miércoles, 26 de junio de 2013

TRAMPA MORTAL: Linces y BMR


Sabes por qué en Vietnam, los soldados americanos preferían ir sentados encima de los M-113, expuestos al fuego enemigo,  en vez de ir en su interior? Porque, en caso de ser alcanzados por un cohete antitanque, dentro del TOA (Transporte Oruga Acorazado) hubieran quedado como coladores…” (Teniente Coronel JPPM. Declaraciones al autor).

EN ESPAÑA NADIE SABE LO QUE HACEMOS AQUÍ. NADIE SE PREGUNTA EL PORQUÉ Y EL PARA QUÉ DE ESTA MISIÓN...[1]



Llevaba puesto casco, auriculares y chaleco antifragmentos. Escuché uexplosión. Sentí un golpe por la derecha y que el vehículo era zarandeado. Creí que nos habían disparado con un lanzagranadas RPG, pero no vi ninguna llamarada, pero sí mucho humo y aceite dándome en la cara. Grité a mis hombres: “¡Salir, salir!””… Recordaba el Alférez Rafael Santana, el jefe del blindado. El relato del conductor del BMR que pisó la mina confirmaba los términos en los que se produjo la explosión: “No vi ningún fuego, pero noté, de repente mucho calor en la cara, y no podía ver nada… Tardé casi tres minutos en abrir la escotilla y poder salir del vehículo”.

Miércoles, 7 de Octubre de 2.009: El Cabo canario Cristo Ancor Cabello Santana, de 25 años, perdía la vida en Afganistán tras pisar una mina anticarro colocada por la insurgencia talibán el vehículo blindado BMR que conducía y que carecía de protección contra esos artefactos. El soldado formaba parte de una patrulla que realizaba labores de reconocimiento y seguridad en las inmediaciones de Herat. El fallecido se desplazaba con otros cinco compañeros, que resultaron heridos leves y se encuentran fuera de peligro. Su muerte elevaba a 90 el número de militares españoles fallecidos desde que comenzó la misión de mantenimiento de la paz en ese país, a finales de 2.001...

Cabello Santana
La explosión se produjo a mediodía en Afganistán (9:30 horas en España). El cabo Cabello y sus cinco compañeros, todos naturales de Las Palmas, circulaban en su BMR cerca de la localidad de Shinwashan, a quince minutos de la base española de Herat. Acompañaban una patrulla regular compuesta por otros ocho BMR, un Vamtac y un camión de recuperación de vehículos, todos ellos pertenecientes a la sección de la Task Force “Fuerteventura”, encuadrada en el Mando de Operaciones de Canarias, desplegado en Afganistán desde Julio. No era un sitio de amenaza y los vehículos españoles pasaban por allí con frecuencia, incluso en un pueblo cercano se había llevado a cabo reparto de ayuda humanitaria en varias ocasiones. “La insurgencia no es tonta y sabe muy bien contra quien ataca. Sabían que éramos españoles”, aseguraba Santana, que no quería entrar en el debate abierto sobre la calidad y el blindaje de los BMR españoles porque “el ataque te lo van a hacer igual. Americanos, ingleses, italianos... Todos vuelan con los IED.

Su labor consistía en “hacer presencia” y desmantelar check-points improvisados, (ilegales en el distrito de Pasthun Zarghun, al este de Herat, una zona controlada por los clanes locales a los que se atribuía varios ataques con mortero contra el acuartelamiento español -estos grupos se caracterizaban por su rechazo a la presencia de las tropas internacionales-). Era una misión de reconocimiento.Era una patrulla bonita. Todo discurría con normalidad hasta que sentí la explosión cuando regresábamos a la base. No imaginé que fuera un IED (artefacto explosivo improvisado), pensé que nos habían alcanzado con un lanzacohetes. Nunca esperas que te vaya a tocar. Primero sentí mucho calor en las piernas. Ordené salir a la gente y todos lo hicimos por nuestro propio pie. Pese al aturdimiento, se aplicó el protocolo y en esos momentos de incertidumbre me di cuenta de que nos faltaba Cristo. Entonces, me desmayé y cuando recuperé el conocimiento ya lo estaban evacuandoEstábamos a apenas veinte kilómetros de la base, sólo veinte kilómetros”.

BMR tras la mina
La explosión se produjo al pisar el BMR una mina anticarro[2]. El artefacto estaba colocado en el terreno, de forma que afectara al posible vehículo justo en su panza, en su parte menos protegida. De hecho el sistema de iniciación estaba colocado en la primera rodada que había marcado el blindado en la tierra en su viaje de ida. La ocultación del artefacto también resultó sencilla por las características del terreno “arenoso, con mucho canto y piedra suelto”. Y el BMR está preparado para ‘aguantar’ explosiones de 3kg., con cargas superiores -como fue este caso- el vehículo queda destrozado y la tripulación del mismo seriamente dañada.  La deflagración provocó heridas de gravedad al cabo y leves a sus compañeros. Todos fueron evacuados de inmediato al hospital Role 2, en la base de apoyo avanzado de Herat. Durante cuarenta minutos los cirujanos lucharon en balde por salvar la vida de Cabello, quien falleció en la sala de operaciones. Sus compañeros, entre ellos una mujer, fueron atendidos de diversos traumatismos menores y se encuentran estables.

Llamaba la atención la frase del Alférez Rafael Santana: "Viendo el vehículo, parece increíble que alguno saliera vivo"[3]

La ministra de Defensa, Carme Chacón, aseguró antes de subirse al avión (acompañada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez, quien supervisaría la repatriación del cadáver) en que viajó a Afganistán que los heridos, de los que el ministerio no facilitó sus identidades, viajarán pronto a España para su recuperación y encontrarse con sus familiares



BMR interior (antes)
BMR interiror (después)

El BMR siniestrado LLEVABA INHIBIDORES DE FRECUENCIA, PERO CARECÍA DE PROTECCIÓN CONTRA LAS MINAS. Son blindados ligeros de seis ruedas fabricados en España, tienen 30 años de antigüedad, pesan 14 toneladas y miden más de seis metros. Su fragilidad para amortiguar las “bombas camineras” de los talibanes llevó a Defensa o a sustituir estos vehículos por otros más preparados: “Son auténticas latas de conserva, féretros con ruedas. Si estalla una mina o nos alcanza una anticarro de carga hueca estamos fiambres: La chapa del blindaje se convierte en metralla mortal en el interior”, aseguraba un Comandante que, por razones obvias, no deseaba ser identificado.

S. Mera y Pérez Burgos

Hasta esa fecha, 28 militares españoles habían perecido en misiones de paz en el extranjero cuando viajaban en BMR, bien por accidentes, ataques terroristas o explosión de artefactos. De estos, ocho en Afganistán: El anterior ataque contra un BMR que acabó con víctimas mortales en el contingente español en Afganistán se registró el 9 de Noviembre de 2.008, cuando dos militares de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT) –el Cabo Rubén Alonso Ríos y el Brigada Juan Andrés Suárez García- fallecieron al ser alcanzado su blindado por la explosión de un vehículo conducido por un terrorista suicida en el distrito de Shindand, en la provincia de Herat. El primer soldado que perdió la vida al ser atacado su BMR con explosivos, en concreto una mina contracarro, fue el soldado Jorge Arnaldo Hernández Seminario, que murió el 8 de Julio de 2.006. También en Afganistán falleció la primera soldado española, la soldado Idoia Rodríguez Buján, el 21 de Febrero de 2.007, cuando su BMR ambulancia pisó una mina contracarro en la zona occidental del país. Meses después, el 24 de Septiembre de ese mismo año, los soldados Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera murieron junto a su traductor afgano, Roohulav Mousavi, al ser alcanzado su blindado BMR por la explosión de un artefacto activado por cable[4].

Los vecinos del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria, se quedaron helados cuando vieron la cara de Cristo Ancor en televisión. Los recuerdos y las buenas palabras sobre este joven, padre de una niña de pocos meses, no conseguían mitigar el desconsuelo de su abuela Concepción: “DIOS MÍO, MI NIETO. LE DIJERON QUE IBA EN MISIÓN HUMANITARIA Y LO LLEVARON A UNA GUERRA”, acertaba a decir, entre lágrimas, en el portal de su casa, en el mismo barrio de Escaleritas. La mujer, que precisó asistencia médica tras conocer la noticia, comentó que Cristo tenía previsto regresar a casa pronto, “en unos veinte días”...

Se llevaron a Cristo, se llevaron al mejor, y no lo digo porque esté muerto. Lo había elegido yo mismo. Los primeros días sufres porque has perdido a un subordinado, pero con el paso del tiempo el dolor te lo provoca la falta de un amigo” (Alférez Rafael Santana)

Romero Meneses

Por desgracia, el Cabo Ancor no sería el último en caer: El 1 de Febrero de 2.010, John Felipe Romero Meneses -destinado en el Regimiento de Cazadores de Montaña “Arapiles 62”- fallecía y otros seis soldados resultaban heridos en un atentado contra un convoy al norte de Qala-i-Naw, en el paso de Sangatesh. Una mina anticarro ha hecho explosión justo al paso del BMR (era el primero de una columna de once vehículos formado por tropas españolas y policías afganos que tenía como objetivo la protección de varios camiones del WFP en la Ruta Lithium, un trayecto que unía las localidades de Qala i Naw y Bala Murghab y por el que pasaba la práctica totalidad de la ayuda humanitaria destinada a esa zona de Afganistán), que estaba reforzado (el blindado había sido modernizado hace dos años, tanto en su motor como en el reforzamiento del blindaje) pero que todavía no era de los que estaba enviando al país el Ministerio de Defensa y que podían –teóricamente- soportar una explosión. Los seis heridos eran evacuados en helicóptero hasta el Hospital Role 2 de la Base de apoyo avanzado de Herat, siendo los dos más graves el teniente del Ejército de Tierra Jordi Francesc Rubio Carceller y el soldado de nacionalidad colombiana Daniel Ospina Quintana (los otros cuatro heridos eran: el soldado Juan Morales Aroca, el soldado Joshua Alcalá Silvera, el soldado Carlos Gatos Guardado y el soldado Gerson Jaime Rodríguez). Tras la explosión, el convoy sufrió un hostigamiento por parte de los talibanes, repeliendo el ataque las tropas españolas y causándoles, al menos, tres bajas (La misma zona ya ha sido escenario de otros atentados contra los militares españoles). El convoy contaba con un equipo de detección y desactivación de explosivos y otro equipo especialista en localizar objetivos en tierra y para solicitar apoyo aéreo en caso necesario. Este equipo ha dado el aviso correspondiente para pedir respaldo y los helicópteros “Agusta” de la fuerza italiana integrada en la ISAF han acudido en ayuda de los militares españoles.
 

Muchos lectores, a estas alturas, se preguntarán “¿Qué es la Ruta Lithium?” Con el corazón, para el militar español destinado en Afganistán es “sangre, sudor y lágrimasLa misión más compleja encomendada a las tropas españolas en once años de guerra”. Así lo explicaba el teniente Casla.

07.15 horas de la mañana. En la Base de Qala i Naw. comenzabala charla táctica del jefe de convoy para iniciar la ruta. A cada jefe de vehículo explica su posición, el itinerario, las zonas calientes, los últimos “warnings” (avisos) del mando de la OTAN -un vehículo fue robado por un agente de policía local en otra zona cercana del país, “hay que estar atentos porque puede ser una posible amenaza”- y les desea suerte. Los motores ya rugen desde hace un cuarto de hora. Sin embargo, la salida debe posponerse. La “meteo” impide que el helicóptero medicalizado pudiera partir hacia el convoy en caso de ser requerido. Sin esa condición, no se sale.

Tiempo para observar el convoy. Un vehículo RG-31 con rodillo para detonar minas, dos vehículos “Husky” que detectan con geo-radar los IED que pueden explotar al paso del convoy (principal amenaza en Afganistán), vehículos RG-31 porta-morteros, de transmisiones, de transporte de personal y vehículos MLV “Lince” de transporte de personal componen el convoy de 17 unidades (5-8 personas por cada uno)… (Esteban Villarejo: “Badghis, Solados con Mayúscula en la Ruta Lithium” (24 de Abril de 2.013)
Lince alcanzado
Pero los Lince no eran la panacea y mucho menos invulnerables: El 18 de Junio de 2.011, cuatro militares españoles y un intérprete civil, también español de origen iraní, resultaron heridos al estallar un artefacto explosivo improvisado (IED) al paso de una patrulla a unos cinco kilómetros al noreste del destacamento avanzado de Ludina, en la provincia de Badghis (Afganistán). Los heridos de mayor gravedad fueron un teniente, el jefe del pelotón, cuya identidad responde a las siglas A.G.B., (nacido en Melilla en 1982) y una soldado, la conductora del blindado, J.G.C (Toledo, 1986). Ambos fueron intervenidos y sufrieron la amputación de una pierna. El tercer herido grave, aunque en menor medida que los anteriores, fue el soldado A.Q.S (Las Palmas, 1984), que tuvo lesiones y fracturas en una pierna. Los cinco heridos formaban la tripulación de un vehículo Lince, especialmente diseñado para resistir los atentados con minas, pero el artefacto llevaba tal carga de explosivo que el blindaje no fue suficiente para protegerles. El Lince alcanzado era el tercero de la patrulla, de la que formaban parte unos 40 militares. El cuarto militar herido es un soldado de origen musulmán nacido en Melilla en 1.988, mientras que el intérprete, de nacionalidad afgana, también resultó con heridas. Todos ellos fueron evacuados en helicóptero al hospital de la OTAN en Bala Murghab, al norte de Badghis, mientras que los otros dos -con diversas contusiones- fueron llevados al hospital de campaña español en Herat, en la provincia vecina. Tras su estabilización, se trasladó a los dos varones más graves a Herat y a la mujer a Qala-i-Naw, para que desde allí un avión de transporte Hércules la llevase a Kandahar (la soldado requería cirugía especializada, sólo disponible en el hospital de la OTAN de esta ciudad del sur de Afganistán).

El blindado formaba parte de una patrulla que estaba recorriendo la ruta Lithium, que une Qala-i-Naw, en el sur de la provincia, con Bala Murghab, en el norte. La apertura de esta ruta, alternativa a la Ring Road, que circunvala Afganistán.

La conductora estaba destinada en el Regimiento 47 de Infantería Ligera, con base en Palma de Mallorca, mientras que los otros tres militares pertenecían al Soria 9, con sede en Fuerteventura, todos ellos parte de la agrupación ASPFOR XXVIII, desplegado en zona desde Marzo hasta Agosto de 2.011.
 
Defensa sostenía que los Lince y los RG-31[5], dotados con inhibidores de frecuencia para evitar la activación de artefactos con mando a distancia, son los mejores del mercado, aunque "la resistencia del blindaje depende de la cantidad de explosivo. Si el vehículo hubiera sido otro, las consecuencias podían haber sido mucho peores"...

Dejando aparte tales aseveraciones, una cosa era clara: La hostilidad contra las tropas españolas se había multiplicado desde que estas salieron de su base en Qala-i-Naw y empezaron a desplegar destacamentos avanzados a lo largo de las dos rutas que recorrían la provincia rumbo a Bala Murghab (Sang-Atesh, Ludina, Moqur o Darra-e-Bum) internándose en el santuario talibán. Los insurgentes de Badghis -dirigidos por Malawy Hayatollah, quien habría sustituido como "gobernador en la sombra" de la provincia, designado por la Sura de Quetta (máxima autoridad de los talibanes) a Mullah Ismail, muerto en Octubre de 2.010 en un bombardeo de las tropas estadounidenses- no iban a permitir semejante afrenta e intrusión….
Manuel Argudín y Niyireth Pineda

Exactamente una semana después, dos militares más morían y otros tres resultaban heridos al estallar otro potente IED al paso de otro Lince. El atentado se produjo a las 09.45 (hora española), al sur del puesto avanzado de Ludina, en un tramo de la ruta Lithium[6] que en teoría ya está libre de la presencia talibán (aunque a insurgencia, sin embargo, no se resignaba a que las fuerzas leales al Gobierno de Karzai, con el apoyo del contingente español, fuesen extendiendo su autoridad por la provincia y habían redoblado su ofensiva[7]), a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española. La patrulla atacada regresaba a la base Ruy González de Clavijo, en Qala-i-Naw, tras realizar una misión de reconocimiento por la ruta Lithium, que une el norte con el sur de la provincia de Badghis. El convoy -integrado por tres vehículos Lince y cuatro RG-31- se desvió para inspeccionar las aldeas de Aceska y Kalan-Khana, próximas a la ruta. 

El Lince alcanzado por la explosión era el que abría la columna y presumiblemente pisó una mina de presión oculta a un lado del camino. Más de 30 kilos de explosivo (la carga más potente hasta la fecha) que detonaron no debajo del vehículo, sino en su lado derecho. Pese a ello, la caja blindada del Lince, diseñada para resistir la onda expansiva de una mina, no fue suficiente para proteger a sus cinco ocupantes: El sargento Manuel Argudín Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín fallecieron en el acto (los heridos eran los soldados Jhony Aliario Herrera Trejos y Rubén Velázquez Herrera y el cabo Roi Villa Souto, cuyas vidas estaban fuera de peligro). El sargento viajaba en el asiento del copiloto y la soldado iba inmediatamente detrás. Este era el primer atentado mortal que se producía en un Lince -blindados teóricamente diseñados especialmente para mitigar el efecto de estos artefactos explosivos improvisados y que el Ministerio de Defensa envió a Afganistán y Líbano, junto a los RG-31, para sustituir a los viejos BMR-. Las tropas habían sufrido en estos nuevos vehículos siete ataques y en ninguno había habido que lamentar víctimas mortales. Hasta entonces…

 
La ministra de Defensa, Carme Chacón, aseguraba: “Los atentados y la violencia registrados esta semana nos recuerdan que no por estar en la etapa final de la misión esta va a ser menos dura ni menos arriesgada. Esta es la etapa de mayor riesgo”. Las tropas españolas se encontraban en “alerta máxima” desde Mayo, coincidiendo con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de fuerzas especiales de Estados Unidos.





EL DESEO DE TODOS ES REGRESAR CON LA COMPAÑÍA. HASTA QUE NO SE ACABA LA MISIÓN, NO SE VUELVE A CASA. POR NUESTRA CONDICIÓN DE MILITARES ASUMIMOS QUE ESTO NOS PUEDE PASAR. SABEMOS A LO QUE VENIMOS, NADIE NOS ENGAÑÓ. ESTO ES AFGANISTÁN [8].




[1] Alférez Rafael Santana: “Nadie nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.
[2] Un Informe desde AOR al MINISDEF proporcionaba más datos: Desde su composición -a base de nitrato amónico con un multiplicador a base de un explosivo rompedor convencional- hasta su peso -15kg. (más unos 250gr. del explosivo iniciador).
[3] Alférez Rafael Santana: “Nadie nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.
[4] En este atentado resultaron heridos graves los legionarios Rubén López García, Julio Alonso Sanjuán y Oscar Bertomeo Fernández, que fueron trasladados a Farah. Otros tres militares, el español Carlos Sotos García y los colombianos Carlos Arbelaez Hernao y David Ospina Montaño, fueron heridos de pronóstico "menos grave" en la explosión, siendo trasladados a la base española de Herat. Todos ellos pertenecían a la I Bandera Paracaidista, con base en Paracuellos del Jarama (Madrid).
[5] El contingente español en Afganistán disponía de 67 blindados RG-31, de escuadra, y 131 Lince, de pelotón.
[6] Asegurar la circulación por la Ring Road y la Ruta Lithium -donde están a punto de iniciarse las obras de asfaltado de la carretera- resulta esencial para que pudieran cumplirse los planes de retirada.
[7] En otras áreas, los talibán hostigaban con partidas fuertemente armadas. Así ocurría el día 21 de ese mismo Junio, cuando se sucedieron dos ataques con armas ligeras contra una patrulla española y el destacamento de Darrah-e-Bum, en la Ring Road (la carretera que circunvala Afganistán), con el resultado de dos insurgentes muertos.
[8] Alférez Rafael Santana: “Nadie nos Engañó, Esto es Afganistán”. Mikel Ayestarán. “ABC”, Sábado, 24 de Octubre de 2.009.

1 comentario:

  1. Y en realidad yo creo que la tendencia actual a procurar las "bajas cero" en las fuerzas propias es contraproducente. El general Fontenla en un artículo de 2011, ex-jefe de la brilat e historiador militar, dijo que era un error el planteamiento táctico actual de éstas misiones. Si no se busca y elimina al enemigo de forma totalmente activa, da igual que lleves un vehículo blindado mejor o peor para patrullar un sector o ruta. Al final el enemigo averiguará como matarte y lo hará.

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