De un tiempo a esta parte se han puesto de moda
noticias sobre “muertes selectivas” de líderes talibán gracias a los
ataques quirúrgicos de aviones no tripulados (familiarmente conocidos como “Drones”[1]): Una nueva manera de
hacer la guerra en el siglo XXI, sin riesgos, sin planeamientos complejos ni
despliegues difíciles… Y, lo que es más importante: Minimizando al máximo las
bajas propias.
Si la Guerra de Vietnam encumbró al helicóptero
como arma clave y la Guerra del Golfo tuvo a los misiles guiados (Patriot vs.
Scud) como gran evolución tecnológica desde el punto de vista militar, no hay
duda de que la Guerra de Afganistán es la de los sistemas aéreos o aviones no
tripulados: Los UAV (Unmanned Aerial Vehicle) o UAS (Unmanned Aerial System) en sus siglas
inglesas.
En este terreno el contingente español desplegado
también está librando su propia guerra en Afganistán donde cuenta con tres
sistemas distintos de UAV a disposición de las tropas en la provincia de Herat
y Badghis -de la que el millar de militares se replegarán en Noviembre-. Estos
UAV que desplegaban las tropas españolas eran puramente armas de inteligencia,
en ningún caso tenían capacidad de transportar armamento y, por tanto, de bombardear
posiciones enemigas.
Estos tres sistemas son el ScanEagle, el Raven 11B
y el Searcher MK-III J cuyas
prestaciones y algunas curiosidades analizaremos a continuación. Vaya por
delante el comentario del comandante Argimiro Castro, del Regimiento de
Artillería de Campaña Nº 63 y jefe de la unidad PASI en Herat durante el
contingente ASPFOR XXXII: “Afganistán es la guerra de la inteligencia más
que de la fuerza. Los UAVs han provocado una gran incertidumbre entre una
insurgencia que ya no sabe cuándo ni dónde son observados”.
He aquí los tres UAV
desplegados por las tropas españolas en Afganistán:
* SCANEAGLE, de la empresa Boeing Insitu (Estados Unidos)
Las tropas españolas cuentan con una unidad de este
modelo en la base “Ruy González de Clavijo” de Qala i Naw, en la
provincia de Badghis. En diciembre de 2012 la empresa Insitu, perteneciente al
gigante aeronáutico estadounidense Boeing, ofreció el servicio de este UAV que
es manipulado en su despegue y aterrizaje por exmilitares estadounidenses. Es
una capacidad ofrecida a España por la misión ISAF.
Originalmente ideado como UAV para buques pesqueros
atuneros y posteriormente diseñado para la US Navy, este avión no tripulado
tiene como singularidad su rampa de despegue y el modo en que aterriza: Literalmente
se engancha a un cable sobre el que choca una de sus alas.
18 kilos de peso, capacidad de 5 kilos de
combustible, autonomía de hasta 20 horas, 3,11 metros de envergadura y 1,37
metros de longitud son algunas de sus características técnicas de un UAV cuyo
objetivo es captar imágenes y proporcionar la inmediatez del análisis de las
imágenes en el centro de operaciones de la base en contacto con la estación de
control del ScanEagle. Su principal handicap es que solo puede ser utilizado
cuando hay luz solar (configuración diurna). Insitu ya ha ideado otro de
configuración nocturna (el NightEagle).
El ScanEagle
se compone del UAV, el lanzador neumático, el “Skyhook” o dispositivo
para su recuperación, un sistema de navegación GPS y la propia estación de
control donde se encuentra, durante nuestra estancia en Qala i Naw, el brigada
leonés Luis de Goya, del Mando de Artillería de Campaña[2].
Con un vuelo a unos 3.500-4.000 metros de altura,
este UAV proporciona información fidedigna al instante al mando. Por ejemplo,
es utilizado durante una operación Cívico-Militar en una escuela de la
provincia como medio de observación y seguridad o durante el repliegue para
ofrecer información al convoy español. En 30-45 minutos se despliega en la zona
que se desee.
Desde el 1 de Diciembre de 2012 el ScanEagle ha realizado más de 156
misiones con 750 horas de vuelo. El gran componente del UAV ScanEagle es su cámara instalada en el
frontal del aparato. La cámara EO900 combina un telescopio electro-óptico de
alta resolución con un zoom de 170x.
* RAVEN
11B, de la empresa AeroVironment (Estados
Unidos)
El MINISDEF adquiría en 2.009 nueve sistemas
mini UAV (Vehículos Aéreos No
Tripulados, UAV por sus siglas en inglés) integrados por 27 aviones Raven B a través de un contrato
adjudicado a la empresa española Aerlyper, representante de la norteamericana
AeroViromment.
A finales de Marzo de 2.013,
los UAV cumplían las 3.790 horas de vuelo en 594 misiones a los mandos del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército
del Aire, al cumplir su quinto aniversario en suelo
afgano. El objetivo de este UAV de “corta distancia” es el
de PROPORCIONAR VIGILANCIA AÉREA DE PROTECCIÓN A LA FUERZA.
Por ejemplo, en el avance de un convoy si se
detecta una zona peligrosa -detrás de una loma, por ejemplo- el operario del Raven lo lanza como si fuera un “avión
de papel”, es decir su lanzamiento es manual, pudiéndose cotejar las
imágenes captadas al momento.
El Raven 11B
se desplegó en Afganistán en Febrero de 2010 estando al servicio del EADA desde
Diciembre de 2.009 cuando fueron adquiridos por el Ejército del Aire. Cada equipo está formado por dos aviones, una estación de control, un
terminal de video remoto, un ordenador portátil para el control automático y un
kit de repuestos. Sus cámaras de visión -diurnas y nocturnas, ya que son
intercambiables- hacen a los Raven especialmente válidos para sobrevolar las
zonas o poblaciones por delante de las fuerzas, permitiéndose un mejor
conocimiento de la situación sobre el terreno.
Fabricados en kevlar con una envergadura de
1,4 metros, una longitud de 0,9 metros, un peso de 1,9 kilos y un alcance de 10 kilómetros. Así mismo, disponen de
baterías eléctricas que permiten una autonomía de 90 minutos a una velocidad de
crucero de 56 kilómetros por hora. Su sencillo manejo, su ligereza, su pequeño tamaño y su lanzamiento a mano son las
grandes ventajas que ofrece este sistema aéreo no tripulado manejado por un
operador de vuelo y otro operador de misión.
Además, dispone en el morro de dos cámaras con
visión frontal y lateral, panorámica, picado y zoom electrónicos. La autonomía
es de hasta 110 minutos, alcanzando una altura de entre 30 y 305 metros. El
método de recuperación consiste en un aterrizaje vertical por pérdida de
sustentación, es decir, cae a plomo si producirse daños gracias a sus airbags.
El Sargento 1o
Fabián Bermejo es quien siempre inicia las patrullas, y sin dar un paso: Es el
responsable de uno de los equipos Raven
en Badghis, un avioncillo que a simple vista parece de juguete pero que son los
ojos que lo ven todo para los militares españoles. El avión lleva
incorporadas unas cámaras que le permiten captar desde el aire lo que ocurre
sobre el terreno, sin necesidad de pisarlo. Otros países con
tropas desplegadas en Afganistán, como Estados Unidos y Canadá, utilizan
pequeños globos aerostáticos también con cámaras, que lanzan al aire y tienen
allí casi permanentemente, inspeccionando el terreno. A falta de eso, los
españoles utilizan los Raven, que hacen volar cada vez que los militares salen
de la base: “Hoy ha sido matador. He estado desde las seis de la mañana
hasta las doce del mediodía, sin moverme del mismo sitio”, afirma el sargento
primero Bermejo. Para lanzar el Raven y guiarlo, debe situarse en un lugar
elevado y despejado para evitar que cualquier interferencia dificulte su
seguimiento con una antena. El avión se mantiene en el aire mientras los militares
están fuera de la base. “En una ocasión se nos cayó al
suelo, unos afganos lo recogieron y hubo que pagarles para que nos lo
devolvieran”[3],
explicaba.
Aun así, que nadie piense que los UAV son la panacea[4]:
Reducen los riesgos, efectivamente, pero el Raven no es –en modo alguno- suficiente:
Un equipo de zapadores va siempre por delante de las patrullas rastreando los
caminos para detectar posibles artefactos explosivos, y todos
los vehículos blindados españoles llevan inhibidores para
evitar que la insurgencia pueda activar una mina por control remoto.
* SEARCHER
MK-III J, de la empresa Israel
Aerospace Industries (Israel)
El 21 de Diciembre de 2008 militares del
Ejército de Tierra asistían a la entrega de cuatro UAV en la sede de la
División Malat de Israel Aircraft Industries (IAI). El 27 de Abril de ese año, el
Ministerio de Defensa había anunciado la adjudicación -a través de la Dirección
de Sistemas de Armas del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra- del
contrato a la UTE integrada por las empresas españolas Indra Sistemas y
EADS-CAS, y la israelí IAI como socio tecnológico…
Es el sistema no tripulado más veterano en
Afganistán. El “Armadillo”, como se le conoce, es el principal sistema aéreo no
tripulado que emplean las tropas españolas. La unidad PASI (Sistema de Plataforma Autónoma Sensorizada de Inteligencia) es la encargada de “pilotar” cinco aparatos Searcher MK-III J de fabricación israelí que tienen un radio de
acción de unos 250 kilómetros y especializándose en misiones de vigilancia
nocturna. El 4 de Mayo de 2.008, el personal del Regimiento de Artillería de
Campaña número 63 realizó el primer vuelo y un mes más tarde, el 6 de Junio,
pasó a realizar misiones en apoyo del Mando Regional Oeste de la ISAF[1].
Compuesta por 26 militares la unidad PASI,
establecida en la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de Herat[5], tiene ya 550 misiones
desde su despliegue en 2.008 cuando se dotó de la versión anterior del actual
UAV, habiéndose alcanzado hace un año las 2.500 horas de vuelo. El sistema opera con cuatro plataformas
aéreas, una estación de control en tierra, rampa de despegue y aterrizaje
automático en pista (ATOL), un terminal de datos en tierra, dos terminales de
puesto de mando y tres terminales de vídeo remoto (VRT).
Características técnicas: El “Armadillo” mide 5,85
metros de largo y 8,55 de ancho, pesa como máximo 436 kilos y tiene una
autonomía de 18 horas, alcanzando un rango de acción de 350 kilómetros y una
altitud de 23.000 pies (7 kilómetros de altura). Está dotado de cuatro motores
silenciosos. La clave de este UAV, según nos cuenta el comandante Argimiro
Castro, es su sistema de visión nocturna FLIR y sus sofisticadas lentes. Además
permite también tener imágenes en tiempo real.
Gracias a su motor de cuatro tiempos, el nivel
de ruido se reduce al máximo con lo que también se reduce el peligro de ser
interceptado y es capaz de aproximarse al objetivo, y captar imágenes de gran
calidad y precisión. Otra de sus características es que en caso de perder toda
la comunicación -tiene sus comunicaciones redundadas- con la terminal de datos,
el propio aparato regresa al punto de salida al finalizar el plan de vuelo.
Asimismo, y para lograr un mayor alcance, el
sistema pone en el aire un segundo aparato que hace de enlace entre la estación
de tierra y el UAV en misión. Otra capacidad es que cualquier pequeña unidad
que lleve un terminal de video, y esté desplegada en las proximidades de la
zona de vuelo del avión, puede recibir imágenes en tiempo real sin necesidad de
disponer de enlace con la estación de control en tierra, pudiendo aprovechar
sobre el terreno esa información en beneficio inmediato de su seguridad.
Entre las misiones se encuentran las de
reconocimiento: Búsqueda y localización de elementos hostiles, confirmación de
información obtenida por otros medios, apoyar en la elaboración de la base de
datos de objetivos o apoyo al planeamiento de las operaciones. En sus misiones de
vigilancia se encarga controlas la seguridad de las fronteras, zonas pasivas o
de difícil acceso y puntos o zonas de interés.
En el apoyo a las operaciones el “Armadillo” se ha
especializado en adquisición de objetivos, apoyo a la valoración de daños, apoyo
al mando y control, apoyo a la seguridad con acompañamiento en los movimientos
de unidades, apoyo a la seguridad de las bases e instalaciones y vigilancia en
apoyo de unidades desplegadas.
El UAV Searcher
MK III J tiene las siguientes características que favorecen su empleo en
operaciones: Pequeñas dimensiones (dificulta su detección por la vista y
radar), bajo nivel de ruido del motor y, sobre todo, la calidad y nitidez del
sistema optrónico (capacidad de identificar objetos a gran distancia tanto de
día como de noche).
En estos cinco años de despliegue, el PASI había realizado cerca de 600
misiones de reconocimiento y vigilancia, que incluían principalmente la
búsqueda y localización de elementos hostiles, el apoyo al planeamiento de
operaciones y a la seguridad de las tropas con el acompañamiento en los
desplazamientos de unidades y en la seguridad de las bases. Durante este
tiempo, se habían realizado 11 rotaciones de personal español desplegado en
Afganistán, sumando 285 hombres y mujeres del Ejército de Tierra, algunos de
ellos hasta en dos y tres ocasiones.
Los UAV realizaban una media de cuatro misiones a la semana y responden
a peticiones del Mando Regional Oeste de la ISAF, que cubre cuatro provincias
afganas (Ghor, Badghis, Farah y Herat).
¿Qué UAV debe ser utilizado según la ocasión?, se
preguntará el lector. La comparación nos la ofrece uno de los miembros de la
Unidad PASI que reciben su instrucción en la Escuela de UAS del Grupo de
Escuelas de Matacán (Salamanca): “El Raven sería la pistola, el ScanEagle la
ametralladora y el “Armadillo” el obús/cañón”.
Los Vehículos Aéreos No Tripulados
incrementaron significativamente la protección de las tropas españolas al
ofrecer información en tiempo real sobre los movimientos de la insurgencia talibán
en las áreas de despliegue así como la protección de los convoyes.
Los UAV se han convertido en un valioso sistema de protección e
inteligencia para los ejércitos modernos gracias a las imágenes (tanto diurnas
como nocturnas) que obtienen sus cámaras en tiempo real, lo que permite gran
variedad de misiones como planificar ataques, anticipar la situación de las
rutas peligrosas por las que han de transitar los convoyes u obtener
información de áreas fuera del alcance
visual debido a barreras físicas. En el caso norteamericano, los UAV se han convertido, además, en
plataformas de bombardeo al estar
dotados de misiles.
[1] Denominados así en inglés por el
característico zumbido de los motores de estos pequeños aviones espía, cuando
vuelan a escasa velocidad y baja cota.
[2] La
Unidad comenzó su despliegue en Marzo de 2.008, cuando llegó a la Base de
Herat, con la misión de iniciar los trabajos de despliegue del material.
[3] Mónica Bernabé (Dar-e-bum,
Afganistán: “Los Ojos que lo Ven Todo” (diario “El Mundo”, 15 de
Agosto de 2.012).
[4] Sobre las tropas españolas recaía
la responsabilidad de mantener la seguridad en la provincia de Badghis. Por
ello, los militares españoles continuaban solicitando al gobierno español un
mayor compromiso en cuanto a los medios técnicos con que operan sobre el
terreno. La principal de las demandas era la referente al aumento de los aviones
no tripulados. Sin embargo, el Gobierno insistía en que la necesidad debe ser
cubierta mediante las “sinergias” con las tropas americanas e italianas
desplegadas también en Badghis: “Ellos tienen UAV suficientes como para
respaldarnos sobre el terreno”, se aseguraba La importancia de estos
aviones era vital para la seguridad de las tropas: Un ejemplo de su importancia
puede constatarse en un vídeo difundido por los servicios informativos de
Antena 3, en los que se veía como tres insurgentes –agazapados al amparo de una
colina- atacaban una base avanzada española con fuego de armas ligeras. En las
imágenes puede observarse cómo los españoles lanzan un UAV ligero que -tras un
primer vuelo- localiza la posición de los atacantes. Esto permite organizar
eficazmente la defensa. Con fuego de mortero dirigido a la posición señalada
por el UAV a través de coordenadas GPS, los militares españoles fuerzan la
retirada de los asaltantes. Sin los UAV, esto no hubiera sido posible. “En
este caso teníamos acceso a uno de los Raven, pero si tuviéramos que haber
esperado a que los americanos o italianos nos enviaran uno, estábamos apañados”
se quejaban los militares….
[5] En 2.012 se desplegaba un destacamento del PASI en la base de Qala i Naw
para dotar al sistema de la capacidad de transferencia de control del UAV entre
las bases de Herat y Qala i Naw, lo que permitió aumentar considerablemente el
radio de acción. Ahora, este destacamento se había replegado a Herat junto con
el resto de Unidades desplegadas en la provincia de Badghis.
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