, en la
provincia de Badghis (Afganistán). Los heridos de mayor gravedad fueron un
teniente, el jefe del pelotón, cuya identidad responde a las siglas A.G.B.,
(nacido en Melilla en 1982) y una soldado, la conductora del blindado, J.G.C
(Toledo, 1986). Ambos fueron intervenidos y sufrieron la amputación de una
pierna. El tercer herido grave, aunque en menor medida que los anteriores, fue
el soldado A.Q.S (Las Palmas, 1984), que tuvo lesiones y fracturas en una
pierna. Los cinco heridos formaban la tripulación de un
vehículo Lince, especialmente
diseñado para resistir los atentados con minas, pero el artefacto llevaba tal
carga de explosivo que el blindaje no fue suficiente para protegerles. El Lince alcanzado era el tercero de la
patrulla, de la que formaban parte unos 40 militares. El cuarto militar herido
es un soldado de origen musulmán nacido en Melilla en 1.988, mientras que el
intérprete, de nacionalidad afgana, también resultó con heridas. Todos ellos
fueron evacuados en helicóptero al hospital de la OTAN en Bala Murghab, al
norte de Badghis, mientras que los otros dos -con diversas contusiones- fueron
llevados al hospital de campaña español en Herat, en la provincia vecina. Tras
su estabilización, se trasladó a los dos varones más graves a Herat y a la
mujer a Qala-i-Naw, para que desde allí un avión de transporte Hércules la
llevase a Kandahar (la soldado requería cirugía especializada, sólo disponible
en el hospital de la OTAN de esta ciudad del sur de Afganistán).
El blindado formaba parte de una
patrulla que estaba recorriendo la ruta Lithium, que une Qala-i-Naw, en el sur
de la provincia, con Bala Murghab, en el norte. La apertura de esta ruta,
alternativa a la Ring Road, que circunvala Afganistán.
La conductora estaba destinada en el
Regimiento 47 de Infantería Ligera, con base en Palma de Mallorca, mientras que
los otros tres militares pertenecían al Soria 9, con sede en Fuerteventura,
todos ellos parte de la agrupación ASPFOR XXVIII, desplegado en zona desde
Marzo hasta Agosto de 2.011.
Defensa sostenía que los Lince y los RG-31[5], dotados con inhibidores
de frecuencia para evitar la activación de artefactos con mando a distancia,
son los mejores del mercado, aunque "la resistencia del blindaje
depende de la cantidad de explosivo. Si el vehículo hubiera sido otro, las
consecuencias podían haber sido mucho peores"...
Dejando aparte tales aseveraciones,
una cosa era clara: La hostilidad contra las tropas españolas se había
multiplicado desde que estas salieron de su base en Qala-i-Naw y empezaron a
desplegar destacamentos avanzados a lo largo de las dos rutas que recorrían la
provincia rumbo a Bala Murghab (Sang-Atesh, Ludina, Moqur o Darra-e-Bum) internándose
en el santuario talibán. Los insurgentes de Badghis -dirigidos por Malawy
Hayatollah, quien habría sustituido como "gobernador en la sombra"
de la provincia, designado por la Sura de Quetta (máxima autoridad de los
talibanes) a Mullah Ismail, muerto en Octubre de 2.010 en un bombardeo de las
tropas estadounidenses- no iban a permitir semejante afrenta e intrusión….
Manuel Argudín y Niyireth Pineda |
Exactamente
una semana después, dos militares más morían y otros tres resultaban heridos al
estallar otro potente IED al paso de otro Lince.
El atentado se produjo a las 09.45 (hora española), al sur del puesto avanzado de Ludina, en un tramo de
la ruta Lithium[6] que
en teoría ya está libre de la presencia talibán (aunque a insurgencia, sin
embargo, no se resignaba a que las fuerzas leales al Gobierno de Karzai, con el
apoyo del contingente español, fuesen extendiendo su autoridad por la provincia
y habían redoblado su ofensiva[7]), a unos 20 kilómetros al norte de
Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española. La patrulla atacada regresaba a la base Ruy González
de Clavijo, en Qala-i-Naw, tras realizar una misión de reconocimiento por la
ruta Lithium, que une el norte con el sur de la provincia de Badghis. El convoy
-integrado por tres vehículos Lince
y cuatro RG-31- se desvió para inspeccionar las aldeas de Aceska y Kalan-Khana,
próximas a la ruta.
El Lince
alcanzado por la explosión era el que abría la columna y presumiblemente pisó
una mina de presión oculta a un lado del camino. Más de 30 kilos de explosivo (la
carga más potente hasta la fecha) que detonaron no debajo del vehículo, sino en
su lado derecho. Pese a ello, la caja blindada del Lince, diseñada para resistir la onda expansiva de una mina, no fue
suficiente para proteger a sus cinco ocupantes: El sargento Manuel Argudín
Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín fallecieron en el acto
(los heridos eran los soldados Jhony Aliario Herrera Trejos y Rubén Velázquez
Herrera y el cabo Roi Villa Souto, cuyas vidas estaban fuera de peligro). El
sargento viajaba en el asiento del copiloto y la soldado iba inmediatamente
detrás. Este era el primer atentado
mortal que se producía en un Lince
-blindados teóricamente diseñados especialmente para mitigar el efecto de estos
artefactos explosivos improvisados y que el Ministerio de Defensa envió a
Afganistán y Líbano, junto a los RG-31, para sustituir a los viejos BMR-. Las
tropas habían sufrido en estos nuevos vehículos siete ataques y en ninguno
había habido que lamentar víctimas mortales. Hasta entonces…
La ministra de Defensa, Carme
Chacón, aseguraba: “Los atentados y la violencia registrados esta semana nos
recuerdan que no por estar en la etapa final de la misión esta va a ser menos
dura ni menos arriesgada. Esta es la etapa de mayor riesgo”. Las tropas
españolas se encontraban en “alerta máxima” desde Mayo, coincidiendo con
la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de fuerzas especiales
de Estados Unidos.
“EL DESEO DE TODOS ES REGRESAR CON LA
COMPAÑÍA. HASTA QUE NO SE ACABA LA MISIÓN, NO SE VUELVE A CASA. POR NUESTRA
CONDICIÓN DE MILITARES ASUMIMOS QUE ESTO NOS PUEDE PASAR. SABEMOS A LO QUE
VENIMOS, NADIE NOS ENGAÑÓ. ESTO ES AFGANISTÁN” [8].
[1] Alférez Rafael Santana: “Nadie
nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.
[2] Un Informe desde AOR al MINISDEF
proporcionaba más datos: Desde su composición -a base de nitrato amónico con un
multiplicador a base de un explosivo rompedor convencional- hasta su peso -15kg.
(más unos 250gr. del explosivo iniciador).
[3] Alférez Rafael Santana: “Nadie
nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.
[4] En este atentado resultaron heridos
graves los legionarios Rubén López García, Julio Alonso Sanjuán y Oscar
Bertomeo Fernández, que fueron trasladados a Farah. Otros tres militares, el
español Carlos Sotos García y los colombianos Carlos Arbelaez Hernao y David
Ospina Montaño, fueron heridos de pronóstico "menos grave" en
la explosión, siendo trasladados a la base española de Herat. Todos ellos
pertenecían a la I Bandera Paracaidista, con base en Paracuellos del Jarama
(Madrid).
[5] El contingente
español en Afganistán disponía de 67 blindados RG-31, de escuadra, y 131 Lince,
de pelotón.
[6] Asegurar la circulación por la Ring Road y la Ruta Lithium -donde están a punto de iniciarse las obras de asfaltado de la carretera- resulta esencial para que pudieran cumplirse los planes de retirada.
[7] En otras áreas, los talibán hostigaban con partidas
fuertemente armadas. Así ocurría el día 21 de ese mismo Junio, cuando se
sucedieron dos ataques con armas ligeras contra una patrulla española y el
destacamento de Darrah-e-Bum, en la Ring Road (la carretera que circunvala
Afganistán), con el resultado de dos insurgentes muertos.
[8] Alférez Rafael Santana: “Nadie
nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.
Y en realidad yo creo que la tendencia actual a procurar las "bajas cero" en las fuerzas propias es contraproducente. El general Fontenla en un artículo de 2011, ex-jefe de la brilat e historiador militar, dijo que era un error el planteamiento táctico actual de éstas misiones. Si no se busca y elimina al enemigo de forma totalmente activa, da igual que lleves un vehículo blindado mejor o peor para patrullar un sector o ruta. Al final el enemigo averiguará como matarte y lo hará.
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