“El Ejército es una institución viva en evolución
constante. De hecho, hace ya seis años que inició un duro proceso de optimización
y eficiencia. Además, ahora, la Directiva de Defensa Nacional (DDN) -aprobada
por el presidente del Gobierno el pasado Julio- manifiesta unas valoraciones
muy precisas de la evolución del panorama estratégico y marca las exigencias
que el Ejecutivo español demanda de sus Fuerzas Armadas para los próximos años.
Por eso, el Ejército acomete una nueva transformación en la estructura de su
Fuerza, según plasma la Directiva 08/12 del JEME, que entró en vigor el 10 de Noviembre
de 2.012. La propuesta apunta a un modelo de fuerzas terrestres realista
y sostenible, dirigido a optimizar las capacidades operativas, teniendo
en cuenta el panorama estratégico bosquejado por la DDN. A saber,
fundamentalmente, un escenario incierto de amenaza híbrida -combinación de
conflicto convencional con confrontación de carácter asimétrico; un escenario
complejo que requiere la puesta en juego de muchas capacidades distintas- y la
existencia de la amenaza no compartida (es decir, la defensa del territorio
nacional frente a amenazas que no son comunes a las de nuestros socios y
aliados)” (“Brigadas
Polivalentes: Un Futuro Mejor a Construir Entre Todos”. www.ejercito.mde.es (número 2041), 12 de
Diciembre de 2.012).
Una de las
primeras decisiones del ministro de Defensa, Pedro Morenés, inmediatamente después de tomar posesión de su
cargo, fue encargar al jefe de Estado Mayor de la Defensa la elaboración de un
informe sobre la posible estructura que, según su propio concepto, deberían
tener los ejércitos españoles a medio plazo. El documento resultante, al que se
conoce habitualmente como “INFORME 2025”,
aun no siendo ninguna atadura para las decisiones soberanas del Ministerio (y
así lo reconocía el propio ministro en el Congreso de los Diputados
-abiertamente y con un fuerte enfado-, con motivo de una filtración del
documento aparecida en un medio de difusión nacional), no cabe duda que
representa el punto de vista castrense que parece lógico considerar a la hora
de tomar decisiones políticas. Otra cosa son los rumores que apuntan a que,
desde el Estado Mayor Conjunto, no se tuvieron suficientemente en cuenta las
opiniones de los tres ejércitos. Pero este es otro tema…
BRIGADAS ORGÁNICAS POLIVALENTES (BOP), así se llama el principal
proyecto del Gobierno Rajoy en materia militar: Una nueva estructura con la
vista puesta en el futuro a medio plazo. Pero no todos son parabienes. El “Informe
2.025” despierta innumerables dudas en medios militares. Para empezar,
exige una dotación presupuestaria muy superior a las posibilidades reales del
Departamento. Además, ocasiona serios problemas a los propios militares, que
tendrán que afrontar traslados familiares con una retribución bastante escasa
(“su implantación implicará cambios sustanciales -sobre todo en la
mentalidad del personal-, pero que se llevarán a efecto con calma, en un
proceso no traumático, que tratará de minimizar el coste personal y familiar
que pudiera generar”, aseguraba el MINISDEF).
Y sobre todo: No terminaba de verse cuál es la
finalidad de la nueva estructura…
Mariano Rajoy aprobó en Julio de 2.012 la Directiva
de Defensa Nacional. Consecuencia directa de ese documento es la Directiva
08/12 del Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), encargada por el
ministro de Defensa, y es ahí donde se contiene el plan de futuro para nuestro
Ejército. El documento se filtró a la prensa y el ministro Morenés se subió por
las paredes. Defensa se apresuró a decir en el Congreso que el plan “no
presenta una atadura” para el ministerio. Pero el hecho es que el plan
existe y que se está trabajando en él y el propio JEME, general Domínguez Buj,
lo confirmaba.
¿De qué se trata? Básicamente, de reorganizar al
conjunto de las fuerzas terrestres de manera que se garantice “el
aseguramiento de una España fuerte –indican fuentes de Defensa– con la
influencia necesaria en el contexto internacional y el mantenimiento de una
capacidad de disuasión creíble y suficiente que evite la materialización de
amenazas en nuestro entorno geográfico”. La doctrina de la nueva estructura
apunta a “ofrecer una respuesta rápida y eficaz al empleo de las fuerzas
terrestres por parte del Gobierno, lo que exigirá una organización adaptable y
flexible, cuya característica fundamental será la polivalencia. Ésta supondrá
una evolución en todos los órdenes: materiales e infraestructuras, mentalidad
del personal y de la doctrina de empleo, organización y preparación para el combate”.
El objetivo último del plan es disponer
de unidades homogéneas listas para hacer las rotaciones en las misiones
encomendadas sin necesidad de realizar cambios o procesos de formación en cada
rotación por las diferencias o características propias de las unidades. Se
pretende con ello ASEGURAR LA CAPACIDAD DE DISUASIÓN Y FACILITAR LA
PARTICIPACIÓN EN MISIONES INTERNACIONALES, PRINCIPALMENTE DE CARÁCTER “HÍBRIDO”
O “ASIMÉTRICO”.
“La materialización de esta
polivalencia vendrá de la mano de una Fuerza con un conjunto de capacidades que
puedan dar respuesta a las exigencias operativas en todo el espectro del
conflicto; contar con cuarteles generales de entidad superior a brigada, con
capacidad para asumir el mando y control de cualquier tipo de fuerzas y operaciones
a su nivel; transformar las actuales brigadas en Brigadas Orgánicas
Polivalentes y disponer de unas pequeñas unidades tácticas y logísticas
especializadas en una función operativa, pero aptas para asumir otros
cometidos. Las mencionadas Brigadas Orgánicas Polivalentes, cuyo impacto será
esencial sobre la futura estructura de la Fuerza, serán unidades que combinarán
la potencia de combate, la adaptabilidad y la capacidad de proyección. Su
configuración ideal (en cuanto a elementos de maniobra) sería un batallón de
plataformas de tiro tenso, sobre ruedas o cadenas; dos batallones sobre el
futuro vehículo de combate (tipo 8x8, según las tendencias actuales); un
batallón dual con la capacidad 8x8 más los medios y el adiestramiento necesario
para ser aerotransportado; y, por último, una unidad de reconocimiento, tipo
grupo, con capacidades de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR)”.
VCREC |
POLIVALENCIA. Esta es la palabra. ¿Y qué
quiere decir? En medios militares se bromea con la fórmula: “Nuestras brigadas
ya son polivalentes: valen para todo lo que se les mande”, aseguraba un
general ya retirado. Y es verdad que las unidades militares españolas han
demostrado una versatilidad asombrosa, con frecuencia muy por encima de lo que
en rigor se les podría exigir. Pero la “polivalencia”, en el marco del proyecto
gubernamental, responde a una doctrina específica que en inglés se ha llamado “Comprehensive
Approach”, es decir. Enfoque Integral. “La inmensa mayoría de los
conflictos en los que se reclama hoy la actuación de los soldados -explicaba
en un documento reciente el Grupo Atenea- se encuadra en lo que se ha venido
en llamar operaciones híbridas, una mezcla de diferentes formas de combatir
frente a enemigos no convencionales, no representantes de un estado, mezclando
actividades semi-convencionales con elementos de contrainsurgencia,
contraterrorismo, lucha en poblaciones, seguridad de elementos civiles y vigilancia
de decisiones de Naciones Unidas”. Enfoque
Integral en el que, ciertamente, muchas veces se están mezclando y no con
excesivo acierto. Lo que sí resulta evidente es que tales conflictos son
siempre largos de resolver y requieren de los ejércitos la necesidad de ir
rotando sucesivamente los contingentes que intervienen en ellos, de tal forma
que se precisa que todas las brigadas que se incluyan en las referidas
rotaciones dispongan de unas capacidades muy amplias que no siempre responden a
su denominación tradicional (paracaidista, aerotransportable, acorazada,
ligera, etc.) ni, por tanto, a sus materiales de plantilla y a su
adiestramiento habitual para las ya citadas acciones convencionales. De aquí
nace el concepto de la polivalencia de tales brigadas.
En resumen, lo que supone es que los batallones de
maniobra de las referidas brigadas no responderían a un concepto funcional
único (mecanizado, acorazado, ligero) sino que incluirían batallones de
diferentes características, aunque -en su conjunto- las brigadas pudieran
definirse como más ligeras o más pesadas, en función de disponer de mayor número
de elementos de ruedas o de cadenas (por supuesto, la transformación prevista
aún debiera impulsar más la iniciación del programa 8x8): “Lo que se busca es una
brigada que sea capaz de enfrentarse a un número más amplio de posibles
amenazas. Que en sí misma una sola brigada pueda generar una capacidad
acorazada, ligera y mecanizada”, explicaba a principios de 2.013 el JEME.
Es decir que una unidad de infantería ligera –los paracaidistas, por ejemplo–,
disponga de batallones de material pesado. Y una unidad pesada, de unidades
ligeras. El cambio de modelo bebe en la experiencia de las tropas españolas
desplegadas en el exterior. Imaginemos que una unidad de carácter ligero –una
bandera paracaidista, por ejemplo–, desarrollando una misión adaptada a sus características,
ha de ser relevada y la única unidad disponible es una unidad mecanizada cuyo
adiestramiento y material son completamente inadecuados para la misión. Eso
dejará de ocurrir con las nuevas unidades.
Desde el MINISDEF
se vendía como una de las ventajas de las BOP: “Las BOP permitirían hacer
frente, de forma permanente, a las operaciones de proyección exterior y a los
compromisos internacionales, mediante la rotación secuencial de las brigadas.
También aumentarán las probabilidades de contar con las capacidades adecuadas
en el menor tiempo posible ante cualquier amenaza inesperada, pues se contará
siempre con un conjunto de capacidades medias y homogéneas. Y, finalmente, el
Ejército será capaz de responder escalonadamente ante situaciones de crisis y
en todo momento estará en condiciones para afrontar la defensa de España”.
Lo que no parece ofrecer duda es que no resulta muy
racional que, en una misión de carácter claramente ligero, que está
desarrollando una Bandera Paracaidista en una misión internacional, ésta sea
relevada por un batallón mecanizado (habituado al uso diario de instrucción con
sus Pizarros), por mucho adiestramiento ligero que haya realizado en los seis
últimos meses. Y no digamos nada si el relevo es al contrario, es decir el una
unidad ligera que pretenda relevar a una mecanizada que esté desplegada por
necesidades de misión, con sus elementos habituales de combate. Este es el
objetivo que la polivalencia trata de evitar.
Sobre el papel, estas Brigadas Polivalentes serán
unidades que combinarán la potencia de combate, la adaptabilidad y la capacidad
de proyección. Su configuración ideal –planea Defensa– sería un batallón de
plataformas de tiro tenso, sobre ruedas o cadenas, dos batallones sobre el
futuro vehículo de combate (tipo 8x8, según las tendencias actuales), un
batallón dual con la capacidad 8x8 más los medios y el adiestramiento necesario
para ser aerotransportado, y, por último, una unidad de reconocimiento, tipo
grupo, con capacidades de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR).
Unidades muy completas, sí. Además, siempre según el general Domínguez Buj,
esto permitirá “hacer frente, de forma permanente, a las operaciones de
proyección exterior y a los compromisos internacionales, mediante la rotación
secuencial de las brigadas”. El problema es que España no tiene dinero para
pagar esto, y menos en el actual panorama de duros recortes presupuestarios. En
Defensa son ya seis años consecutivos de permanente reducción: “Pero
pongamos los pies en la tierra, porque disponer de estas BOP ideales
significaría manejar un presupuesto muchísimo más elevado del existente. Algo
impensable. Sin embargo, el Ejército español adaptará este modelo a sus
posibilidades reales y el resultado será dos tipos distintos de BOP. El primero
constará de un batallón dual aerotransportable, dos o tres batallones más de
8x8 y una unidad de reconocimiento sin batallón de carros. El segundo, por su
parte, será igual que el primero pero sustituyendo el batallón dual por un
batallón de plataformas de tiro tenso (carros)” (Página Web del MINISDEF).
En efecto, el sistema de Brigadas Polivalentes es
realmente C-A-R-O. Una brigada es una unidad militar formada por dos o más
regimientos o batallones con un total de unos 5.000 militares, aproximadamente.
Según el modelo habitual de organización del Ejército de Tierra, para asegurar
el ciclo de disponibilidad de las unidades hay que contar con al menos cuatro
brigadas: una desplegada en acción, otra en disposición y dos en preparación,
más las tropas dispuestas para afrontar misiones menores o complementarias en
ese mismo periodo. Hay que añadir la Brigada de Canarias. Fuentes militares
aseguraban que para cubrir todos estos requerimientos harían falta unas ocho
brigadas polivalentes[1].
Y eso ya exige más personal del que hay en el Ejército, que en los últimos años
se ha reducido a unos 82.000 efectivos (es la costumbre
que se ha adquirido desde los años de la Transición en los que, cada
transformación orgánica presuponía una reducción como elemento prioritario). Sólo en los últimos seis años
la cifra de efectivos se ha reducido en 22.500 personas. No se puede
reducir más. Así que, en conclusión, en este momento la
transformación no es un problema de números, ya llevados a un mínimo, sino DE
ESTRUCTURAS.
Las asociaciones de profesionales recuerdan que
este no es sino uno más de los sucesivos planes de reestructuración que han
conocido las fuerzas armadas: antes estuvieron los planes META, RETO, Norte,
etc. En todos ellos hubo reducción de plantilla y traslado de unidades, “con
el consiguiente perjuicio para todos los militares destinados en las mismas”,
dicen en ASFASPRO, asociación de suboficiales. El nuevo plan de las brigadas
polivalentes obligará a ejecutar las correspondientes “reubicación de
unidades, reasignación de material, ajuste de plantillas y nuevas
especialidades o re-especialización”. Esto, al final, siempre se salda con
un coste adicional para los profesionales, que guardan ya una larga lista de
agravios: “Pérdida de poder adquisitivo del militar, suspensión de
determinadas prestaciones del ISFAS, reducción de 16,8 millones de euros en
ayudas a la movilidad geográfica, dificultad para conciliar la vida profesional
con la familiar”. Por todo ello, ASFASPRO exigía que la nueva
transformación de la estructura “venga acompañada por un Plan Integral de
ayudas específicas para los afectados, que minimicen el coste económico,
personal y familiar que genere su implantación”. El JEME, por su parte,
asegura que todos estos cambios “se llevarán a efecto con calma, en un
proceso no traumático, que tratará de minimizar el coste personal y familiar
que pudiera generar”.
Además del capítulo de personal, la viabilidad de
las brigadas polivalentes es también compleja en el aspecto del material: El Ejército de
Tierra iba a necesitar entre 240 y 320 carros de combate, de 2.000 a 2.500
vehículos 8x8 y de 2.400 a 3.200 vehículos con diferentes capacidades, como
mínimo, para cubrir las necesidades de las 8 Brigadas Operativas Polivalentes[2]
(una unidad de
este tipo requiere, sobre el papel, un batallón de carros, dos o tres en
blindados 8x8, capacidad de aerotransporte y unidades menores de reconocimiento
igualmente motorizadas). El propio Ejército de Tierra reconoce que hoy por hoy
es imposible satisfacer tales dotaciones, de manera que se ha pensado en un
modelo de transición con dos tipos de brigadas polivalentes, ambas motorizadas
o mecanizadas con los medios disponibles hoy: Blindados BMR, vehículos Lince y
Pizarro, TOAs, carros Leopardo y vehículos Centauro (que cubrirían las necesidades
de los carros de combate), mientras que los Aníbal y los VAMTAC supondrían dos
de los vehículos con capacidades diferentes de los que el Ejército de Tierra
necesitaría, en total, más de 3.000. la reconversión de la actual estructura del Ejército de
Tierra en las 8 Brigadas Polivalentes es, en este panorama presupuestario, muy
complicado de materializarse. Por eso, y porque la consecución de las Brigadas
Polivalentes "no se alcanzarán de la noche a la mañana". Dados
los recortes presupuestarios, la reducción de tropa y que algunos vehículos no
están aún disponible (caso del 8x8 o la plataforma de reconocimiento), se
contemplaba ya una opción intermedia de transición en la que habría dos
tipos de Brigadas Polivalentes: UNA CON UN BATALLÓN DUAL AEROTRANSPORTABLE,
DOS O TRES BATALLONES MÁS DE 8X8 Y UNA UNIDAD DE RECONOCIMIENTO SIN BATALLÓN DE
CARROS MIENTRAS QUE LA OTRA SERÍA IGUAL PERO INCLUYENDO UN BATALLÓN DE CARROS
EN LUGAR DEL BATALLÓN DUAL (denominados, respectivamente, denominados BOP
medio-ruedas y BOP medio-cadenas), los cuales
–transitoriamente- paliarían la falta de medios, empleando
básicamente los medios disponibles en este momento como son los BMR (en lugar
del 8x8), VAMTAC, Lince o RG-31 en la primera y Pizarro, TOA (M113[3])
y Leopardos en la segunda. Sin embargo, este plan también
plantea dudas, para empezar que una estructura así es más cara que la actual
puesto que requiere más medios (a no ser que se estandarice a la baja), más aún
tras el enésimo recorte presupuestario. No se entiende muy bien que se ahonde
en el modelo de proyección y rotaciones cuando parece ser que se van a reducir
las misiones internacionales de las Fuerzas Armadas españolas. Por no hablar
que constituye el enésimo plan de reordenación de las fuerzas terrestres con lo
que supone para la distribución y movilidad geográfica de las tropas y sus
familias y el riesgo de que unidades con gran solera en el Ejército pierdan las
características que las definen.
A partir de 2.007, el Gobierno central
decidió renovar los vehículos de transporte de tropas dado el despliegue de
efectivos en escenarios tan conflictivos como Afganistán o El Líbano. La
renovación se planteó en tres fases. Las dos primeras supusieron la
incorporación de los vehículos tipo escuadra Lince y los de pelotón RG-31
Antílope. El siguiente paso era el del denominado programa “Vehículo
Blindado de Ruedas (VBR) 8x8”. Éste sustituiría a los anticuados BMR. El
objetivo del Ministerio de Defensa era la de dotar a las tropas de un millar de
vehículos, con un coste aproximado de 1.500 millones de euros. La crisis obligó
al Gobierno de Zapatero a poner al ralentí cualquier inversión. Al argumento
principal de la crisis se añadió otro: La pugna interna del PSOE con su rama
catalana. Y es que el principal competidor por el contrato del 8x8 con Santa
Bárbara era un consorcio franco-catalán creado para hacerse con el contrato
(consorcio formado por la empresa pública francesa Nexter y la ingeniería
catalana GTD, el cual no tenía instalaciones en España, pero tenía previsto
levantarlas en Cataluña). Pero todo volvió al punto de partida cuando el PSOE
adelantó las elecciones… Y perdió.
“El programa 8×8 es extraordinariamente interesante. Debe definirlo el
jefe de Estado Mayor de la Defensa. Es un programa que dota de una capacidad
importantísima a la Defensa” (palabras del MINISDEF)… Cuando el Ministerio de
Defensa dio a conocer el programa de adquisición de los vehículos de alta
protección para escuadra y pelotón, citó una tercera fase que incluiría el
denominado FSCT o Futuro Sistema de Combate Terrestre, actualmente
denominado VBR 8x8. Estudios realizados cuando la primera fase aún no
había finalizado, aconsejaron acelerar la tercera, dejando la segunda en
suspenso o, por lo menos, muy disminuida. En consecuencia, a finales de Mayo de
2.009, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) envió una solicitud
de información o RFI a ocho empresas multinacionales, acerca de sus blindados
8x8 con capacidad para cubrir las necesidades del Ejército español en este campo,
durante los próximos años. Según trascendió, esas empresas fueron las
siguientes:
KMW - Krauss Maffei Wegman (Alemania).
Thales Australia.
GPV - General Purpose Vehicles (Estados Unidos).
CIO - Consorcio Iveco-Oto Melara (Italia).
Patria (Finlandia).
Nexter (Francia).
BAE Systems-Hägglunds (Reino Unido / Suecia).
General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas (España).
Como cabe
apreciar, esta lista incluyó los fabricantes de blindados 8x8 que más podían
interesar al Ejército español, si bien llamaba la atención la firma Thales
Australia que no disponía de ningún vehículo de tracción 8x8, por lo que era
bastante improbable que presentara ninguna oferta. La idea era que entre 2.012
y 2.016 se entregaran 300 vehículos de la primera fase, garantizándose la
Capacidad Operativa Inicial (IOC) con un mínimo de 40 blindados a lo largo de 2.014…
El contrato de los vehículos
blindados 8×8, por el cual puja las fábricas asturianas de General Dynamics
Santa Bárbara Sistemas como uno de los cuatro finalistas, fija la entrega, en
una primera fase, de 300 vehículos con un presupuesto inicial de 1.500 millones
de euros… Dada la importancia del contrato, Santa Bárbara estaría
dispuesta a financiar el proyecto no cobrando nada al Ministerio de Defensa
hasta dos años después de la entrega del primer blindado. Los cálculos son que
el contrato garantizaría el futuro a medio plazo de todo el grupo Santa Bárbara
Sistemas, aproximadamente durante una década, y daría trabajo a unas 2.500
personas (Algo que ha llevado al mismísimo diputado de IU,
Gaspar Llamazares, a defender su inversión: Cuestión de intereses).
Por desgracia, en 2.013 final y
oficialmente el Ministerio anunciaba que el programa quedaba enterrado (al
menos, hasta que la situación económica mejorase). No obstante, existían
movimientos en el sector para reanimarlo: Destacadas compañías europeas (las
alemanas KraussMaffei Wegmann y Rheinmetall, la francesa Nexter Systems y las
italianas Iveco y OTO Melara) estaban sondeando a empresas españolas para
"establecer asociaciones" con las que construir estos
vehículos. El objetivo último es que éstos tengan licencia de exportación
española, por lo que España sería autónoma para venderlos al exterior.
Leopard 2E |
Hay otro elemento, en modo alguno irrelevante, y es
que una transformación de este tipo obligará a revisar la propia esencia de
muchas de nuestras unidades: “Se perderán estilos y valores –advertía
el Grupo Atenea–, consagrados por los muchos años de existencia, de
conjuntos orgánicos como La Legión, la Brigada Paracaidista, la Brigada de
Caballería o las Brigadas Mecanizadas, con unos credos y unos valores que
cualquier militar sabe que cuesta muchos años conseguir y que dan estilo a la
unidad. El reto, por tanto, estaría en lograr que estas
grandes unidades, aun contando con elementos distintos de los tradicionales, no
perdieran tales valores, que le han dado un poso difícil de alcanzar (los
valores están en las personas, no en los medios que manejan). Lo que pudiera
ocurrir si se enfrenta la transformación como si de una unidad de nueva
creación se tratara”[4]… Un auténtico riesgo y un
auténtico desafío, para el Estado Mayor del Ejército en su planeamiento, y para
los mandos de las brigadas en su ejecución. No sólo es un problema de orgánica:
Se va a requerir transformar, doctrinas, preparación e, incluso, cambios de
mentalidad y, simultáneamente, de mantenimiento de valores: “Se va a
requerir mucha habilidad en las instrucciones que se redacten y, sobre todo, en
los mandos de las respectivas brigadas, a los que corresponda la referida
transformación, para lograr que la misma no afecte al espíritu tradicional de
la gran unidad y, por tanto, que su esencia combativa permanezca inalterada”[5]. Difícil. El reto, por tanto, estaría en
lograr que estas grandes unidades, aun contando con elementos distintos de los
tradicionales, no perdieran tales valores, que le han dado un poso difícil de
alcanzar (mezclar “churras con merinas nunca ha sido un acierto, y menos en el
estamento castrense)... La clave estaría en evitar que la transformación se
plantease como una creación de unidades de nuevo cuño.
“Un último,
no menor, inconveniente para echar algo de agua al aceite: No quedará ninguna
gran unidad para desarrollar un esfuerzo máximo de carácter convencional, ni
ligero ni pesado. Y, tal vez, podría necesitarse en un futuro” (Jorge Ortega. “¿Una
Nueva Estructura del Ejército de Tierra? Las Brigadas Polivalentes”. “Atenea”, 3 de Abril
de 2.013).
Los sectores más críticos con el nuevo plan añaden
un último interrogante: Con un Ejército así estructurado, con esas brigadas
polivalentes, ¿QUÉ OCURRIRÁ SI SÚBITAMENTE ES PRECISO
DISPONER DE GRANDES UNIDADES EN EL PROPIO TERRITORIO PARA UN COMETIDO DE TIPO
CONVENCIONAL COMO, POR EJEMPLO, FRENAR UNA INVASIÓN EXTRANJERA? No
quedará ninguna unidad disponible.
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En definitiva, con esta solución de circunstancias
(y presuntamente temporal), sumado a la crisis económica (donde Defensa es tan
sacrificable como lo puede ser la Cooperación Internacional… Y si hacen falta
recortes de urgencia siempre se puede recurrir a ella), el plan de las BOP
puede tardar en materializarse… Además, como bien indica su nombre, el “Informe
2025” ya indica de por sí una fecha de consecución… ¿O no? ¯¯¯
[1] En lo referente al tema del número de brigadas, parece que no ofrecía dudas
que el indispensable ciclo de disponibilidad establecido por el Ejército de
Tierra (es decir, la necesidad de despliegue y disponibilidad para cada misión)
en un número no menor de CUATRO BRIGADAS: Una desplegada, una disponible y dos en preparación,
unido a las capacidades de poder enfrentar simultáneamente, entre otras
misiones menores, dos operaciones principales de unos 1.500 efectivos. Esto lleva
a la conclusión de la necesidad de disponer de OCHO de tales brigadas
polivalentes, considerando como una de ellas la situada en Canarias (además,
siempre preposicionada para poder actuar en el escenario africano). Con la
estructura actual se dispone de DIEZ BRIGADAS; sin embargo, el plan contempla
que las nuevas unidades combinen diferentes elementos de tal manera que se
disponga siempre de unidades listas equivalente para afrontar cualquier
escenario que se presente. Esto supone que las nuevas brigadas dispondrán de
unos efectivos en torno a los 5.000 soldados y de medios pesados y ligeros, cada
uno con un cuartel general. Estas unidades deberán tener en mente las misiones
internacionales actuales y sobre todo las futuras que podrán tener lugar en el
continente africano, donde prolifera el terrorismo organizado, principalmente
en la zona del Sahel.
[2] Cálculos del
coronel Francisco Fernández Mateos, jefe del programa Pizarro/Centauro y –actualmente-
asesor técnico de Mantenimiento de Vehículos de EXPAL
[3] EXPAL proponía que, entre 2.015 y 2.025, mientras se pone en marcha la
fabricación de los modelos básicos del vehículo 8x8 (VCI -vehículo de combate
de infantería-, VCPC -de puesto de mando- y VEC -de exploración de
caballería-), Defensa modernice "los blindados necesarios (M-113,
BMR, RG-31, LMV.) para alargar su vida operativa hasta que sean sustituidos
por los VBR 8x8". Esta sustitución se concretaría entre 2.020 y 2.040,
con el desarrollo "de todas las versiones necesarias de la familia VBR
8x8 (portamorteros, cazacarros, recuperación, ambulancia, combate de zapadores,
etc), hasta cubrir las plantillas de las 8 BOP". De este modo, la
empresa presentaba así su plan de modernización del M113 TOA (Transporte Oruga
Acorazado), con el que se alargaría la vida operacional del vehículo "al
menos 10 años". EXPAL justifica que el TOA "es el vehículo de apoyo
ideal para el Pizarro", aunque reconoce que su principal inconveniente
es su bajo nivel de protección y que su motorización actual implica
limitaciones de carga, unos problemas para los que presenta una propuesta
"con un coste muy inferior al de la adquisición de un nuevo vehículo"
y que se podría completar en un plazo corto de tiempo. Las mejoras que EXPAL
propone se concretan en el M113
E4, que incluye, entre otros, la modernización del motor, la
transmisión, los cardanes y pasos finales, el sistema de refrigeración con
ventilador y el sistema de Toma de Aire y Escape. Además, el plan incluye la
renovación del casco, la posible incorporación de depósitos externos y la
mejora de la protección, con unos "paneles de 22mm de cerámica compósita
con OVERLAP de acero blindado".
[4] Jorge Ortega. “¿Una
Nueva Estructura del Ejército de Tierra? Las Brigadas Polivalentes”. “Atenea”, 3 de Abril
de 2.013.
[5] Jorge Ortega. “¿Una
Nueva Estructura del Ejército de Tierra? Las Brigadas Polivalentes”. “Atenea”, 3 de Abril de
2.013.
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ResponderEliminarFabricante De Bop
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