miércoles, 13 de noviembre de 2013

K-9: SOLDADOS DE OTRA RAZA




“Él es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. El será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción”.


La utilización de perros en el ámbito castrense no es una novedad: Ya los romanos los integraban en sus legiones[1]; durante la Gran Guerra, fueron utilizados como porta-botiquines en las trincheras del Somme y durante la II Guerra Mundial, los soviéticos[2] los utilizaron como minas vivientes, para hacer volar por los aires los panzer germanos… con nefastos resultados ya que, entrenados con sus propios blindados, los perros se inclinaban más a cobijarse bajo los T-34 y los KV, en vez de bajo los tanques alemanes. Y los marines estadounidenses[3] los utilizaban para comprobar si en los nidos de ametralladoras japoneses les aguardaba alguna desagradable sorpresa…

No obstante, no hace falta llamarse “Lassie”, “Rex” o “Rin-Tin-Tin” para ser un héroe canino. Basta tener buen amo y la instrucción adecuada, tal y como lo demuestran los canes de los Equipos Cinológicos de la UME o los de la Sección Canina de la Guardia Real[4].

Los perros en la Guardia Real se encuentran ubicados en la Sección de Guías de perros de la Compañía de Control Militar perteneciente al Grupo de Escoltas. Para los diferentes servicios que le son encomendados a la Sección cuenta con 54 perros; de ellos 49 son machos y 5 son hembras, dedicados a las especialidades fundamentales de Explosivos y Seguridad y Combate.

Œ El Grupo de Explosivos está formado por 26 perros de raza Pastor Alemán, Pastor Belga Malinois, Labrador Retriever y Cocker Spaniel. Si bien, estos últimos no dan el perfil de perro policial, son excelentes detectores y cubren a la perfección por su buen carácter y resistencia unos y por su tamaño, peso y velocidad otros, apartados especiales como la búsqueda en falsos techos, o búsquedas de personas.

 El Grupo de Seguridad y Combate está formado por perros de raza Pastor Alemán y Pastor Belga Malinois, excelentes perros policiales de tamaño mediano, versátiles, fuertes y armoniosos, decididos, rústicos y sobre todo “inteligentes” para resolver situaciones sin orden expresa de su guía.

Ž La sección también posee un perro detector de drogas y estupefacientes, y una perra de raza Pastor Búlgaro (regalo de S.M. la Reina a la Guardia Real). Esta perra desfila con el mando de la sección en las paradas militares que se realizan en la unidad.

Ejercicios de obediencia, detección de explosivos y detención de malhechores suelen ser las principales especialidades y misiones que realizan estos perros una vez que acceden a la unidad: “Son sometidos a unas pruebas selectivas, que nos indican qué animal es el más idóneo para las labores que realizamos. Se trata de un entrenamiento complejo, que suele durar entre seis meses y un año”, explicaba Alfonso Jimeno, subteniente y segundo jefe de la sección de guías.

En numerosas ocasiones, la Unidad participa en exhibiciones caninas: Este tipo de actividades, como asegura el teniente Carrasco, “no son sólo una exhibición, sino una demostración de nuestras capacidades. Al ser la Guardia Real, la gente, a veces, no tiene muy claro que somos, si militares o policías. De este modo, además de demostrar lo que hacemos, nos damos a conocer un poco”. Estas iniciativas no sólo sirven como demostración de capacidades, sino que además son un entrenamiento completo para los perros. “Nosotros no nos preparamos las exhibiciones. Lo que hacemos aquí es lo que hacemos todos los días con los perros. Así ellos también pueden entrenar y le mostramos a la gente cosas que se hacen de verdad”.

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En Enero de 2010, un contingente formado por 25 militares y seis perros especializados en búsqueda y rescate de personas del batallón que la Unidad Militar de Emergencias participaron en los trabajos de desescombro y rescate de personas en Haití, tras el terremoto de siete grados en la escala Richter que se registró en ese país y que causó miles de muertos y heridos, muchos de ellos atrapados entre los escombros de los numerosos edificios derruidos en la capital, Puerto Príncipe.

Tras la intervención de la UME leonesa en incendios y nevadas ésta fue la primera vez que participaron en una emergencia de estas características, en lo que constituyó su primera misión internacional.

Los militares viajaron acompañados de los perros adiestrados de la UME, entrenados para participar en situaciones de alto riesgo es las que está en juego la vida de las personas así como en el rescate. Los perros, de razas pastor alemán y pastor belga, habían recibido un constante entrenamiento desde que llegaran -dos años antes- a la Unidad Militar de Emergencias y ese mismo otoño participaron en una serie de ejercicios de rescate de máxima dificultad entre escombros en Los Arribes del Duero…

“¡Buuusca!”. Con esta voz, “Nerón” recibe la orden de su guía para que comience a hacer lo que mejor sabe: Jugar. Este binomio -perro y guía- constituye cada uno de los 36 EQUIPOS CINOLÓGICOS que la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene en su plantilla para la búsqueda y rescate de personas desaparecidas. Entrenados para actuar en cualquier tipo de catástrofe estos equipos están distribuidos por todo el territorio español, lo que permite una rápida intervención. Para ello, la UME tiene seis pelotones cinológicos, uno en cada batallón, a excepción del ubicado en Jerez de la Frontera (Cádiz) que tiene dos, de los cuales uno se encuentra destacado en la localidad tinerfeña de Los Rodeos. Cada pelotón cuenta con un jefe, tres guías y seis perros.

PELOTONES CINOLÓGICOS DE LA UME.
SAN ANDRÉS DE RABANEDO (LEÓN)
ZARAGOZA
TORREJÓN DE ARDOZ (MADRID)
BÉTERA (VALENCIA)
MORÓN DE LA FRONTERA (SEVILLA)
LOS RODEOS (TENERIFE)

Al ver esta distribución, se podría pensar que cada uno de estos pelotones trabaja de forma independiente. Sin embargo, no es así: El Negociado Técnico de Pelotones Cinológicos, con sede en Bétera (Valencia), es el responsable de desarrollar el Programa Permanente de Instrucción y Adiestramiento de los equipos cinológicos, homogeneizar los procedimientos y prestar el apoyo técnico necesario a todos ellos, en cuando a preparación y empleo se refiere.

Si bien los equipos cinológicos pueden trabajar de manera aislada, normalmente lo hacen encuadrados dentro de una unidad, como son los equipos de búsqueda y rescate urbano (USAR), acreditados por Naciones Unidas para trabajar en catástrofes producidas por seísmos, tanto en territorio nacional como en el exterior. Con el Programa de Instrucción y Adiestramiento se garantiza que estos equipos estén activados en el plazo de una hora y estar en condiciones de embarcar en avión –si fuera necesario- en 2 horas y media, con todo el material y equipo necesario para su intervención.

Conseguir que un perro esté adiestrado no es una tarea sencilla; se trata de un proceso largo y progresivo, que puede durar hasta dos años”, asegura el brigada Miguel Javier Baselga, jefe del Negociado Técnico de los equipos cinológicos de la UME. Con sede en Bétera (Valencia), este organismo es el responsable de desarrollar el programa de instrucción y adiestramiento de los equipos cinológicos de la unidad. En primer lugar, los perros deben superar un curso básico de cuatro meses en la Escuela Cinológica de la Defensa, en Madrid. Posteriormente, ya en cada batallón, se entrenan para intervenir en los diferentes tipos de emergencias. Por último, el nivel superior continúa perfeccionando el entrenamiento específico y faculta a los guías para intervenir en cualquier tipo de emergencia. No importa el escenario en el que tengan que trabajar: Nieve, inundaciones, riadas, deslizamientos de terreno, vegetación espesa, estructuras colapsadas... Lo que garantiza el éxito en sus intervenciones es el estrecho vínculo forjado entre el perro y su guía, fruto del trabajo diario, convivencia y conocimiento mutuo.

En una catástrofe, el factor tiempo es vital, ya que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte para aquellas personas que sufren sus consecuencias. Un perro perfectamente adiestrado es capaz de batir una superficie de 100 m2 en unos cinco minutos, mientras que cualquier experto tardaría, con ayuda de aparatos, más de 45. “Ello hace que el mejor amigo del hombre siga siendo insustituible en estas tareas, a pesar de los avances tecnológicos”, afirma el brigada Juan Antonio Rubio, jefe de uno de los pelotones cinológicos de la UME. Atención, iniciativa, persistencia, obediencia, agilidad, coordinación, marcaje o socialización son algunas de las cualidades que los jefes y guías de cada trabajan de forma permanente para preparar la actuación en un caso real.


Una buena forma física es también fundamental en el adiestramiento de los perros de búsqueda y rescate de la UME. De hecho, se ejercitan como un componente más de la unidad: corren por la mañana en torno a diez kilómetros, junto a sus guías o en compañía de otras personas para socializarse; recorren varios de los obstáculos de la pista militar; son capaces de subir y bajar una escalera colocada verticalmente… “Con una instrucción permanente y la suficiente motivación, conseguimos que nuestros perros estén entrenados para realizar búsquedas prolongadas en el tiempo, aún en las condiciones más desfavorables y a pesar de las inclemencias climatológicas”, señala el cabo Carles Bosch, guía canino de la UME. “Lo que nosotros consideramos un adiestramiento exigente, los perros lo interpretan como un juego, ya que asocian la búsqueda con la recompensa final -el rodillo- y eso aumenta su motivación”, continúa: “”Ajax” (el pastor alemán de la Guardia Civil al que se le impuso la Medalla de Oro de la PDSA[5] por encontrar una bomba lapa adosada a los bajos de un coche en Palmanova, en Julio de 2.009[6]) siempre ha respondido muy bien y se ha caracterizado por su capacidad de adaptación. De hecho ya contaba con una medalla del Ministerio de Defensa por su trayectoria. La actuación de este perro siempre ha sido impecable y ha estado en primera línea trabajando con la Familia Real y con el presidente del Gobierno... A pesar de ello, Ajax buscó siempre una recompensa: El cariño de su amo. Estos animales son perfectos para el adiestramiento en este campo y entablan grandes e indestructibles lazos con sus guías e instructores, por quiénes no dudan en dar la vida. Albaraces ha explicado la especial sintonía que le une al can con estas palabras: “Esto se consigue con muchos ejercicios con él”, ha explicado el sargento, que sonríe orgulloso al reconocer que al perro simplemente se le premia “con caricias, con tu voz, jugando con su rodillo y con mucho cariño”” (Laura Casado: “Ajax, el Héroe Canino de la Guardia Civil”. “ABC”, 11 de Junio de 2013). Para no cargar demasiado muscularmente al animal, también se dedica especial atención a la natación, ya que –además de no sobrecargar los músculos- se potencias zonas anatómicas no trabajadas (y es sumamente útil para recuperarse de lesiones).

Dentro de la UME, uno de los aspectos calve en la instrucción es la evaluación continua. Para ello, cada guía lleva una ficha de su perro en la que anota el ejercicio realizado y el nivel alcanzado. De este modo, mediante la observación directa y el análisis del resultado obtenido, “el perro estará en condiciones de pasar a la siguiente ficha, una vez que se haya superado el objetivo marcado en cada una de ellas”, explicaba el soldado de 1ª Raúl Carod.

Cuando un perro oye la orden de su guía, empieza a correr, pone en marcha su olfato, busca en cada palmo de terreno, sabedor de que el tiempo apremia y que, cuanto antes lo consiga, obtendrá su recompensa. Para el personal de la UME la mayor gratificación llega con el hallazgo de la persona desaparecida; el momento de tenderle la mano y poner fin a su pesadilla; o, en su caso, de poder devolver a sus seres queridos el cuerpo de quien tuvo la desgracia de perecer en un desastre…
 
Œ CARACTERÍSTICAS DEL GUÍA:
El Guía es el factor humano en la asociación hombre-perro. Debe potenciar los lazos de afecto con el animal y tener especial sensibilidad para conocer cualquier reacción de su perro. Para ello se hace una selección de los aspirantes a cursos de adiestramiento en los siguientes aspectos:
- Buen temperamento y adecuado equilibrio físico y mental.
- Buena fortaleza física.
- Carácter tranquilo y sereno, al mismo tiempo que enérgico.
- Cualidades de constancia, paciencia, voluntad y coraje.
- Sensibilidad y cariño para con los animales.
- Valentía para saber imponerse a su perro en todo momento y situación.
 CARACTERÍSTICAS DE LOS PERROS:
Para su adquisición se exige una edad de 15 meses aproximadamente, buena estética, tener perfecta conformación músculo-esquelética y aplomos correctos, además de tener un carácter equilibrado. Por añadidura, deben superar unas pruebas técnicas de aptitud para su adiestramiento basadas en instinto de cobro, sentido de posesión de objetos y valor ante la amenaza de un extraño, así como un completo examen veterinario de salud.

El entrenamiento permite que un perro de la UME sea capaz de obedecer a su guía a más de 30 metros de distancia. “Una buena obediencia refuerza el vínculo del perro con su guía”, afirma el brigada Baselga. Sin embargo, no se busca una obediencia férrea. “Lo fundamental es trabajar la iniciativa e intuición del perro, ya que, en numerosas ocasiones, no podrá contar con la ayuda del guía, y deberá resolver determinadas situaciones aisladamente”, prosigue.

Otro aspecto muy importante en la instrucción es la socialización. Dado que en una catástrofe habrá numerosos equipos de rescate trabajando, “por eso a ambientes y estímulos que permitan conocer sus límites, y con ello se consigue que se habitúe y gane confianza”, dice el brigada Rubio. A través de la socialización, “aprende a relacionarse con otros perros y otras personas desconocidas, evitando conductas agresivas o miedosas en el futuro”, añade.

La raza no es la única condición para que un perro llegue a especializarse en búsqueda y rescate. Son las características particulares de cada animal las que determinan su validez para estas tareas, si bien es cierto es que todos tienen una serie de cualidades y características comunes: Labrador, pastor alemán, pastor belga malinois o pastor holandés son las razas a las que pertenecen “Ajo”, “Edo”, “Gurka”, “Nerón”, “Romeo” o “Yogui”, algunos de los perros de la Unidad Militar de Emergencias. Todos proceden de donaciones de particulares o de la Escuela Cinológica de la Defensa, desde donde, una vez que se ha comprobado que reúnen los requisitos necesarios para convertirse en un animal de búsqueda y rescate, pasan a formar parte de los equipos de la UME.

Son perros de venteo, es decir, “que, a diferencia de los de rastreo que siguen el rastro de una persona, buscan el olor humano que se encuentra en las partículas flotando en el aire, sin seguir ningún rastro”, explica el cabo Daniel García, otro guía canino.

Además de las cualidades innatas de todo perro, “los nuestros han de ser lo suficientemente ágiles, con un gran instinto, un desarrollado sentido del olfato que les permita trabajar bajo situaciones de estrés, que tengan capacidad de desplazarse en alturas o ambientes frágiles e inestables, así como una gran resistencia física, lo que les permite superar todo tipo de obstáculos, retrasar los umbrales de fatiga durante la búsqueda y alargar su vida operativa, que oscila entre ocho y diez años”, comenta el cabo David Arguisuelas, guía de uno de estos equipos cinológicos.

A diferencia de lo que se pueda pensar, en el caso de los perros de búsqueda y rescate, el tamaño sí importa. No deben ser demasiado grandes ya que esto dificultaría su labor a la hora de realizar un rescate vertical, cuando hayan de ser trasladados en embarcaciones frágiles o en situaciones en las que deban moverse por terrenos frágiles e inseguros.

Y detrás de cada Equipo Cinológico, otro gran equipo: El Apoyo Logístico, desplegado de diferentes formas, dependiendo el tipo de catástrofe, encargados de que cada Equipo Cinológico sea autosuficiente sobre el terreno (como los suministros básicos –agua, comida, electricidad…- y los alojamientos no estarán operativos en los primeros momentos, el Módulo Logístico incluye material y equipo para la auto-sostenibilidad de los equipos durante siete días. Obviamente, este apoyo logístico dependerá de si los equipos se despliegan en España (donde podrán usar los vehículos de dotación de la UME, preparados para trabajar en condiciones “todo tiempo”, junto con el apoyo material de efectivos de otras unidades de nuestras FAS) o en el extranjero, donde se deberán de estudiar las particulares necesidades que requiere cada zona siniestrada para, de este modo, configurar el apoyo logístico de los equipos ad hoc que serán desplegados.

Previamente, “un adecuado programa de vacunación y de reconocimiento físico del perro es fundamental para garantizar la operatividad del animal. Para ello, anualmente, llevamos a cabo la campaña antirrábica en Primavera, los vacunamos de otras enfermedades infecciosas y realizamos una analítica general a todos los perros, donde se miden y analizan los parámetros hematológicos, bioquímicos y posibles enfermedades parasitarias”, comenta el capitán veterinario Diego Lozano, destinado en la base Jaime I de Valencia y que apoya a la UME en el aspecto sanitario. “Además, se efectúa una desparasitación trimestral y se vigilan las condiciones de higiene de las perreras, que se desinfectan cada mes”, añade. No obstante, dado que no siempre será posible contar con la presencia del Servicio Veterinario en zonas de catástrofe, todos los guías tienen unos conocimientos básicos de primeros auxilios.

Por otra parte, los aspectos de vida de los equipos cinológicos durante su actuación no han de descuidarse, ya que afectan seriamente al bienestar de aquéllos cuando la búsqueda se prolonga. De hecho, habilitar una zona para el descanso de los guías es primordial, pues el cansancio supone una merma en el rendimiento de los equipos e incrementa las posibilidades de sufrir un accidente. Del mismo modo, cuando la actuación es larga, incluir actividades lúdicas durante los períodos de inactividad es una herramienta muy eficaz para combatir el estrés durante una intervención.

En ocasiones, los equipos se entrenaban en una antigua fábrica cementera en desuso de Muel (Zaragoza) con el objetivo de entrenar a los perros de la Unidad para localizar a personas sepultadas bajos los escombros en caso de terremotos o aludes: “Gracias a estos ejercicios, los perros se acostumbran a actuar en situaciones de emergencia como terremotos y aludes en los que pueden quedar personas sepultadas bajo los escombros, el lodo o la nieve. Además, estos perros son los mismos que utilizamos cuando hay que buscar a personas que se han perdido en la montaña, ya que se les adiestra para que rastreen el olor corporal”, explicaba Brigada Ismael Ballespín. “En la fábrica hay cristales rotos y ciertas partes muy deterioradas, por lo que es el lugar ideal para esconder restos de ropa y que los perros puedan localizarlos”.

La preparación de estos canes es muy completa, pero los adiestradores también se encuentran con algunos problemas: “Lo más complicado para un perro de búsqueda y rescate es la movilidad en el escombro. Tienen que ser perros muy ágiles, porque en muchas ocasiones tienen que hacer saltos, subir escaleras… y tampoco pueden tener mucho vértigo ni verse influidos por el escenario”, afirmaba Ballespín.

4 de Marzo de 2010: La Unidad Canina de la UME llegaba a mostrar TRES POSIBLES RASTROS de Oscar Pollán Tabuyo, el montañero desaparecido en los Montes Aquilianos. Los tres perros –“Bert”, “Ermo” y “Marky”-, en Cabeza de Yegua, detectaron el posible rastro que Pollán pudo tomar el día que se desorientó, por inclemencias del temporal, mientras intentaba bajar desde Cabeza de Yegua a Peñalba de Santiago. El rastro mostrado por los perros parecía indicar que Oscar intentaba llegar a la carretera que lleva a la estación de esquí del Morredero, pero la escasa visibilidad y lo abrupto del terreno, casi con toda seguridad impidieron que tomase el camino correcto... El rastro que siguieron los perros de la Unidad Canina de la UME, finalizaba en un desfiladero (el punto exacto en el que los perros perdían el rastro “es imposible bajar”, según los especialistas de rescate de alta montaña de la Guardia Civil .GREIM-). Este equipo inició la operativa de búsqueda, descendiendo del punto más alto de los Montes Aquilianos, Cabeza de Yegua, a una altura de 2.135 metros… Un simple y clarificador ejemplo del trabajo de esta Unidad.
 

Aludes, deslizamientos de terreno, riadas y terremotos son las principales emergencias en las que los equipos cinológicos de la UME llevan a cabo su labor para localizar a personas desaparecidas.

Œ En situaciones de ALUDES Y AVALANCHAS, tanto el guía como el perro ponen a prueba su entrenamiento para trabajar en un terreno fatigoso, con nieve y bajas temperaturas. Su excepcional sentido del olfato, junto con la agilidad y rapidez, hace que los perros encabecen los equipos de búsqueda, ya que cuanto más rápido se realice, mayor será la probabilidad de encontrar a la víctima con vida (de hecho, lo que el perro es capaz de detectar en escaso tiempo, sería necesario desplegar un dispositivo de varias personas que tardaría varias horas en localizar a la víctima). En estas condiciones, normalmente, los equipos cinológicos suelen formar parte de un dispositivo de búsqueda t rescate, con capacidades adicionales del batallón al que pertenecen.
La secuencia y prioridad de la búsqueda vendrán determinadas por la rapidez y flexibilidad en las acciones, si bien se procura trabajar de forma simultánea. Así, en primer lugar, el guía dará la iniciativa al perro para que realice una primera búsqueda libre, de cara a trabajar posteriormente en zonas no batidas o en las que existan indicios sobre una posible localización de la víctima. A continuación, junto a los equipos cinológicos, trabajarían en la zona otros equipos con detectores electrónicos y, finalmente, otros que lo harían mediante la técnica de sondeo.

 En caso de DESLIZAMIENTOS DE TIERRA, los equipos cinológicos buscan en estructuras semienterradas, donde pueda haber quedado algún hueco de vida para la víctima. Asimismo, se efectúan perforaciones en el terreno que facilitan la emanación de olor o el acceso del perro al interior para su registro.

Ž Cuando se trata de LOCALIZAR A VÍCTIMAS DE RIADAS[7] estos equipos se distribuyen a ambos lados del cauce del río, evitando que el viento lleve el olor de una orilla a la otra y provoque confusión en los perros. Los equipos prestan especial atención en aquellas zonas en las que se estrecha el cauce del río, donde hay vegetación abundante y en remansos donde se acumulan gran parte de los materiales procedentes del arrastre del agua.

 Para trabajar en ESTRUCTURAS COLAPSADAS CAUSADAS POR TERREMOTOS, la UME dispone de los equipos USAR. Cada uno de ellos cuenta con perros de rescate en su plantilla, capaces de detectar a personas sepultadas. Son un elemento fundamental para estos menesteres, dada la inestabilidad de los escombros sobre los que trabajan los equipos de búsqueda y rescate.
Al llegar a la zona de trabajo, en función del número de equipos cinológicos existentes, se asignarán zonas de trabajo por cuadrículas o sectores –entre 500 o 3.000 m2- y, dependiendo de su extensión se dividirán en subsectores, según la superficie y el nivel de dificultad. El jefe de pelotón -de acuerdo con la información de que disponga- priorizará las zonas de búsqueda, determinará la estrategia a seguir y el número de equipos necesarios, solicitando los materiales especiales que le hagan falta.
Al igual que en las avalanchas, el perro realizará una primera búsqueda libre. Posteriormente, el guía hará especial hincapié en aquellas zonas donde sea más probable la ubicación de víctimas y donde el perro no haya pasado con anterioridad. No obstante, en estas circunstancias, el perro trabajará de forma autónoma, evitando todo tipo de dependencia del guía, quien únicamente dará las voces necesarias para poder dirigir al perro a las zonas aún no reconocidas.

 Cuando se trata de ENCONTRAR A PERSONAS PERDIDAS EN ZONAS CON VEGETACIÓN ABUNDANTE O SUPERFICIES MUY AMPLIAS[8] los canes van provistos de un arnés (a diferencia de los perros que trabajan en estructuras colapsadas) que identifica su condición de perro de rescate y facilita su localización en la distancia. En función del número de equipos disponibles y del tipo de terreno, la UME puede combinar cuatro modalidades diferentes de búsqueda:
I.- A lo largo de un camino.
II.- En corredor.
III.- Por sectores.
IV.- Por rumbo invertido.
Dado que las búsquedas en estas situaciones serán de larga duración, la UME establece relevos de los equipos para evitar el agotamiento de los perros (lo que les inhabilitaría para la búsqueda). El tiempo de búsqueda dependerá de la topografía del terreno y de las condiciones climatológicas.
Al igual que en los casos anteriores, el perro del Equipo Cinológico realiza una primera búsqueda libre. Posteriormente, el guía hace especial hincapié en aquellas zonas donde considera que es más probable la localización de víctimas. No obstante, el animal está controlado en todo momento por su guía, marcándole la dirección por la que quiere que realice la búsqueda.

En 1990, un perro del Servicio Conológico de la Benemérita destinado en Navarra llamado “Irrintzi”, detectó la existencia de un explosivo en el interior de un vehículo. Una trampa explosiva hizo “Irrintzi” perdiera la vida, pero gracias a su heroica acción, las personas que participaban en el servicio no resultaron afectadas por el estallido. En no pocas ocasiones, estos nobles animales nos han dado –y nos siguen dando- sobradas lecciones de su destreza y lealtad. Y es que, como bien dijo Lord Byron: Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro”.



[1] Los romanos utilizaban un tipo de perro de presa, denominado “Presa de arena” (su nombre viene por su utilización en el circo) o “Moloso”, que acompañaba a sus unidades por todo el mundo, utilizándose para todo tipo de cometidos.
[2] El Ejército Soviético entrenó alrededor de 50.000 perros antes de y durante los inicios de la II Guerra Mundial. Los perros demostraron ser especialmente valiosos durante los severos inviernos rusos, cuando ellos localizaban y llevaban también a los soldados de combate con trineos.
[3] 25 de sus perros murieron durante la batalla de Guam, en 1944. Habían sido entrenados para olfatear el enemigo y encontrar trampas, así como para llevar mensajes, medicina y munición.

[4] La Benemérita tiene su propio Servicio Cinológico y Remonta (SECYR), la ESCUELA DE ADIESTRAMIENTO CANINO de El Pardo (Madrid), Centro en el que se imparte las enseñanzas de formación al personal de la Guardia Civil en adiestramiento de perros para seguridad y rescate, detectores de explosivos y detectores de drogas.
La primera vez que la Guardia Civil es autorizada para la utilización del perro policía es en el año 1948, aunque el empleo del perro se utilizaba con anterioridad a este año para ayudar a los hombres en sus misiones policiales y de vigilancia. Por una disposición de fecha 31 de Marzo del 1949, se crean puestos y destacamentos con perros para perseguir de forma más organizada a bandoleros y malhechores, y tener mejor control en zonas de fronteras y costas.
La Orden Ministerial de 19 de Abril de 1951, crea la ESCUELA DE ADIESTRAMIENTO DE PERROS POLICÍA DE LA GUARDIA CIVIL, y queda ubicada desde esa fecha en El Pardo (Madrid). Siendo el primer centro de adiestramiento de perros policías que dispuso España, derivándose de él el resto de Escuelas policiales y del Ejército.
En el año 1982, la Guardia Civil crea el SERVICIO CINOLÓGICO con el fin de apoyar a las Unidades Operativas del Cuerpo aportando aspectos técnicos y propios del Servicio; como búsquedas de personas desaparecidas, intervención en catástrofes, localización de drogas y explosivos, rescates en montaña y cualquier otra actividad en que las características propias de la misión y la especial preparación de los animales se obtengan los adecuados resultados para su cumplimiento, buscando el objetivo principal de proteger el libre ejercicio de los Derechos y Libertades y, garantizar la Seguridad Ciudadana.
I.- Misión General:
El Servicio Cinológico es el órgano encargado de:
Œ Dirección técnica e inspección de las Unidades dotadas de perros.
 Gestión, administración y apoyo al ganado y animales de utilidad para el servicio.
II.- Cometidos Fundamentales:
La formación de los guardias civiles que desempeñarán las funciones de guía de perros y el adiestramiento de los canes del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, con la especialidad de:
 Seguridad y Rescate (SYR).
Detectores de Explosivos.
ƒ Detectores de Drogas.
Las tres especialidades tienen sus actividades concretas:
I.- Los perros de Seguridad y Rescate tienen como misión la búsqueda y salvamento de personas desaparecidas en grandes áreas o espacios abiertos, avalanchas de nieve, catástrofes de cualquier naturaleza, etc. Además, también tienen encomendada la protección de personas, edificios públicos y control de masas.

II.- Por su parte, la especialidad en Drogas, tiene como meta la búsqueda y localización de sustancias prohibidas estupefacientes. Existen muchas curiosidades sobre los perros que han servido en esta Unidad. En la especialidad de Drogas, destacaron sobre todo dos perros detectores destinados en Mallorca en1.994: Durante el registro de un yate inglés, detectaron el olor a droga en el interior de un camarote, al momento de la detección se observó que no existía ninguna sustancia estupefaciente, pero sí se encontró gran cantidad de armas y munición ilícita como por ejemplo pistolas, silenciadores de pistola, fusiles ametralladores, escopetas repetidoras, cañones de pistola, cargadores de munición para distintas armas, etc. Más tarde se supe que el camarote había servido otras veces para esconder droga; por eso los perros detectaron el olor.
III.- Por último, la especialidad de Explosivos, tiene como misión la búsqueda y localización de sustancias y artefactos explosivos en servicios preventivos, amenazas de bomba y reconocimiento de zonas.
El 24% de los perros se halla destinados a la Seguridad y el Rescate, un 37% del total en la Sección dedicada a las Drogas y el 39% restante, en la especialidad de Explosivos. Respecto a las razas, hay un claro predominio del pastor alemán (65%), seguido del cocker y del pastor belga.
[5] PDSA: People´s Dispensary for Sick Animals, organización benéfica veterinaria líder en el Reino Unido.
[6]Ajax” estaba destinado en el Grupo de Explosivos del Servicio de Seguridad de S.M. el Rey el 29 de Julio de 2009 en Palma de Mallorca junto a su guía y dueño, con ocasión de una visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía a la isla. Al día siguiente, en la localidad de Palmanova (Palma de Mallorca) en las inmediaciones del Cuartel de la Guardia Civil se produjo un atentado perpetrado por ETA., en el cual fallecieron dos jóvenes agentes. “Ajax” y su dueño, junto con varios compañeros más, se ofrecieron de forma voluntaria a ayudar en el dispositivo de búsqueda de un posible segundo artefacto. Finalmente, “Ajax” consiguió encontrar una bomba lapa adosada a los bajos de un coche, y lo indicó tan solo sentándose a su lado. Y salvando así muchas vidas.
[7] Por ejemplo, el 12 de Agosto de 2013, La UME recuperaba el cuerpo sin vida del vecino de Oliete, Carlos Trallero, que había desaparecido el 9 días antes, en la crecida del río Martín. Era el equipo de búsqueda cinológica del tercer Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM III) de Valencia –compuesto por el brigada Miguel Javier Baselga Escámez y el perro “Yogui”– el que marcaba la posición donde yacía sepultado el cadáver. Posteriormente, la máquina retroexcavadora ha retirado la tierra bajo la que se encontraba el cuerpo del fallecido…
[8] Los miembros del pelotón cinológico BIEM IV de la UME, con base en Zaragoza, y de la Unidad Canina de Bomberos (UCAB) de la Comarca de la Ribagorza suelen también realizar prácticas conjuntas para trabajar, en concreto, en la especialidad de búsqueda de personas desaparecidas en grandes áreas. Para ello, se utiliza tecnología GPS y cartografía en soporte informático, lo que era posible desarrollar porque tanto el perro como el guía canino disponían de recursos GPS.: El perro llevaba un collar emisor y el guía un aparato receptor, permitiendo saber a tiempo real el trabajo que está realizando el perro. Una vez finalizada la búsqueda, se volcaba la información almacenada sobre soporte informático, para poder valorar la misma y planificar sucesivas búsquedas, permitiendo descartar duplicidades o dejar zonas sin rastrear. Gracias a estas prácticas, guías y perros se preparaban para las situaciones reales en las que diferentes unidades caninas pueden confluir. De esta forma, todas las partes conocían las técnicas de trabajo y los medios de los que hacía uso cada binomio con la intención de que la resolución sea más efectiva.

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